Fracaso escolar: ¿Fracasa el niño que va a la escuela o fracasa la escuela a la que va a la fuerza por obligación y muchas veces con lágrimas en los ojos y no por devoción, no se olvide nunca esto, el niño? El fracaso escolar no es el fracaso de los niños, sino de la institución, que les priva de libertad en una etapa fundamental de su vida so pretexto de educarlos y de formarlos "integralmente". Resulta sarcástico que a esto lo llamen algunos pedagogos "éxito educativo".
Educación universal de 0 a 3 años:
Parece que todos los partidos políticos del arco
parlamentario (e ignoro si del extraparlamentario, si hay alguno) están
de acuerdo
en la extensión de lo que llaman “educación universal” por abajo desde
el
momento en que el recién nacido recién salido del claustro materno abre
los ojos a la luz del mundo y rompe a llorar. La franja de edad de 0 a 3
años ya se considera una etapa más que forma
parte del ciclo educativo para la que se pretende tejer “una red de
recursos
integrada pública y gratuita” (perdón por la jerga político-económica
que
empleo y que no es mía, sino propia de los que mandan, que son los más
mandados como se sabe). Hasta ahora este tramo no se consideraba ni
siquiera un tramo donde tuviera que intervenir el Estado como auxiliar
de la familia, y, desde luego, no era gratuito sino de pago para las
familias que se desprendían unas horas al día de sus criaturas, a
diferencia de
la enseñanza de 3 a 6 años y el Bachillerato, que son fases no
obligatorias pero gratuitas del
sistema de enseñanza, un sistema cuya obligatoriedad “solamente” va de
los 6 hasta los
16 años, por lo que las familias no tienen que abonar directamente nada si sus hijos las
cursan en un centro público o privado concertado, aunque, que
nadie se llame a engaño con esto, que muchas veces no se reconoce y se
oculta, sí lo hacen indirectamente a través de sus impuestos.
Los apologetas del invento no ven más que virtudes en él que yo no acierto a ver por más que lo intento: creen que será positivo para la conciliación familiar, la igualdad y la corresponsabilidad de varones y mujeres en el hogar. Aseguran que terminará con la precariedad laboral femenina y mejorará hasta eso que les preocupa tanto de las pensiones... La justificación pedagógica no reconoce que se van a crear abiertamente guarderías con dinero público para cambiar a los niños los pañales y adoctrinarlos desde bien pequeñitos, sino para “construir en estas edades tan tempranas un armazón muy potente (sic, por la terminología pedodemagógica) para la elaboración del lenguaje a través del aprendizaje lector, escritor o de conceptos sencillos construidos a partir de la manipulación, experimentación u observación”. ¡Como si hiciera falta que nos enseñaran a hablar para que sepamos decir que no, que es lo primero que decimos sin que ningún experto en educación infantil nos lo enseñe!
Los apologetas del invento no ven más que virtudes en él que yo no acierto a ver por más que lo intento: creen que será positivo para la conciliación familiar, la igualdad y la corresponsabilidad de varones y mujeres en el hogar. Aseguran que terminará con la precariedad laboral femenina y mejorará hasta eso que les preocupa tanto de las pensiones... La justificación pedagógica no reconoce que se van a crear abiertamente guarderías con dinero público para cambiar a los niños los pañales y adoctrinarlos desde bien pequeñitos, sino para “construir en estas edades tan tempranas un armazón muy potente (sic, por la terminología pedodemagógica) para la elaboración del lenguaje a través del aprendizaje lector, escritor o de conceptos sencillos construidos a partir de la manipulación, experimentación u observación”. ¡Como si hiciera falta que nos enseñaran a hablar para que sepamos decir que no, que es lo primero que decimos sin que ningún experto en educación infantil nos lo enseñe!
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