El Director General de Salud Pública de la taifa cántabra efectuó las siguientes declaraciones a la prensa local de campanario* que se publicaron ayer domingo: «Tenemos cuatro virus respiratorios a la vez, el riesgo de contagiarse es elevado». No especifica el susodicho si el elevado riesgo de contagiarse incluye a los cuatro virus simultáneos, a varios, dos o tres, de ellos, o solo a uno. Pero, claro, si hay cuatro circulando por el aire -se supone- con este viento huracanado del sur, la surada que sopla estos días, es posible que alguno nos contagie...
Dice que estamos viendo mucha gripe, esa que durante dos años no hemos visto ni por el forro cuando todo era cóvid, y afirma que literalmente “aún no se puede hablar de novena ola cóvid, pero seguramente vendrá”. No sabe si la habrá, pero en lugar de decirlo así, añade que seguramente que la habrá. ¿Cuándo? El mes que viene. En noviembre. Está programada.
Ante este panorama poco tranquilizador, qué es lo que propone el susodicho: vacunarse contra la gripe y contra el cóvid. Es decir, ponerse una vacuna fallida como es la de la gripe en un brazo y en el otro la inoculación experimental, o sea, matar dos pájaros de un tiro: lo hace en una sesión, y así usted no tiene que volver otro día. Aprovechen, señoras y caballeros. El problema de matar dos pájaros de un tiro es que igual acabamos matando al pájaro con los dos tiros.
El Director de Salud Pública de Cantabria afirma que “Lo peor está por venir”. (Estas declaraciones de que lo peor está por venir coinciden con otras que ha hecho un gerifalte del Fondo Monetario Internacional a propósito de la economía). Pero aconseja la vacunación contra la gripe y contra el cóvid. ¿No queríais taza? Pues dos tazas.
Si seguimos así, acabarán destinando, si no lo están haciendo ya, más dinero público a la adquisición de ¿vacunas? innecesarias que a la, me temo que ya desmantelada, atención primaria de salud. Se impone la medicina profiláctica en vez de la curativa.