viernes, 6 de octubre de 2023
Coup d'État y Health dictatorship
martes, 15 de febrero de 2022
Un presente más brillante
domingo, 31 de octubre de 2021
¿Chochea Noam Chomsky?
No se puede negar que Noam Chomsky es uno de los mayores intelectuales de la izquierda americana. Como lingüista, su gramática generativa y transformativa, mejor que 'transformacional' como se 'tradujo' entre nosotros generative and transformational grammar, y su distinción entre la estructura superficial y la profunda de la frase han caído ya en el olvido. Él, sin embargo, ha sido uno de los críticos más implacables de las guerras llevadas a cabo por el Imperio en el mundo entero, es decir, de la política internacional de los Estados Unidos.
Aunque estemos de acuerdo con él en sus críticas, no podemos estarlo en sus adhesiones: ha apoyado los movimientos socialistas autoritarios sudamericanos y nacionalismos emergentes independentistas tales como el escocés y el catalán, entre nosotros, lo que no se entiende muy bien en alguien que se ha definido a veces como afín al movimiento libertario, esencialmente antinacionalista. Su crítica desde un punto de vista ácrata tiene valor en cuanto negativa, pero queda desautorizada totalmente desde el momento en que se hace positiva y favorable a movimientos como los citados que pretenden un cambio cosmético del mundo para que todo siga igual al fin y a la postre.
En unas recientes declaraciones, en efecto, del 24 de octubre afirma que los que rechazan la vacuna son como los conductores que no respetan el código de circulación y se saltan un semáforo en rojo poniendo en peligro su vida y la de los demás. La única actitud conveniente, según él, es apartarlos de la comunidad, y que si no lo hacen voluntariamente hay que obligarles a hacerlo: They should have the decency to remove themselves from the community. If they refuse to do that, then measures have to be taken to safeguard the community from them.
Cuando el entrevistador le pregunta qué habría que hacer para alimentar a estas personas aisladas del resto, Chosmky, ni corto ni perezoso, responde en primer lugar que ese es su problema: Well, that’s actually their problem, y añade poco después, que habría que darles de comer como se les da a los prisioneros en la cárcel, con lo que se muestra como lo que es: no como un antiautoritario, sino como un firme y convencido partidario de la actual dictadura sanitaria globalizada y del apartheid que crea una clase de ciudadanos capitidisminuidos que han perdido su estatus anterior y ven ahora mermados sus derechos.
Extraña esta opinión en alguien que se ha mostrado como él muy lúcido y crítico con la política del Imperio durante las últimas décadas, y que se ha proclamado muchas veces heredero del socialismo y del anarquismo clásicos. Pero era mentira, el anarquismo y socialismo decimonónicos eran antiparlamentarios y contrarios a la (pseudo)democracia representativa que padecemos, por lo que han estado fuera de la clasificación derecha/izquierda, que son las dos alas de la oligarquía capitalista que surgió de la revolución francesa y burguesa de 1789.
No hace falta decir que los que actualmente se llaman socialistas y comunistas, y en general progresistas, como el sedicente 'gobierno de progreso' español, sirven tan bien como las derechas y aun mejor que estas al sistema capitalista que los nutre porque lo hacen solapadamente.
Noam Chomsky no es un antisistema, sino todo lo contrario: un santón prosistema. No chochea. Cualquiera que escuche su entrevista, entiende que sus opiniones son coherentes con lo que siempre ha defendido. Y para algunos el de Chomsky es otro mito más que se derrumba.
jueves, 15 de julio de 2021
De la tiranía sanitaria actual
sábado, 3 de abril de 2021
¡Trágala, perro! (Una estampa de Goya)
Explicación de esta estampa del manuscrito del Museo del Prado: El que viva entre hombres será jeringado irremediablemente: si quiere evitarlo habrá de irse a habitar a los montes y cuando esté allí conocerá también que esto de vivir solo es una jeringa.
...del manuscrito de la Biblioteca Nacional: No le echan mala lavativa a cierto Juan Lanas unos frailes que galantean a su mujer, y le ponen un taleguillo al cuello a manera de reliquia para que se cure y calle. La mujer se ve detrás cubierta por un velo, y un monstruo de enorme cornamenta preside la función autorizándolo todo nuestro Padre Prior.
...del manuscrito de Ayala: Intentan unos frailes curar a un pobre Marcos, colgándole al cuello una reliquia y echándole lavativas por fuerza.
Goya en este Capricho presenta, en primer término, a un fraile que sujeta una enorme jeringa preparada para el hombre arrodillado y suplicante, un Juan Lanas o un pobre Marcos, es decir, uno cualquiera, un buenazo y bobo que se somete y se presta sin oponer resistencia a todo lo que se quiere hacer de él, por muy vergonzoso y humillante que sea, al que va a administrar una lavativa.
Al parecer Goya se inspiró en un suceso de la época. Un marido cornudo, engañado por un fraile, pretendió burlarse de su burlador y resultó burlado. Aquí no nos interesa mucho ahora porque el autor hace abstracción del caso particular y lo hace universal desarrollando la sátira de la sociedad española de su tiempo que es este nuestro todavía, en la que un estamento, la clerigalla, abusa de la gente obligándola a “tragar” lo inaceptable. El pueblo, por su parte, representado por el Juan Lanas o pobre Marcos arrodillado representa al inculto y supersticioso pueblo español.
Si donde el manuscrito de la Biblioteca Nacional dice “frailes” entendemos ahora “personal sanitario” y Juan Lanas o el pobre Marcos se quedan como símbolo de quienes padecemos las recomendaciones de las autoridades del Ministerio de Sanidad del Gobierno, tenemos una radiografía perfecta de lo que está sucediendo en España, sometida a la dictadura sanitaria decretada por una organización filantrópica (hay amores que matan, dice el refrán) como es la Organización Mundial de la Salud, que nos quiere tanto que nos hará sufrir por nuestro bien, como reza otro refrán.
De poco vale, como aquí vemos, que el humillado Juan Lanas o pobre Marcos junte sus manos y suplique clemencia o caridad. De nada le sirve el taleguillo colgado del cuello a modo de reliquia para que se cure, es decir, la mascarilla obligatoria en el exterior a la vista de todos, que ya está preparada la descomunal jeringuilla, es decir la inyección del suero milagroso y purgativo, que el frailazo va a endilgarle por salva sea la parte de su anatomía.
Algo hay de sádico en la expresión de los frailes que deja corto al marqués de Sade. Estos, en efecto, disfrutan sintiendo el gozo que están cometiendo y la atrocidad que van a llevar a cabo, gritando "¡Trágala, perro!", como leemos en el texto. Es los que los ministros de sanidad de los gobiernos nos espetan. El pobre Marcos o Juan Lanas -da igual su nombre, mutato nomine de te -es decir, de nosotros- fabula narratur- acabará dando gracias a Dios por la merced que el personal sanitario le ha infligido inyectándole el suero milagroso que aliviará sin duda su enfermedad inexistente.
Goya nos ha legado, quizá sin querer, quizá queriendo, en este grabado con su lenguaje simbólico la descripción magistral no de un hecho concreto de un momento histórico y los actores que en él intervinieron, sino el retrato universal y atemporal de lo que estamos viviendo ahora, jeringados como estamos en aras de la Salud, ese enfermizo ideal que nos enferma. Hay un macho cabrío en el trasfondo que preside la escena. ¿A quién representará? De algún modo es el Padre Prior que no sólo no impide que esto suceda, sino que lo autoriza.
El comentario del Museo de El Prado viene a decirnos que así es nuestra vida: esto del vivir es una geringa (sic). El argumento que utilizan las autoridades sanitarias es que es por nuestro bien y nuestra quebrantada salud, y de rebote, por el bien y la salud de los demás, que se antepone como ideal perverso a la libertad y dignidad de la propia vida de todos y de cada uno. Encima, tendremos que darles las gracias por obligarnos a comulgar con piedras de molino.
miércoles, 3 de marzo de 2021
Como el santo Job
miércoles, 9 de septiembre de 2020
Dictadura sanitaria
Dictadura sanitaria (cf. fr. dictature sanitaire, ing. health dictatorship, al. Gesundheitsdiktatur) parece un concepto nuevo, definido por los movimientos de oposición a las medidas coactivas de los estados so pretexto de lucha contra el virus coronado para acusar a los gobiernos de imponer restricciones a las libertades ciudadanas de reunión y asociación, manifestación y libertad de movimiento, básicamente. Parece que el adjetivo calificativo “sanitaria” aplicado al sustantivo “dictadura” con el que algunos definen la coyuntura política que estamos atravesando justifica de alguna manera la opresión y privación de libertad que conlleva una “dictadura”. Es como si legitimara la urgencia extraordinaria de un poder autoritario por mor de garantizar la pública salud.
El término “dictadura” lo hemos heredado del latín dictatura. En el paso de una a otra lengua se sonorizó la oclusiva dental sorda -t- intervocálica, fenómeno que la convirtió en -d-. Está formado sobre el verbo dictare que en principio es un verbo frecuentativo de dicere (decir), por lo que su significado primitivo era “decir una y otra vez, repetir”, pero enseguida pasó a connotar “para que conste por escrito”, es decir, “dictar”, como en los dictados escolares, por lo que se convirtió pronto en sinónimo de ordenar, mandar.
El sufijo -tura, que conservamos en muchas otras palabras como estatura, cultura, natura, literatura, modificado en el caso que nos ocupa en -dura, tiene una valor doble: por una parte se trata del llamado participio de futuro activo latino (morituri, los que van a morir; nasciturus, el que va a nacer, etc.), pero por otra tiene la forma colectiva del neutro plural, que acabó convirtiéndose en sustantivo femenino de la primera declinación. Lectura, por ejemplo, representa en principio el conjunto de textos que vamos a leer, para acto seguido pasar a ser el proceso de leerlos, el nombre de la acción que va a ejecutarse. Natura, que es el nombre latino de la naturaleza, representa en principio el conjunto de seres que van a nacer, es decir la pluralidad de naturus (reformulado en latín mismo con el sufijo incoativo -sc- como nasciturus).
Cincinato abandona el arado para dictar leyes a Roma, Juan Antonio Ribera (c. 1806)
Conocido es el primer dictator romano, Cincinato, que fue revestido con poderes extraordinarios por el senado romano ante el peligro de una invasión militar, y que una vez cumplido su encargo, abandonó el cargo y volvió a sus labores agrícolas. Su ejemplo inspiró el nombre de la ciudad estadounidense de Cincinnati (Ohio), nombre puesto en honor de los "cincinatos", una asociación que honraba a George Washington, al que consideraba un «cincinato», es decir, un ejemplo de civismo que decidió retirarse de la política en 1796, renunciado a un tercer mandato como presidente de los Estados Unidos.
Pero la expresión "dictadura sanitaria" que estamos analizando no es tan nueva como parece. La epidemia de gripe de 1918-19, llamada “gripe española” sirvió de gran revulsivo para sensibilizar a médicos y a la opinión pública en general de las penosas condiciones sanitarias que atravesaba España y de la escandalosa falta de organización y estructura sanitaria, argumentándose entonces la necesidad de una «dictadura sanitaria», expresión utilizada por primera vez entonces, por lo que yo he averiguado, en algunas publicaciones médicas de la época, que no hacía sino preparar el terreno, al menos en parte, para la dictadura de Primo de Rivera que vino después, que, como más tarde haría también la segunda república española, implementaría medidas higiénicas y sanitarias en favor de la población.
Volviendo al comienzo de este texto, calificar una
dictadura de sanitaria, es como si estuviéramos tratando de
sanearla, de considerarla buena o, al menos, si no un bien en sí mismo, un
mal necesario. Pero no hay males necesarios, como hemos razonado muchas
veces. La expresión “mal necesario” lo que hace es, sin querer a
veces, justificar la necesidad del mal, en este caso de la dictadura,
que como nos dicen las autoridades sanitarias sería necesaria hasta
que dispongamos de una vacuna de la que no disponemos.