jueves, 23 de julio de 2020

¿Tu verdad? No, la verdad.

¿Tu verdad? no, la verdad; / y ven conmigo a buscarla./ La tuya guárdatela. (Antonio Machado, Proverbios y cantares LXXXV).

Retrato de Antonio Machado, sanguina de Leando Oroz

Antonio Machado critica la posesión personal de la verdad como si de una propiedad privada se tratara, y en esto nos recuerda de alguna manera a Heraclito, que mostró que la razón, el logos de los griegos, era común a todos los seres humanos, y sin embargo estos vivían ordinariamente cada uno con su ἰδίη φρóνησις (idíē frónēsis), su pensamiento o creencia particular, ajeno al sentido común. 

“Tu verdad” quiere decir “tu opinión”. El poeta no quiere la opinión personal del lector o del oyente, sino “la verdad”, sin ningún adjetivo posesivo como “mío, tuyo, suyo, etc.”, la verdad pura y desnuda, que no es patrimonio exclusivo de nadie, sino común, de todos y cada uno, como el aire que respiramos. 

Por eso invita al lector o al oyente a acompañarlo en su búsqueda inagotable, una búsqueda que no puede ser individual, porque nos llevaría a un callejón sin salida, y le advierte, lo primero de todo, de que se guarde la suya propia, por el peligro que conlleva su posesión, consistente en hacer pasar “la mía” por “la única verdad”. 

Aunque el poeta nos invite a buscar la verdad, no nos está prometiendo ninguna verdad absoluta como resultado de esa búsqueda. Nos está invitando a descubrir la mentira de las verdades que ya tenemos inculcadas empezando por la nuestra propia y constitutiva, y a desembarazarnos de su lastre.

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