Hoy no topamos con la Iglesia, amigo Sancho, sino con la Ciencia, su moderna reencarnación; la fe en ella pretende algo que no puede ser: que entremos en razón.
Como Antón Pirulero, cada cual que atienda a su juego y atienda a lo suyo, al margen del resto, y el que no atienda a esto, que pague una prenda y se desprenda.
Hay hoy en boga una argumentación sofisticadamente falsificadora que nos dice que la verdad es mentira, que lo bueno es lo malo y que lo falso es lo verdadero.
La vida es una ETS o Enfermedad -cursa asintomática- de Transmisión Sexual con una tasa de mortalidad del 100%. Vivir mata, alertan las autoridades sanitarias.
El vicepresidente cántabro considera que “no procede inundar las calles” y apuesta por “movilizarse” en redes, medios y balcones (o sea: no moverse de casita).
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