martes, 7 de julio de 2020

"Que no pase ninguna de la que no quieras acordarte"

Hace unos años sacamos en ¿Qué cuentan los relojes? una relación de leyendas latinas que se habían puesto desde antaño en distintos relojes, que no pretendía ser exhaustiva sino simplemente significativa. 

Aquellos relojes, la mayoría públicos,  no se limitaban a decirnos más o menos la hora exacta que era, una hora que nunca podremos precisar con exactitud porque nada más formularla ya habrá transcurrido, sino que nos ofrecían  pequeñas reflexiones, aprovechando la gran economía de la lengua latina que puede decir muchas cosas con pocas palabras. 

Añado hoy a aquella muestra este lema de un pseudo-reloj solar, que, a pesar de tener gnomo,  no parece que pueda contar ninguna hora de luz del Sol con su sombra, contiene, eso sí, una errata: el copista ha trastocado dos sílabas fonéticamente muy parecidas: en lugar de haber grabado me-mi-nis-se, que sería lo esperado, ha grabado *me-ni-mis-se

 
La leyenda, corregida, debería decir en letras capitales sin distinción de V y U, ya que se trata del mismo fonema: NVLLA FLVAT CVIVS NON MEMINISSE VELIS: Se sobreentiende HORA: Que no pase ninguna (hora) de la que no quieras acordarte, o, para no acumular tantas negaciones: Que no pase ninguna (hora) de la que quieras olvidarte

El solario no es tal solario ya que no marca las doce horas del día, sino más bien un calendario en el que figuran, en forma helicoidal desde el pasado hacia el futuro, una serie de hitos en la historia de la humanidad, donde las cifras arábigas representan los años de las épocas históricas. Y así, por ejemplo, junto al año 2000  y la palabra PRAESENS (presente) vemos la imagen de un ordenador, y junto al 400.000 antes de Cristo la de la Venus de Willendorf. 

La palabra POSTERVM significa "futuro", de ahí lo de pasar a la posteridad, que es, obviamente, la muerte. Y la palabra PRAETER es abreviación de PRAETERITVM, que significa "pasado", de donde los tiempos verbales pretéritos (o preteridos) de nuestras gramáticas escolares. 

El falso reloj solar, construido por Juan Luis Moraza en el 2003 en granito negro y pulido, tal como indica la pequeña placa situada en su parte inferior derecha, es en realidad una presunta obra del arte de este escultor.

Iglesia de Santa Lucía (Zamora)

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