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martes, 6 de julio de 2021

Milonga del creyente perplejo

    Dedicado a alguien, cuyo nombre propio omito porque no deja de ser un pseudónimo como todos los nombres propios, que rindió hace unos años homenaje públicamente en la Red a la primera baja de las Fuerzas de Defensa de Israel, la cual, según él, "ofrendó su vida por la seguridad y el derecho a existir de Israel", y se olvidó de los muertos del otro bando, que también son nuestros muertos, pero que para él no contaban.  
 
    Ese alguien pedía asimismo -¿a quién?- la protección para los “miles de soldados hombres y mujeres –¡la guerra ya no es cosa de hombres, sino también de mujeres igualadas en lo peor a los hombres!- que están llevando a cabo la operación -la matanza- en Gaza”. 
 
    Nuestros son los muertos de uno y otro bando, porque todas las guerras son guerras civiles, guerras entre hermanos, guerras fratricidas. No tenemos derecho a reclamar sólo las víctimas de un bando olvidando las del otro.  
 
    A él y a los que piensan como él les conviene escuchar la hermosísima canción de Jorge Drexler de la Milonga del moro judío, cuyo estribillo, que escribió Chicho Sánchez Ferlosio, reza así: “Yo soy un moro judío / que vive con los cristianos; / no sé qué Dios es el mío, / ni cuáles son mis hermanos”. 
 

 
       Esta cuarteta genial de Chicho muestra a la perfección el conflicto de las tres grandes religiones monoteístas que han triunfado en el mundo moderno. Dichas religiones suelen estar asociadas al nacionalismo y etnicismo más recalcitrantes. Todas ellas se creen la religión verdadera, y ninguna lo es.  Las tres religiones monoteístas tienen un único Dios con nombres distintos, que, en el fondo, es la misma divinidad, llámese Jehová Alá o Yavé.
 
    El moro judío entre cristianos no sabe qué Dios es el suyo, ni quiénes son sus hermanos correligionarios, si los moros, los judíos o los cristianos. Lo que nos viene a decir la copla es que esas divisiones religiosas son, en el fondo, triviales: las tres religiones monoteístas del Libro son la misma religión, y por lo tanto las disputas religiosas entre moros, judíos y cristianos no tienen ningún sentido o fundamento, y no son más que malentendidos. 
 
 
    Jorge Drexler compuso la Milonga del moro judío, con el estribillo de Chicho, y la cantó. He aquí la letra de la canción compuesta por tres décimas de Drexler y la cuarteta intercalada del estribillo de Chicho.
 
    En fin, es muy fácil, como canta Drexler, sentirse pueblo elegido y considerar que los enemigos son los terroristas, y nuestra guerra una guerra justa. Es muy fácil, pero es mentira, porque lo mismo pueden pensar nuestros enemigos de nosotros. Y con razón, con un poco de razón, porque todos tenemos un poco de razón al fin y al cabo (pero ninguno en particular la tenemos del todo y en exclusiva).
 
 
 
    Por cada muro un lamento / En Jerusalén la dorada / Y mil vidas malgastadas / Por cada mandamiento. / Yo soy polvo de tu viento / Y aunque sangro de tu herida / Y cada piedra querida / Guarda mi amor más profundo, / No hay una piedra en el mundo / Que valga lo que una vida.
 
    Yo soy un moro judío / Que vive con los cristianos. / No sé qué Dios es el mío / Ni cuáles son mis hermanos. 
 
    No hay muerto que no me duela, / No hay un bando ganador, / No hay nada más que dolor, / Y otra vida que se vuela. / La guerra es muy mala escuela,  / No importa el disfraz que viste. / Perdonen que no me aliste / Bajo ninguna bandera. / Vale más cualquier quimera Que un trozo de tela triste.
 
    Yo soy un moro judío / Que vive con los cristianos. / No sé qué Dios es el mío / Ni cuáles son mis hermanos. 
 
    Y a nadie le dí permiso / Para matar en mi nombre. / Un hombre no es más que un hombre, / Y si hay Dios, así lo quiso. / El mismo suelo que piso / Seguirá, yo me habré ido / Rumbo también del olvido.  / No hay doctrina que no vaya / Y no hay pueblo que no se haya / Creído el pueblo elegido. 
 
    Yo soy un moro judío...