Seguidillas:
(A Ivan Illich)
Ha progresado tanto / la medicina, / más atenta a los riesgos / que no a los síntomas, / que es solo previsora, / no curativa, / y ya somos enfermos / todos y víctimas.
Que viene el lobo, dicen, / quebrantaovejas. / El pastor del rebaño / las tiene en cuenta. / Otro es el matarife / que las degüella / allá en el matadero, / y pone en venta.
Jaicus:
Pobre yo, al gorrión / le echo las migas del pan / que no me sobró.
Digo en alta voz: / No, renó y recontranó, / contra todo Dios.
El futuro no es / ya lo que era y lo que fue / ni lo que va a ser.
Un tonto feliz / me gustaría a mí ser: / (tonto ya lo soy).
A la rebelión / nos llama el Emperador. / ¡Qué contradicción!
No vivo de ti, / pero no puedo vivir, / música, sin ti.
Un sol invernal / en un cielo despejado / de un azul glacial.
Cada vez que miro / el reloj, me da -tic, tac- / la hora que ya no es.
Yo, investigador. / ¿Qué descubro en mi interior? / Huero cascarón.
Tancas:
Llueve en la ciudad / y hay lágrimas sin razón / en mi corazón, / como las de Paul Verlaine, / llenas de desolación.
Viajeros al tren! / grita el jefe de estación / y da la señal / con silbato y banderín: / sale el tren que pierdo yo.
Yo soy el que soy, / dijo Jehová a Moisés, / pero, digo yo, / si solo Él es el que es, / ¿quién soy yo y qué pinto aquí?
Goliardescas:
Se abre el año / nuevo, engaño, / este dos mil veinticinco: / triste rima / lleva encima: / por el culo te la hinco.
Una guerra / no se cierra / decretando el alto el fuego: / ve a la legua / que es la tregua / para que prosiga el juego.
Aforismo: / No es la guerra / lo contrario de la paz. /¡Cuerpo a tierra! / Es lo mismo, / al quitarse el antifaz.
Del tinglado / del Estado / un pilar es la vivienda: / un derecho / del sin techo, / paradójica jodienda.
Escribes poesía (y prosa) mucho mejor que yo, y eso que tengo ( tenía) un alto concepto de mí mismo, este ego se debe a que me comparo con los que se llaman poetas hoy, pero bueno, ya se sabe, que nadie de su saber se ufane porque a todo hay quien gane.
ResponderEliminarNo digas tonterías, amigo Jeremías. Todas las comparaciones son odiosas, así que no te compares con nadie y menos con los que se llaman poetas hoy, que no saben escribir un verso a la antigua usanza, y se inventan una nueva usanza que no es verso ni es ná. No te menosprecies, que no escribes nada mal. Sigue escribiendo. Un abrazo.
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