domingo, 6 de abril de 2025

La canción que cantaba Anacreonte

De Amaltea y su cuerno (1) yo

 no quisiera riquezas mil 

ni años ciento cincuenta ser 

faraón de Tartesos (2). 

 

1.- Amaltea era el nombre de la cabra que crio a Zeus con su leche, o, según otra versión, la ninfa que crio a Zeus con la leche de una cabra. En cualquier caso, la infancia del dios se desarrolló en una cueva del monte Ida en la isla de Creta, oculto de la ira de su padre, que devoraba a todos sus hijos recién nacidos porque sabía que uno de ellos estaba llamado a matarlo y sustituirlo.

Se cuenta que un día Zeus niño rompió sin querer  uno de los dos cuernos de la cabra manipulando sus fulminantes rayos con los que jugaba imprudentemente. Como recompensa, le confirió al cuerno roto el poder de otorgar al que lo poseyera todo lo que quisiera: de ahí surgió la leyenda de la cornucopia o cuerno de la abundancia, del que brotaban sin cesar todos los bienes que uno pudiera imaginar y desear en esta vida, y que a menudo se ha representado con copiosidad de frutas y flores. La cornucopia se convirtió enseguida en el símbolo de la diosa Fortuna, dadora de riqueza.

Zeus, como agradecimiento a la cabra que lo había amamantado y criado, subió su cuerno roto junto con la propia cabra a las estrellas, catasterizándola, es decir, convirtiéndola en un astro o, mejor dicho en una constelación, creando así de paso, como el que no quiere la cosa, el primer unicornio, y dando el nombre al signo del zodiaco de Capricornio, palabra compuesta que significa “el cuerno de la cabra”. 

Con la piel de esta cabra, una vez muerta,  se hizo Zeus su égida (del lat. aegis, -ĭdis, y este del gr. αγς, -δος, escudo o coraza de piel de cabra). La piel de la cabra Amaltea, adornada con la cabeza terrorífica de Medusa, constituye el arma defensiva o escudo, la protección de la divinidad. Con este sentido figurado se usa la palabra en castellano. Véase, por ejemplo, esta frase de la prensa escrita: "Allí se estableció Corea del Norte como una República comunista, bajó la égida de la Unión Soviética, mientras que Corea del Sur quedó bajo la órbita de Estados Unidos".

El cuadro de Tiépolo muestra al dios Neptuno ofreciéndole la cornucopia a la serenísima república de Venecia, reclinada sobre la testa del león que la simboliza.


Otra cornucopia es la que sostiene en su mano izquierda el dios-río Tigris, una escultura del siglo II de nuestra era, situada en el Capitolio, una de las siete colinas de Roma, a la que se le han añadido Rómulo, Remo y la loba capitolina, sobre los que reclina su brazo derecho, para identificar al dios con el río Tíber.


2.- Lo de "faraón de Tartesos" es una alusión a Argantonio, rey de la mítica Tarteso (o Tartesos), una floreciente civilización prerromana de la península ibérica en el oeste de Andalucía. Según Heródoto, el padre de la historia, este longevo rey vivió ciento veinte años, de los que reinó ochenta. Era una figura mítica que representaba la longevidad y el poder, a quien Anacreonte no envidia,  porque no aspira ni a lo uno ni a lo otro.


La cancioncilla de Anacreonte que nos ha llegado, compuesta por una sola estrofa de cuatro versos (tres gliconios, que son octosílabos agudos, es decir, eneasílabos según el cómputo castellano,  y un ferecracio, que es un verso de siete sílabas contadas, estrofa que parece que huye a propósito del molde octosilábico de la lírica castellana) es un menosprecio de la riqueza y del poder, tanto monta: el poeta no nos dice lo que alaba como contrapartida, sino sólo lo que desprecia:  las riquezas y los poderes, en otras palabras, el premio gordo de la lotería de Navidad, la política y la economía, que son las dos caras de la misma moneda capitalista, la que persiguen afanosamente otros mortales, digamos que la mayoría democrática de nosotros.

Tampoco tiene mucho aprecio por la longevidad, como si quisiera darnos a entender así que la vida no se mide por el tiempo que dura, sino por la intensidad con la que se vive. Es verdad que no nos dice que es lo que querría en esta vida.

¿Qué nos queda entonces si despreciamos el dinero y el poder? No lo sabemos. Es verdad que nosotros, como canta el poeta, no sabemos la mayoría de las veces lo que queremos (podemos llamarlo de muchas maneras: amor, felicidad, salud, vida... sin saber muy bien en qué consisten esas cosas ni precisar mucho su significado), pero sí sabemos como decían los estudiantes indignados de mayo del 68 en París, lo que no queremos.

sábado, 5 de abril de 2025

Nuestros valores y nuestros productos

Las palabras que utilizamos a diario en realidad nos utilizan a nosotros mismos sin darnos cuenta al imponernos una determinada visión del mundo. Y una de las características del lenguaje actual que empleamos y nos emplea es la inflación de la jerga económica que ha venido a sustituir a la religiosa del antiguo régimen, habida cuenta de que la nueva religión es la economía. Solo hace falta ver el vídeo que ha subido La Moncloa, o sea el Gobierno de España,  a la Red Informática Universal, en el que se nos dice, por ejemplo: Esto es España: un gran país, hoy el motor económico de la Unión Europea, un país que produce, que investiga, que cultiva, que fabrica, un país que no se para y que no se va a parar por muchos obstáculos que nos encontremos, porque aquí sabemos lo que hacemos y lo vamos a seguir haciendo; vamos a seguir vendiendo nuestros productos, nuestro sabor, nuestra moda, nuestra tecnología, nuestra calidad, nuestros servicios. Vamos a seguir exportando a todo el mundo lo que hoy es España: una manera muy especial de hacer las cosas, la nuestra. Lo que no vamos a vender nunca son nuestros valores ni nuestros principios. Todo lo demás que seamos capaces de hacer, por supuesto que sí. Nuestros valores no están en venta; nuestros productos sí. Compra lo tuyo, defiende lo nuestro. 
 
A los que somos viejos y de cáscara amarga esto nos suena a déjà vu y déjà entendu: nos recuerda aquello de Una, grande, libre,  Arriba (y Viva) España y nos trae a la memoria lo de que somos la Reserva Espiritual de Occidente, que suele atribuirse a Ramiro de Maeztu, uno de los principales ideólogos del pensamiento nacionalista español, que en su Defensa de la Hispanidad (1934)  o "de la españolez" que diría Ferlosio, exaltó el papel espiritual y moral de España frente a la decadencia occidental. Durante la oprobiosa  dictadura de Franco, esta idea se convirtió en un eslogan recurrente de la propaganda oficial del Régimen que presentaba a España como último baluarte de la cristiandad. 
 
 
Es significativo cómo algunos términos del arcaico lenguaje religioso se han secularizado, por ejemplo dos de las virtudes teologales: la caridad, que se ha convertido en solidaridad, y la fe, que ahora es credibilidad y crédito, por no hablar de la conversión de la resignación cristiana en resiliencia, o del significativo cambio del “perdónanos nuestras deudas como nosotros perdonamos a nuestros deudores” del padrenuestro a “perdónanos nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden", porque las deudas no se condonan ni perdonan: el dinero es sagrado. Ahora ya no somos la Reserva Espiritual de Occidente, sino, el Motor Económico de la Unión Europea, según el sedicente gobierno progresista, lo que bien mirado viene a ser lo mismo: somos los mejores y fomentamos nuestro espíritu patriótico y nacional. 
 
No es que el lenguaje moldee el pensamiento, y el pensamiento moldee la realidad que se crea con él, es que el lenguaje es la realidad, y viceversa.  “Las palabras que dices son la casa en la que vives”, según un cierto proverbio al parecer sufí. O, dicho a lo filosófico, según Heidegger (y en versión original alemana, que le da más empaque y autoridad al dicho): “Die Sprache ist das Haus des Seins”: El lenguaje es la casa del ser. El hombre vive en su morada. Los pensadores y los poetas son los guardianes de esta morada. Su vigilancia es la realización de la revelación del ser, en la medida en que lo expresan a través de sus palabras y lo preservan en el lenguaje
 
 
Piénsese que cuando se habla, por ejemplo, de amistades o de relaciones amorosas, se dice que «invertimos en relaciones» y que «gestionamos muestras emociones» como si fueran un negocio. Esta colonización semántica no es inocua, supone que reducimos toda dimensión humana a su rentabilidad económica. La gratuidad de la entrega desinteresada se convierte en un concepto cada vez más ajeno, y los demás ya no son más que “recursos humanos”, lo que a menudo se dice en inglés para disimular un poco: human resources, aunque la lengua anglosajona no disimula aquí su herencia latina más o menos directa o indirecta. Los anglicismos son una manera de simplificar y disimular conceptos más amplios propios de un pensamiento único y simplón: smart, green, 2.0... 
 
Pero no estamos denunciando una mera colonización semántica, sino mucho más que eso: una auténtica abducción y lavado de cerebro. El mundo se ha convertido en un zoco y un gran mercado persa. La guerra que emprendieron los gobiernos contra el virus coronado se renueva ahora como guerra arancelaria, contra un enemigo exterior que hace que engorde el espíritu nacional patriótico ante el a todas luces injusto tributo que hay que pagar por la circulación de la mercancía de los bienes de consumo que son objeto de exportación e importación.
 

Nuestros valores, nuestros principios, no están en venta, nuestros productos sí, dice nuestro ejecutivo, sin percatarse de que nuestros principios y valores son también un producto nuestro, y nuestros productos (por ejemplo un coche de factoría nacional, un litro de aceite de oliva virgen extra o un jamón de Jabugo) son nuestros valores, y  cotizan en bolsa, cuyas acciones suben y bajan y se ponen a la venta en el gran bazar del mercadillo persa. Nos dicen: "Compra lo tuyo, defiende lo nuestro". Te están diciendo que compres, da igual que sea lo tuyo o lo ajeno: compra, porque es así como se defiende el sistema (y, de paso, uno mismo también se realiza).
 
Todos somos, de alguna manera, emprendedores de nuestro potencial capital y funcionarios del Estado de nosotros mismos y todos tenemos un “proyecto de vida”, un futuro al que nos entregamos con devoción... a tumba abierta.

viernes, 4 de abril de 2025

Democidio

R. J. Rummel, politólogo estadounidense reconocido por su investigación sobre la violencia gubernamental y las causas de la guerra, acuñó el término democidio, híbrido grecoaltino que sigue el patrón de 'genocidio', formado sobre “demo” 'pueblo' en griego y el sufijo latino -cidio 'crimen', diferenciándolo de la guerra y mostrando cómo los propios gobiernos han sido responsables de la mayoría de las muertes en el siglo XX. Con este término se refería a los asesinatos perpetrados por el gobierno, como el genocidio de los pueblos indígenas y el colonialismo, la Alemania nazi, las purgas estalinistas, la Revolución Cultural de Mao Zedong y otros regímenes autoritarios, totalitarios o antidemocráticos, llegando a la conclusión demasiado fácil de que los regímenes democráticos son los que menos democidios causan, porque para él las democracias son “inherently nonviolent”, intrínsecamente no-violentas, algo que habría que matizar definiendo lo que entendemos por violencia.
 
 
Su obra fundamental Death by Government (1994) documenta casos históricos de democidio y analiza las condiciones que facilitaron tales crímenes. En este libro, Rummel estimó que, durante el siglo XX, los gobiernos fueron responsables de la muerte de aproximadamente 212 millones de personas, cifra que supera con creces las muertes ocurridas en combates bélicos durante el mismo período.
 
Rummel acuñó el término "democidio" para referirse al asesinato intencional de personas desarmadas por parte de agentes gubernamentales actuando en su capacidad oficial y siguiendo políticas u órdenes gubernamentales. Este concepto abarca una amplia gama de actos, incluyendo genocidios, politicidios, asesinatos en masa y muertes resultantes de políticas gubernamentales negligentes o deliberadamente dañinas, como hambrunas inducidas. Rummel definió el democidio como "el asesinato de cualquier persona o personas por parte de un gobierno, incluyendo genocidio, politicidio y asesinato en masa".
 
 
 
No cabe duda de que la organización que hace posible el democidio es el Estado, pero Rummel distingue los estados totalitarios de los democráticos, como si estos últimos no fueran a su sofisticado modo tan totalitarios o más que los primeros. Según él, los regímenes democráticos tienden a no entrar en guerra entre sí y son menos propensos a la comisión de democidios en comparación con los regímenes autoritarios o totalitarios, que quedan reducidos a fantasmas del pasado.
 
El análisis de Rummel puede sernos útil en líneas generales, pero habría que hacerle algunas salvedades. Se me ocurren estas tres: 
 
-Hablar de datos históricos (el libro de Rummel está plagado de ellos en forma de gráficos y estadísticas) nos distrae de nuestra situación actual de aquí y ahora. Puede reprochársele su excesiva subordinación a la realidad, a la creencia de que hay otras épocas, como el siglo XX, y al olvido de que la única que hay hic et nunc es esta única, en la que caben todas las demás. 
 
-Los regímenes democráticos, que son los más progresados, no causan tantos democidios físicos, vamos a llamarlos así, porque no tienen la necesidad imperiosa de administrarles la muerte a sus propios ciudadanos, ya que ellos mismos se la autoadministran. En ese sentido puede decirse que son la expresión más lograda del democidio porque la democracia es la muerte -el democidio- del pueblo. Todos los ciudadanos son en un sentido amplio funcionarios del Estado, o lo que es lo mismo, funcionarios de sí mismos, y el Estado, a través de la imposición del tiempo cronometrado, es decir, del futuro, que es el dinero, aniquila sus vidas: la condena al futuro es una condena de muerte, la administración de la muerte en vida.
 
 
-El democidio, la muerte del pueblo, es la configuración de este como Estado. Conviene recordar aquí a Nietzsche, que nos advierte de que no son lo mismo, aunque ordinariamente tiendan a confundirse, y sobre todo en los regímenes democráticos, donde supuestamente gobierna el pueblo. Escuchemos lo que nos gritaba el Zaratustra nietzscheano: ¿Estados? ¿Qué es eso? ¡Pues bien, abrid los oídos! ¡Voy a deciros mi palabra sobre la muerte de los pueblos! Estado es el nombre que se da al más frío de todos los monstruos fríos. El Estado miente con toda frialdad y de su boca sale esta mentira: “Yo, el Estado, soy el pueblo”.

jueves, 3 de abril de 2025

Les devuelvo el DNI

José Antonio Labordeta cantaba en 1984 "Les devuelvo el DNI / porque yo no quiero ir / donde me van a mandar / con carné de identidad”. El tema se llamaba Desobediencia Civil, y fue adoptado años más tarde como himno de la Plataforma por la Desobediencia Civil cuando lanzó su campaña: "Di No a las Identificaciones", para hacer frente a las masivas y arbitrarias identificaciones que exigía la Policía sin que hubiera indicios de ninguna infracción, haciendo gala de esta represión burocrática de baja intensidad que obligaba al ciudadano a identificarse. 
 
 
Conviene recordar la letra y escuchar la canción, cuyo estribillo dice: Les devuelvo el DNI / porque yo no quiero ir / donde me van a mandar / con carné de identidad / pues aquí hay que empezar / a decir ya la verdad: / que no nos gusta morir / ni en Varsovia ni en la OTAN"
 
Te aseguran los del dólar / que ellos lo hacen por la paz / y que por eso conviene / estar todos en la OTAN, / pero tú no te lo crees, / te lo pones a dudar, / eres un chico tremendo, / no te crees casi ná.
 
Les devuelvo el DNI...  
 
Luego van los "orientales" / y con ese humor sin par / te pregonan que ellos lo hacen / por la paz y la igualdad. / Tú tampoco te lo crees / viendo tanto militar / armado hasta los dientes / y con cara de mal plan.
 
Les devuelvo el DNI... 
 
Ustedes dicen que blanco, / rosa dicen los de allá, / negro aseguran algunos / que se está poniendo ya / el panorama completo / de todo este personal / del mundo, del universo / y del sistema solar. 
 
Les devuelvo el DNI... 
 
Porque si en serio desean / que aquí funcione la paz / déjense de cachondeos / y pónganse, de verdad / a fabricar con las armas / bicicletas, panecillos, / conciertos al aire libre / y tortas de mazapán.
 
Les devuelvo el DNI / porque yo no quiero ir / donde me van a mandar / con carné de identidad / pues aquí hay que empezar / a decir ya la verdad: / que no nos gusta morir / ni en Varsovia ni en la OTAN"
oOo 
 

El Documento Nacional de Identidad (DNI) español se implantó oficialmente el 2 de marzo de 1944, mediante un decreto firmado por el dictador Francisco Franco. Sin embargo, su expedición no comenzó hasta 1951, en Valencia, cuando se entregaron los primeros documentos a ciudadanos seleccionados, entre ellos el propio generalísimo. 
 
¿Había algo similar antes de la implantación obligatoria del DNI? Sí, aunque no con la misma estructura y obligatoriedad. 
 
Antes del DNI, en España había otros sistemas de identificación, como:
 
-La cédula de vecindad (siglo XIX - 1944): Documento municipal que acreditaba la residencia de una persona en una localidad. 
-La cédula personal (1854 - 1943): Un documento obligatorio para varones mayores de 14 años, que también servía como impuesto de capitación. 
-La cartilla de identidad (siglo XX, antes del DNI): Un documento emitido en algunas provincias, especialmente en tiempos de guerra, para identificar a los ciudadanos.
-Los pasaportes internos: Durante ciertos períodos (como el absolutismo y la Guerra Civil), se usaron salvoconductos y documentos de identidad provisionales para desplazarse dentro del país. 
 
 
 
Antes del siglo XIX, la identificación dependía mucho de documentos parroquiales y registros eclesiásticos (libros de bautismos, matrimonios y defunciones) y de documentos expedidos para casos específicos (viajes, seguridad, impuestos), pero no existía un documento universal para toda la población.
 
El Consejo de Ministros y Ministras ha defecado el martes pasado un Real Decreto que regula el proceso de expedición, gestión y desarrollo del Documento Nacional de Identidad (DNI) no solo en su formato físico, sino también, y por primera vez en la historia universal desde que hay registros, en su versión digital, con lo que adapta el uso del documento a los nuevos retos digitales (monedero digital, euro digital, certificado sanitario digital...) y ofrece a la ciudadanía la posibilidad de disponer del documento de identidad en formato digital en el teléfono móvil, lo que puede facilitar su sodomización digital. 
 
El DNI digital es un proyecto del Ministerio del Interior desarrollado por la Policía Nacional, en el marco del Plan de Identidad Digital, junto a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. Gracias a la aplicación instalada en el móvil se podrá acreditar la identidad pública- y privadamente “con la misma validez jurídica que el DNI físico y las máximas garantías de seguridad”. 
 
DNI electrónico de Carmen (la española, que no la de Mérimée) 
 
El móvil ya no es el teléfono individual e inalámbrico que servía para comunicarnos con los que estaban lejos, sino un elemento esencial de nuestra identidad personal, individual e intransferible, de ahí el miedo a perderlo o a que nos lo roben. 
 
La rebeldía por parte de algunas personas contra la digitalización no es una rebeldía contra lo que subyace, que es el matrimonio indisoluble del Estado y el Mercado, sino solo contra su versión electrónica, por lo que no deja de ser una protesta baldía contra la modernización de las formas de control y de dominio, pero no contra el dominio y el control.
 
El DNI, que adquiere ahora su versión electrónica, modernizará y unificará la identificación de los ciudadanos españoles, siguiendo modelos ya implantados en otros países europeos. Pese a que el ciudadano se rebela en su fuero interno contra lo que le reduce a ser un número ("yo no soy un número"), cada vez es más cierta la sensación contraria, como demuestra la imposición del número de teléfono personal e individual que en la práctica sustituye ya al número de nuestro carné. La esencia del dinero y de la identidad personal siguen incólumes tanto en su forma física como electrónica, por eso sigue siendo pertinente la canción de Labordeta con una ligera adaptación final: Les devuelvo el DNI / porque yo no quiero ir / donde me van a mandar / con carné de identidad / pues aquí hay que que empezar / a decir ya la verdad: / no queremos DNI /físico ni digital.

miércoles, 2 de abril de 2025

Revista de variedades

La Inteligencia Artificial ha advertido que nos hemos vuelto ya más tontos que los monos, por lo que los centros comerciales nos venden los plátanos pelados.

Huye, hermano lobo, porque quieren “extraerte”. Frente al dicho “el hombre es un lobo para el hombre”, dígase también: “el hombre es un hombre para el lobo”.

   
La actualización del quijotesco “Con la iglesia hemos dado, Sancho” (o “topado”, como prefiere el vulgo) es hoy, puesta al día: “Con el Estado hemos tropezado”.

No le gusta mucho el término “rearme”, prefiere “seguridad”; tampoco compartía “toque de queda”, sino “restricción de movilidad nocturna”, ridículo eufemismo.


La obra de la artista Angela Palmer “2020 la esfera que cambió el mundo” es una representación tridimensional del virus coronado que hace visible lo invisible.

La multimillonaria banquera predica austeridad con su ejemplo de bajar, dice, el termostato de casa a 17 grados en invierno, para ayudar así a los ucranianos.
 
La exposición Inyectando Esperanza (así llaman al tósigo ARNm) ignora que la cristiana virtud teologal de la esperanza es la última plaga de la caja de Pandora.
 
   
 
Los fallecidos en 2024 tendrán que hacer la declaración de la renta en 2025. Si no, recaerá en sus herederos el pago de la deuda y la sanción correspondiente.  
 
 
Muchos profesionales de la medicina se ponen al servicio de lo que manda la Gran Farmacopea; no hace mucho, promocionaban la cocaína, la heroína o el tabaco. 

martes, 1 de abril de 2025

"Y naufragar me es dulce en este mar"

Rafael Sánchez Ferlosio se despidió, un día como hoy hace ya seis años, en el año del Señor de 2019 del mundo con un verso de Leopardi e'l naufragar m'è dolce in questo mare "y naufragar me es dulce en este mar", dejándonos un poco huérfanos a todos sus lectores.

Nos ha dejado el bachiller Sánchez, el único título académico de una de nuestras mejores plumas de todos los tiempos: Rafael Sánchez Ferlosio, don Rafael. Murió en el hospital en las calendas de abril, solo, a los noventa y dos años, poco después de hablar por teléfono con un amigo y recitarle en italiano,  él que había nacido en Roma, este bellísimo poema de Giacomo Leopardi titulado El infinito.

 
Siempre grato me fue este solitario
cerro y este seto, que por gran parte
me impide ver el último horizonte.
Mas sentado y mirando, interminables
espacios de más allá, y sobrehumanos
silencios y profundísima calma
imagino en mi mente, que por poco
se me estremece el alma. Y como oigo
gemir el viento entre las hojas, ese
infinito silencio a esta voz
voy comparando: y viene a mí lo eterno,
las estaciones muertas, la presente
y viva, y su sonido. Así que entre esta
inmensidad se anega el pensamiento:
y naufragar me es dulce en este mar.

oOo
 
Leopardi nos dejó también esta reflexión sobre la vejez, el sumo mal, y la muerte, que viene a liberarnos de ella: "La muerte no es un mal, porque libera al hombre de todos los males y, al mismo tiempo que los bienes, le quita los deseos. La vejez es el sumo mal, porque priva al hombre de todos los placeres, dejándole el apetito hacia ellos, y porque lleva consigo todos los dolores. Sin embargo, los hombres temen la muerte y desean la vejez"No sé si le agradaría a Ferlosio este pensamiento del poeta romántico, pero casi estoy seguro de que sí.

lunes, 31 de marzo de 2025

¿Qué harías tú... tururú?

    Para los mileniales desprevenidos que caigan por azar aquí, si por descuido cae alguno, la URSS era la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, el antepasado de la Federación Rusa actual, o simplemente de Rusia, el país más extenso del mundo. 
 
    Hace más de treinta años, el mundo estaba dividido y polarizado en dos grandes bloques: el pacto de Varsovia, que giraba en torno a la difunta URSS, y el Tratado de la Alianza Atlántica, que giraba alrededor de los Estados Unidos, y ambos sostenían la llamada Guerra Fría (o Paz Caliente), hasta que en 1991 se desmembró la Unión Soviética en naciones separadas. Dos años antes había caído el muro de Berlín.
 
    En 1983, en plena movida madrileña, el grupo Polanski y el Ardor cantaba “Ataque preventivo de la URSS”, cuyo estribillo, repetido machaconamente, preguntaba: "¿Qué harías tú en un ataque preventivo de la URSS?”. Entonces se manejaba mucho el concepto de 'guerra preventiva', perfecto oximoro contradictorio. Y la canción respondía, haciendo un Sócrates: “No sé”. 
 

    Las rimas eran de lo más surrealistas y consonánticamente infantiles, pero la letra daba a entender que no molaban ni el pacto de Varsovia (que rimaba con “no tengo novia”) ni el tratado de la NATO (que rimaba con “ese señor no tiene gato”). NATO, como se sabe, es el acrónimo de la OTAN en la lengua del Imperio, o sea, al revés que en castellano. (También rimaban “loco” y “Orinoco” en aquellos inolvidables versículos: “Y el airbus se ha vuelto loco / y no me quiere llevar al Orinoco”). 
 
    El pacto de Varsovia se disolvió, pero no así la OTAN/NATO, cuyo gerifalte actual advierte a los madrileños (e indirectamente a los españoles todos) del persistente peligro ruso, dado que, según ha declarado recientemente, "un misil ruso tarda solo diez minutos más en llegar a Madrid que a Varsovia", lo que me ha recordado a mí a la pegadiza y susodicha canción, que sigue siendo pertinente cuarenta y dos años después modificando un poco la letra del estribillo: ¿Qué harías tú, si lanza Rusia un misil desde Moscú? 
 
    Y ante estas preguntas el Periódico Oficial del Régimen, el Diario Global(ista), se apresura a vendernos el kit de supervivencia recomendado por la Unión Europea para la supervivencia de sus súbditos (y súbditas): almacenar agua, comida y medicinas para subsistir setenta y dos horas, tres días enteros, sin ayuda externa. Bruselas ha programado un plan para 'casos de guerra, nuevas pandemias, ciberataques masivos o desastres naturales', metiéndolo todo en el mismo saco para prepararnos a los europeos ante una más que posible crisis de la índole que sea, un plan que, haciendo pedagogía, se va a explicar durante este curso académico ya en los colegios para que desde bien pequeñas las tristes y tiernas criaturas estén preparadas ante lo que las espera, que es el futuro que nos están preparando y diseñando. 
 
    La gente -la ciudadanía, que dicen los políticos inclusivos para no tener que desdoblarnos innecesariamente en ciudadanos y ciudadanas-, sin embargo, se pregunta, escéptica por naturaleza, por qué los rusos, que son nuestros enemigos, no nos atacarán ahora sabiendo como sin duda saben que estamos desarmados e inermes en la actualidad y que necesitamos rearmarnos invirtiendo un dineral en la industria bélica, celosa como está de su hermana la farmacéutica. ¿Son tan nobles nuestros enemigos que están esperando a que nos armemos para entablar combate en igualdad de condiciones?  
 
    La nueva estrategia -nunca mejor empleado un término en su sentido etimológico, que deriva del griego estrategós, como se llamaba al general que estaba al frente y al mando de un ejército, podría acompañarse del himno covidiótico y resiliente “Resistiré”. 
 
    Habría que recordar que el mayor peligro que amenaza a Europa no es otro que la propia Unión Europea que quiere rearmarnos desde Bruselas, que es su capital, a cuyo fin nos inyecta miedo con el discurso de que viene el lobo cuando resulta que el lobo es ella misma, disfrazada, eso sí, con la pelleja del cordero. Europa debería liberarse en primer lugar de la idea de Europa y en segunda y no menos importante instancia de la Unión Europea, haciendo mutis por el foro.

domingo, 30 de marzo de 2025

Horario estival

Horario estival:
Hay una hora menos hoy: 
¿Dónde podrá estar?
¿Quién nos la devolverá
si se la comió el reloj?
 

    El horario de verano que adoptará, si Dios no lo remedia, nuestro país entre otros con la intención de mejorar la eficiencia energética y el ahorro habrá entrado en vigor, se quiera o no se quiera, hoy 30 de marzo del año del Señor de 2025, que es el último domingo del mes, cuando a las dos de la madrugada sean por Real Decreto del Boletín Oficial del Estado las tres, robándonos una hora de las veinticuatro que debería tener el día, hora que, dicen, nos devolverán, Dios mediante, el último domingo de octubre, que tendrá veinticinco horas en lugar de las veinticuatro reglamentarias, cuando nos impongan el horario de invierno. 
 
    A la inminente llegada de la primavera, que es un fenómeno natural recurrente aunque difícil de precisar por el cambio climático, le acompaña el ritual artificial del cambio de hora que muchos de nuestros dispositivos electrónicos habrán efectuado automáticamente a estas alturas, aunque nuestros alicaídos ritmos vitales tarden algo más en ajustarse a esta imposición cronometrada. 
 
 
    El cambio de hora coincide con la llegada del florecimiento, una estación en la que muchas personas experimentan la llamada "astenia primaveral", un conjunto de síntomas que incluye cansancio vital, dificultad para concentrarse por obra y gracia de los numerosos medios de distracción masiva, alteraciones del sueño y cambios en el estado de ánimo. 
 
    Hay voces autorizadas que piden la abolición del horario de verano, ya que creen que perder una hora de sueño en primavera puede provocar cansancio en gran parte de la población, lo que podría incrementar los accidentes de tráfico in itinere que podrían llegar a ser mortales. Al mismo tiempo, existe evidencia de un mayor riesgo de eventos cardiovasculares, conductas suicidas y un incremento general de la mortalidad. 
 

    Y hay otras voces no tan autorizadas pero que surgen de lo más hondo que lo que piden es la abolición del tiempo cronometrado, tanto del reloj como del calendario, haciendo especial hincapié en la supresión de la jornada laboral (y del trabajo asalariado que es la moderna forma del viejo ejercicio de la prostitución, el oficio más viejo del mundo), que no basta con reducirla media hora para reforzarla y que siga existiendo como tal aligerándola treinta minutos y cobrando el mismo sueldo que si se hubiera computado como hora integral, como pretenden los sindicatos y el gobierno progresista, y en la supresión de la semana, esa pescadilla de enroscar que se muerde la cola y que nunca termina por mucho que celebremos el fin de la semana que nunca finaliza.

sábado, 29 de marzo de 2025

Chistes en serio

En El chiste y su relación con el inconsciente (1905) Sigmund Freud hace un estudio psicoanalítico sobre el chiste y su conexión con los procesos inconscientes de la mente, argumentando que el chiste, al igual que los sueños y los actos fallidos, es un medio de expresión del inconsciente.  Además, distingue entre el chiste inocente (que es un mero juego de palabras) y el chiste tendencioso (con contenido sexual, agresivo o socialmente transgresor), destacando que este último sirve para liberar tensiones reprimidas. Así, el placer que produce el chiste radica en la descarga de energía psíquica reprimida, que ha transgredido la censura moral del superyó.
 
Un ejemplo de chiste inocente sería el siguiente, por ejemplo: 
 
Un empleo ideal
Juan está más contento que un pez en el agua con el trabajo que ha encontrado. 
-¿Qué hace? 
-Nada. 
(Lo malo de este chiste es su carácter idiomático que hace muy difícil si no imposible su traducción a otras lenguas, porque en castellano la respuesta “nada” es polisémica: por un lado puede significar que practica la natación pero por otro es la negación de que no hace ninguna cosa, con lo cual su empleo ideal sería el trabajo cero).
 
Algunos ejemplos de chistes más tendenciosos
 
Maestra en escuela. 
Una maestra progresista y comprometida con la mejora de la educación le pregunta a un alumno en clase.
-A ver, Jaimito, ¿cómo te imaginas tú la escuela ideal y perfecta? 
-¡Cerrada a cal y canto, señorita! 
 

Una plegaria.
Un creyente se arrodilla y le pide a Dios misericordioso (o a Jehová o a Alá; cada creyente puede poner aquí el nombre propio de su Dios correspondiente, igual da uno que otro) con lágrimas en los ojos y mucho fervor religioso: 
-Señor, ¡haz que desparezca de la faz de la tierra todo lo malo que hay en mí y me hace ser tan desgraciado!
El Señor oyó y escuchó su plegaria desde lo alto, e hizo que el creyente... ¡desapareciera! 
 
El paraíso de las vírgenes.
-Érase una vez una mujer que se muere. Llega a las puertas del Purgatorio y San Pedro la recibe amablemente y le pregunta: 
-¿En qué lugar te gustaría vivir la vida eterna? 
-¡En el Paraíso de las Vírgenes!, -responde la mujer con gran convencimiento. 
-Pero, mujer, si has estado casada cuatro veces... -Protesta San Pedro rezongando. 
-Ya, pero mira: mi primer marido era funcionario, y ya sabes cómo son los funcionarios, que lo dejan todo para mañana. El segundo era ingeniero, y todo eran proyectos. El tercero era policía, y ya te imaginas cómo se las gastaba: me jodía, con perdón, mucho, pero no me follaba nada. Y mi último marido fue un sindicalista. Todo el mundo conoce a algún sindicalista: no hacen nada más que dar por culo a la clase obrera predicando la resignación y la aceptación del trabajo asalariado, así que todavía conservo el virgo intacto como Santa Teresa, por lo que creo que me merezco el Paraíso de las Vírgenes.
 
Movimiento Sísmico.  
En el cuartel de la Guardia Civil de Zarcillos del Montejo -pueblecito de la geografía de la España profunda, no muy alejado de Lepe (1)-, se recibe un telegrama del Centro Sismológico Nacional que dice textualmente: ATENCIÓN. Stop. Posible movimiento sísmico en la zona en dos días. Stop. Muy peligroso, superior Ritchter 7. Stop. Epicentro a 3Km de la población. Stop. Tomen medidas. Stop. Informen resultados con urgencia. Stop. Pasan dos días, una semana, un mes, dos meses... Y, al cabo de tres meses, se recibe el siguiente telegrama en el Centro Sismológico Nacional: Aquí Cuartel Guardia Civil Zarcillos del Montejo. Stop. Movimiento sísmico totalmente desarticulado. Stop. El superior de Ritchter 7 intentó huir y fue abatido a tiros. Stop. Epicentro y tres compinches detenidos. Stop. No hemos contestado antes porque hubo un terremoto que te cagas, con perdón por la expresión. Stop. 
 
(1) NOTA.- Lepe es un pueblo de la provincia de Huelva (Andalucía), no lejos de la frontera portuguesa, muy frecuente en los chistes españoles, cuyos habitantes serían en el imaginario colectivo el prototipo de la idiotez personal más oligofrénica, autista y consumada. La fama, no hace falta decirlo, no está, que yo sepa, justificada en modo alguno. Es simplemente un locus communis, un tópico, un nombre propio que se ha convertido en nombre común que representa a cualquier comunidad de vecinos, no necesariamente rural, española y, por lo tanto, universal. En una de las versiones de este chiste, es el cuartel de Lepe el que recibe el telegrama. Hemos preferido usar otra denominación de origen para el cuartel de la benemérita institución, descargando al de Lepe de su ominosa fama.
 
Dos amigas del instituto. 
Dos amigas que hacía tiempo que no se veían se encuentran un día por la calle, se dan un par de besos al aire de las mejillas y se saludan:
-¡Hola!. 
-¡Hola! ¡Cuánto tiempo! ¿Cómo te va? 
-Bien. 
-¿Cómo va tu romance con aquel chico con el que salías? 
-Bueno, eso se acabó ya hace tiempo. 
-¿Rompísteis? 
-No, nos casamos...
 

La maestra a toda la clase: 
-Hoy vamos a dar clase de Educación Sexual
Una niña alza la mano y pregunta: 
-¿Podemos salir al patio de recreo, señorita, las que ya follamos? 
(Las formas arcaicas de represión sexual prohibían que se hablara de ello: era pecado, tabú, estaba vedado. Las más modernas y vigentes hablan de ello, por el contrario, desvergonzadamente, lo han domesticado y convertido en una disciplina educativa (“educación sexual”). Antes nos prohibían el sexo, que era pecado, ahora nos lo recomiendan con las medidas profilácticas convenientes, por supuesto, de ahí la impertinencia de la niña desmandada “que ya folla” por su cuenta y riesgo, o que tiene más información de esta temática que de conocimiento general como en el siguiente y último chiste). 
 
 Un chiste “verde”. 
Una niña pequeña le cuenta a su íntima amiga: 
-¿Sabes? ...Ayer encontré un preservativo en el bosque
-¿Qué es un bosque? -Le pregunta, curiosísima, la amiga.

viernes, 28 de marzo de 2025

Poeta en Sunio (El canto del cisne)

 


En el cabo de Sunio, a tiro de piedra de Atenas en autobús, se alza todavía el templo de Posidón, construido hace 2500 años sobre un promontorio abierto a la inmensidad del mar. Aún se alzan 18 columnas dóricas de mármol de las 42 originales del santuario.



Al atardecer muchos turistas, cámara fotográfica en ristre, y no pocas parejas de enamorados se sientan a contemplar en silencio la que puede que sea una de las puestas de sol más espectaculares del mundo.


El nombre propio del poeta romántico inglés Lord Byron, tan enamorado de la idea de Grecia que murió luchando por su independencia contra los turcos,  aparece grabado en uno de los mármoles del templo como  recuerdo, aunque no se sepa a ciencia cierta si fue él mismo el autor de la inscripción.


Lo que sí es seguro que escribió el propio Byron, fascinado por el encanto y la magia del lugar, fueron estos versos de su largo y celebrado poema satírico Don Juan

Place me on Sunium's marbled steep,

 Where nothing save the waves and I

May hear our mutual murmurs sweep;

There, swan-like, let me sing and die.
 Lord Byron, Don Juan


Ponedme en  mármol de una grada en Sunio,   
En donde, solos yo y  las olas, pueda 
Oír el son de nuestro mutuo arrullo:
Dejad que allí, cual cisne,  cante y muera.

El último verso evoca el "canto del cisne", expresión incorporada a nuestro acervo cultural, con la que se alude a la última actuación de una persona o, más en concreto, a la  obra postrera de un artista, en la que da lo mejor de sí mismo al haber llegado al punto culminante de su carrera. Desde antiguo se creía sin mucho fundamento que los cisnes tenían la curiosa costumbre de entonar un armonioso y melódico cántico cuando presentían que llegaba el momento de su muerte. Así Cicerón, por ejemplo, nos dice en un pasaje de sus Conversaciones en la villa de Túsculo (Libro I, 30): "...los cisnes que fueron consagrados a Apolo no sin razón sino porque parece que de él reciben el don de la adivinación, en virtud de la cual mueren con un canto placentero al presentir el bien que hay en la muerte...". 

La historia del patito feo que se convierte en un bellísimo cisne resplandeciente al alcanzar la edad adulta, porque aunque había nacido en el corral de los patos había salido del huevo de un cisne,  nos viene a la mente a nosotros, los modernos, siempre que se menciona al cygnus olor, que es su nombre científico, desde que Hans Christian Andersen publicara su cuento en 1843 llamado a alcanzar tanta popularidad.  El patito más torpe, desgarbado, grande y menos agraciado que sus hermanos resultó, al fin y a la postre, que no era un pato tan patoso como parecía, sino un cisne de una belleza majestuosa y deslumbrante. Lo mismo sucedería con su voz, según los antiguos:  el graznido del supuesto pato resultaría un melódico y único canto en la plenitud de la vida.

Pero el cisne, por lo que se sabe de él, no canta nunca, sino que vozna, (del latín bucinare), que es emitir una voz bronca,  es decir,  una especie de gruñido sordo, similar a un ronquido, bastante desagradable, por cierto,  y disonante. Se creía sin embargo que el cisne tenía la habilidad, concedida por Apolo, como cuenta Cicerón, de predecir su propia muerte, y, cuando sentía que había llegado su hora, entonaba el canto más bello que jamás había proferido, porque comprendía que la muerte no era un mal en sí, sino todo lo contrario: un bien, el mejor bien de hecho que podíamos recibir en la vida.

Lord Byron,  a través de su alter ego don Juan, un donjuán que no seduce a las mujeres sino que, víctima del sexo femenino, es seducido por ellas, de ahí el carácter satírico que apuntábamos arriba de su poema, entona su canto de cisne en el cabo de Sunio, frente al mar.