Nos ha dejado el dibujante aragonés Eduardo Pelegrín Martínez de Pisón (1959-2022), más conocido por su pseudónimo de índole romana Calpurnio Pisón, o Calpurnio a secas, que falleció el jueves pasado, y nos deja con una sonrisa reflexiva y escéptica, y unos dibujos inconfundibles por su economía de trazos.
Nos lega las tiras cómicas de su personaje "el bueno de Cuttlas", un vaquero que suele darnos mucho en que pensar, por ejemplo en estas viñetas de inspiración orgüeliana en la que el bueno de Cuttlas, que vive en la ciudad fantasma de Ghost City, descubre a través de su ordenador personal que una de sus aplicaciones es el ojo del Gran Hermano que nos vigila, ante lo cual decide ingenuamente cerrar la ventana de la buhardilla y esconderse debajo de la mesa del ordenador.
Cinta de Moebius, M. C. Escher (1963)
Me gusta especialmente esta viñeta en la que el bueno de Cuttlas, inconfundible con su sombrero vaquero, pregunta en un punto de información dónde, por favor, se encuentra la salida.
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