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martes, 28 de julio de 2020

"Vergüenza me daría ser policía"

La Ley Orgánica de Protección de la Seguridad Ciudadana española, popularmente conocida como ley mordaza, tipificaba como delictivas las “faltas de respeto y consideración a un miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en el ejercicio de sus funciones de protección de la seguridad”, pero una posterior Instrucción del Ministerio del Interior de 17 de octubre de 2018 vino a restringir el alcance de dicha norma, afirmando que no había que interpretar la expresión “ejercicio de sus funciones de protección de la seguridad” al pie de la letra (sic) “sino que abarca cualquier actuación de los agentes en el ejercicio de su autoridad”, lo que viene a decir que alcanza prácticamente a cualquier actuación policial y, por lo tanto, a su consideración como agentes de la autoridad, por lo que se desactiva toda posibilidad de crítica. 
 

Esto no es algo exclusivo de la legislación española. En Alemania se han dictado sentencias que determinan que las siglas ACAB, que son el acrónimo de all cops are bastards en la lengua del Imperio (o su equivalente numérico 1312, por el orden alfabético de las susodichas letras en el abecedario latino que usamos), que vendrían a ser algo así como “todos los polis son unos bastardos” en nuestra lengua, estampadas en una pancarta, en una pintada, en una camiseta o chapa o en cualquier otro soporte, son un insulto específico dirigido a la policía en general, y algo punible, pues no se encuentra amparado por la libertad de expresión. 

Lo injurioso ahí no es denominar a los agentes de policía o policemen “cops”, pues en la lengua vulgar del Imperio es habitual y no es ofensivo, sino algo parecido a nuestro “poli” o “pasma”. Este COP es abreviación de COPPER, atestiguado en inglés desde 1859 con un valor similar al del latín CAPTOR, con el significado de policeman desde 1846, nombre de agente en -ER derivado del verbo TO COP “capturar, arrestar a un prisionero”, relacionado con el francés CAPER “coger, capturar” procedente del latín CAPIO CAPERE con el mismo significado. 

Lo injurioso ahí sería la utilización de la palabra bastardos, algo anticuada ya en castellano como hideputas con el significado de hijos de puta, contrapuesto a hidalgos o hijos de algo, o sea, de alguien, es decir, de un padre conocido y respetado. Se ha realacionado la palabra “bastardo”, que significa “hijo ilegítimo”, con el francés antiguo bastart, moderno bâtard derivado de bast, bât “albarda”, que aludiría a los hijos nacidos de las relaciones de arrieros con coimas de posada, como la Maritornes del Quijote por ejemplo. 

Vengamos a lo nuestro. Evaristo Páramos, cantante de la banda Gatillazo, y antes de La Polla Records, cerró la actuación de su grupo en un festival en Jerez de la Frontera el 25 de mayo pasado al grito de “policías, sois unos hijos de puta”. El improperio, como puede verse, no iba dirigido contra un agente en concreto, sino contra el cuerpo en general de policía, y fue sancionado por “falta de respeto o consideración” a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de acuerdo con la susodicha LOPSC. 

 

La policia de Euskadi, la Ertzaintza, leo en la prensa, respondía con multas vía Ley Mordaza cuando se pronunciaba o se escribía el lema “vergüenza me daría ser policía”. Un tribunal de justicia, vía contencioso administrativo, tuvo  que desautorizar la sanción argumentando que el eslogan carece de entidad vejatoria o tiene muy poca, y está amparado en todo caso sin ningún atisbo de duda en el derecho fundamental a la libertad de expresión.  

Otro caso entre nosotros, que leo en la prensa burgalesa: Un joven recibe una multa de 600 euros por insultar a la Policía Local de Burgos en una red social después de que sancionaran a un amigo suyo por tunear el coche, aparcamiento en doble fila y por no portar matrícula, por lo que los efectivos decidieron llamar a la grúa para retirarlo y llevarlo al depósito municipal. 


A través de una red social, el cuerpo municipal informó de esta irregularidad y una persona publicó el siguiente comentario crítico e injurioso: Más vale que os dediquéis a proteger a los ciudadanos y a la gente que de verdad os necesita, hijos de puta. A los pocos días, los agentes del cuerpo municipal de policía le localizaron y le denunciaron por faltar al respeto a miembros de las fuerzas del orden. Las multas por este tipo de infracciones, recogidas en la Ley de Seguridad Ciudadana, van desde los 100 a los 600 euros, y a él le cayeron 600. 

Una crítica, dirigida a la labor de la policía, que debería ser proteger a los ciudadanos y a la gente que necesita protección, y no hacer lo que habían hecho, ha sido multada y desactivada por el insulto que la acompañaba de “hijos de puta”. ¿Qué es lo que aquí se está penalizando? ¿Criticar la labor de la policía, insultarle o ambas cosas?