El libro de Ernst Friedrich Guerra a la guerra es, en definitiva, una llamada a la movilización general contra 
la guerra que, siempre de actualidad, cobra especial relevancia en estos momentos en los que 
estamos asistiendo en Europa a una masacre entre dos polos 
imperialistas en pugna por mantener sus posiciones estratégicas y acrecentar sus 
recursos económicos y políticos: la televisada guerra de Ucrania, que ya se ha cobrado miles de vidas 
humanas desde febrero, produciendo, además, destrucción y éxodo a su 
paso de refugiados, exiliados, movilizaciones forzosas, desertores, que 
está causando graves problemas energéticos y económicos y sociales a 
los que nos ha llevado el capitalismo desenfrenado de este siglo veintiuno, lo que repercutirá en subidas de 
precios de los productos básicos y disminución del poder adquisitivo de los salarios y pensiones que afectan y afectarán cada vez más a 
más amplias capas de la población. 

    En
 el Estado Español, un Gobierno que se dice de izquierdas y 'el más 
progresista de la historia de España', viene desarrollando una política 
claramente militarista, beligerante y criminal, siguiendo totalmente a marchas forzadas la línea marcada por la UE y
 la OTAN, encabezada por EEUU. El llamado “Mecanismo Europeo para la 
Paz”, no es más que un sangriento eufemismo para camuflar 
orgüelianamente la guerra sempiterna. Esta guerra no puede ganarla ninguno de los 
dos bandos rivales: en las guerras, en todas y cada una de ellas, sólo hay perdedores, por las dos partes, nunca ganadores: solo muertos, 
mutilados, expoliados, vejados y empobrecidos. 
 
      Ante
 la parálisis de la mayoría de las organizaciones y la abducción de la sociedad civil por los medios de comunicación de masas al servicio del capital y la anestesia social 
posterior a la pandemia, este libro es un grito de que no estamos de acuerdo con la
 política militarista e imperialista del gobierno, de la UE y de la OTAN
 que nos arrastran a la guerra y a emplear todos los recursos en gastos 
militares en detrimento de usos sociales. 
    Y sobre todo hay que denunciar a dos personajes españoles 
especialmente siniestros: el jefe de la diplomacia europea, que promueve
 el entrenamiento militar para la guerra -la UE ha entrenado ya a 1100 
soldados ucranianos y espera entrenar a 15000- y que dice que no hay salida diplomática más que la guerra,  y a la  Ministra de Defensa, es decir de la Guerra, que ha enviado a Kiev el primer conjunto del sistema 
de defensa antiaérea de medio alcance HAWK (que significa 'halcón' en la
 lengua del Imperio pero que, además, es acrónimo de "Homing All the Way
 Killer", y esta última palabra ya se sabe lo que significa) del reino de España. Donde dijo, según la prensa: «Vamos a 
seguir apoyando, como lo hacen todos los países de la UE y OTAN, porque 
creemos que la causa de Ucrania es la causa justa, es la causa de la paz
 y la libertad», aseguró en rueda de prensa. Claro que estos dos siniestros personajes que mandan no son ellos más que dos mandados del Gobierno global que realmente manda y dirige el cotarro, dos títeres que no pueden hacer otra cosa que no sea más que la que está mandada desde arriba.  
 
    Por
 otra parte, la Academia de Infantería de Toledo, lleva a cabo la 
instrucción de 64 nuevos soldados ucranianos, sin experiencia militar 
previa, para el ejército de ese país que lucha contra Rusia en lo que se
 ha dado en llamar 'Misión de Asistencia Militar de la UE en Apoyo a 
Ucrania'. Hacen la 'mili' ucraniana en Toledo, como dice el rotativo monárquico ABC. «No hay otra salida que ganar la 
guerra», dice su comandante con ínfulas bélicas y ardor guerrero. Los futuros soldados estarán listos para combatir, para matar y morir, en Navidad.
 
   
      El hecho de que al declarar la guerra a la guerra no tomemos partido por la 
política del tío Sam, que alienta a la OTAN y a la UE a armar a Ucrania 
hasta los dientes para que pelee en su defensa maquillada de defensa propia, no significa que defendamos el Estado militarista  e imperialista del nuevo zar ruso
    que no respeta los derechos individuales y colectivos, que 
criminaliza la protesta y encarcela la disidencia dentro de sus fronteras, y que ha invadido Ucrania. Por supuesto que tampoco.
 
La industria militar y el decorado bélico permiten el desarrollo y 'realización', sobremanera de las alimañas más fieras y sus imprescindibles hermanas autocomplacientes y protectoras, desde la burocracia administrativa, de las inversiones criminales que invisten y proporcionan sentido, en último término, a su funcion política.
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El Financial Times elige personaje del año 2022 al bufón ucraniano y llorón que viste de caqui y que no es más que un títere pedigüeño del tío Sam en lugar del Zar de todas las Rusias, el Gran Putin.
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