jueves, 7 de julio de 2022

Más aldabonazos

Hay una séptima ola de Covid-19 que, sin embargo, no existe pero aumenta de manera visible el número de ingresos hospitalarios, extraña en esta época del año. 
 
El fenómeno OVNI, acrónimo de Objeto Volante No Identificado, versión de UFO, Unidentified Flying Object, en la lengua del Imperio, abduce nuestros cerebelos.
 
 

El Estado, ocultando su cara dura policial y verdadera bajo la mascarilla sanitaria, pretendía salvar nuestras vidas a toda costa, a costa incluso de la vida. 
 
Inversión de la carga de la prueba: todos somos culpables a menos que podamos demostrar nuestra inocencia ante un tribunal que presupone nuestra culpabilidad.
 
Las autoridades sanitarias del Estado Terapéutico, ese ogro filantrópico y profiláctico, declaran que todos somos enfermos potenciales de una nueva enfermedad. 
 
 
 
 
¿Libertad de movimiento, acorralados como estamos por reglamentos y sanciones que regulan y restringen nuestra autonomía, y por videocámaras que nos monitorean? 
 
Las plataformas de streaming quieren engancharte dándote un atracón de series en modo maratón durante horas y horas muertas a fin de anestesiarte y distraerte. 
 
 

 Se considera inaceptable pensar fuera de los parámetros de la ventana de Overton, y sin embargo el pensamiento no debería restringirse a su marco tan estrecho. 
 
Los muertos y heridos al saltar la valla de Melilla, si no son ucranianos, no son humanos ni dignos de la consideración del presidente del gobierno progresista.

miércoles, 6 de julio de 2022

La prevención da resultado: SIDA

    Podía ser graciosa si no fuera sarcástica y patética la nueva campaña de las autoridades sanitarias de nuestro sedicente gobierno progresista:

(cada vez se me aparece más claro aquello que decía creo que Chesterton, aunque no estoy seguro de su autoría, de que el progresismo lo ejemplifica la actitud del policía que le dice a la gente 'no se detengan, sigan adelante, circulen, continúen...' sin importar el rumbo del destino)

    "Estudios recientes señalan que un número creciente de hombres gais, bisexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres (GBHSH) tiene el VIH." Una nueva sigla aparece aquí: GBHSH (Gays, Bisexuales y Hombres/Sexo/Hombres) hace su aparición en escena frente a otra más vieja: el coco del VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana), vulgo SIDA.

    La tripartición Gais, Bisexuales y Hombres-que-tienen-Sexo-con- otros-Hombres parece que quiere ser respetuosa no estigmatizando a ningún miembro de esos colectivos, pero establece una gradación entre los varones que solo tienen sexo con otros congéneres (gais), los que tienen sexo con otros varones y con mujeres (bisexuales) y los Hombres-que-tienen-Sexo-con-otros-Hombres sin catalogarse en las dos etiquetas anteriores, una gradación que finalmente estigmatiza a los tres grupos por el factor común de tener sexo, como dicen las autoridades, ya sea exclusivamente o no, frecuente- o esporádicamente, con otros miembros de su sexo, dado que un número creciente -según estudios recientes que no se citan- tiene el viejo VIH (o HIV), o sea, el SIDA (o AIDS en la lengua del Imperio). En conclusión, el sexo entre varones sin las debidas precauciones da SIDA. No es que sea malo, no, no es pecado por el que se condenE uno, 

-no es la vieja sodomía que hizo que el Señor castigara a las ciudades de Sodoma y Gomorra porque sus habitantes quisieron violar a dos ángeles del Señor, rechazando a las hijas que no habían conocido varón todavía de Lot que este les ofreció a cambio-, ni se va por el coito infando al infierno de Pedro Botero como decía la Iglesia. Tampoco está penalizado ya por nuestro código civil y no se considera ya un acto contranatura ni una enfermedad mental según la Biblia de la psiquiatría que redacta la APA americana-;

es algo más sencillo: si no se practica con la adecuada precaución y profilaxis es perjudicial para la salud (y, por ende, para el sistema sanitario que dice velar por ella).

    Lo más curioso es que la campaña va dirigida a los mayores de cincuenta años, porque son ellos y no los más jóvenes los cabezas locas que no se realizan las pruebas de VIH y otras ITS (¡otra sigla! la I es de Infecciones, que viene a sustituir a las obsoletas  ETS Enfermedades de Transmisión Sexual) “de modo que es posible -dice el panfleto gubernamental- que no conozcan si presentan estas infecciones”, porque “los signos del VIH pueden pasar desapercibidos” 

         (¿Quizá también porque son enfermedades asintomáticos, según el oximoro de moda que ha hecho tanta fortuna durante la pandemia?)

    y porque además “hay personas mayores que consideran que tienen un riesgo bajo de contraer la infección por el VIH y otras ITS, pero esta percepción de riesgo puede estar desajustada” (sic).


     La estigmatización que la corrección política no discriminatoria quería evitar aumenta sin embargo la discrimianción: Los GBHSH pueden contraer el VIH y otras ITS, no por lo que hacen -sexo- sino por hacerlo sin las debidas precauciones o, dicho de otro modo, por no hacerlo como Dios manda, o lo que es lo mismo, como mandan las autoridades sanitarias.

    (Entre las susodichas infecciones se encontraría, cabe pensar, la viruela del mono, de rabiosa y urticante actualidad).

    El objetivo de esta campaña (todas las campañas tienen un objetivo de índole militar) es promover “la adopción de medidas preventivas frente a la infección por el VIH entre los hombres GBHSH mayores de 50 años, desde un enfoque de prevención combinada(!), incluyendo información sobre opciones como: el uso del preservativo -¡resucita el viejo condón, no en vano denominado profiláctico!-, la promoción -ojo al término- de pruebas diagnósticas del VIH y de otras ITS, -y ojito a las nuevas siglas-, la indicación de la Profilaxis PreExposición (PrEP) y la Profilaxis PostExposición (PPE) frente al VIH. ¿No querías profilaxis? Pues dos tazas: profilaxis pre- y profilaxis post-.


     Quizá habría que recordar en este punto y en medio de tanto despropósito al profesor Luc Montagnier 
 
(al que nuestro entrañable Periódico Global El País dedicó el siguiente epitafio descalificador con ocasión de su reciente fallecimiento: "Muere Luc Montagnier, el virólogo antivacunas que dilapidó su prestigio tras ganar el Nobel por descubrir el VIH. La comunidad científica había repudiado al investigador francés, que rechazaba las vacunas, creía en la memoria del agua y recomendaba comer papaya contra el párkinson") 
 
    que dijo antes de morir, que ya hay personas inoculadas con la "vacuna del covid" que están dando positivo en VIH -y no precisamente por mantener relaciones homosexuales sin preservativo; con la vacuna del covid, insisto, porque no es casualidad, sino causalidad según el premio Nobel- ya que han arruinado su natural sistema inmunitario.

martes, 5 de julio de 2022

San Jorge y el dragón

      En la leyenda cristiana de san Jorge y el dragón, confluyen varios mitos griegos: Apolo, que mató a flechazos a la serpiente Pitón, y Perseo, que tras cortarle la cabeza a Medusa, se enfrenta a Ceto, un monstruo marino, que exigía el sacrificio propiciatorio de la princesa Andrómeda, que el héroe acabará liberando y convirtiendo en su esposa, sin olvidar a Belerofonte, que a lomos de Pégaso, el caballo alado, derrotó a la Quimera, otro de los muchos  nombres del monstruo multiforme que parece que sólo existe para justificar la existencia del héroe que lo crea para destruirlo.


Basándose en estos mitos clásicos,  se inventó en la Edad Media, no más allá del siglo XII, la leyenda de Jorge, que acabará santificado y convertido en san Jorge,  y el dragón. Asigna así esta leyenda a la figura histórica o pseudohistórica más bien de Jorge el papel del héroe luchador que se enfrenta al monstruo que encarna el mal y lo derrota. La existencia en la realidad del héroe no está demostrada, pero eso no impide que su relato cumpla su función en el subconsciente de nuestro imagianrio colectivo.

 
  San Jorge y el dragón, Paolo Uccello (1470)

Los primeros documentos que hablan de Jorge se remontan como mucho al siglo VI y no mencionan para nada el encuentro con el monstruo. El ámbito geográfico de su leyenda coincide con el de Perseo y Andrómeda: Capadocia, Palestina o Libia. Se habla de un dragón enorme de aliento flamígero que ataca a hombres y ganados. Según la Leyenda Dorada sería Dios quien envía este monstruo a la ciudad porque era pagana y se perseguía allí a los cristianos. Había que ofrecer a este dragón dos ovejas al día, hasta que comenzó a escasear el ganado, por lo que a partir de entonces se ofrecía una sola oveja y un ser humano joven, hasta que la suerte designó a la hija del rey como chivo expiatorio, que, al igual que le sucedió a la princesa Andrómeda en la leyenda de Perseo, tuvo que ser ofrecida en sacrificio al monstruo.  
 

 
De hecho, el monstruo que va a devorar a Andrómeda, Ceto, es un demonio de la muerte que como Plutón/Hades exige una esposa. Andrómeda es encadenada a una roca y ataviada como una novia de la Muerte, que en griego es una divinidad masculina: Thánatos. En un fragmento de la perdida tragedia Andrómeda de Eurípides, la heroína se lamentaba de que era asistida por plañideras y cánticos fúnebres en vez de por los cantos festivos y danzas del cortejo nupcial de su supuesta boda. Hay, además, vasijas griegas que representan a Andrómeda vestida como una novia cuando va a ser sacrificada.

              San Jorge y el dragón, Rafael Sanzio (1504-1506)

 Jorge era joven y atractivo, como fiel trasunto de Apolo, cuando luchó con el dragón, como vio enseguida la princesa. Dios había enviado a Jorge para que matara al dragón y para que la ciudad, liberada de su amenaza, pudiera convertirse al cristianismo, desterrando el paganismo. Jorge se convierte en un guerrero, armado de espada, lanza y escudo, montado a caballo: un caballero medieval, por lo que aquí viene a ser un trasunto de Belerofonte. En los cuentos y canciones populares mata al dragón de un lanzazo enseguida, pero en la leyenda cristiana, el santo domina al monstruo haciendo el signo de la cruz, sin derramamiento de sangre, rogando a Dios que aplaque a la fiera y la vuelva sumisa. 

Más tarde, cortará la cabeza al dragón, y el pueblo en agradecimiento construirá un santuario a san Jorge y establecerá una fiesta en su honor. Hay una diferencia notable, sin embargo, entre el héroe griego Perseo y su cristianización como Jorge: el santo no puede casarse con la princesa rescatada como hace el héroe griego, porque la santidad conlleva castidad y excluye el matrimonio. La ciudad, agradecida sin embargo por la liberación, le da enormes riquezas a Jorge, que él, como buen cristiano, reparte entre los pobres. 

 San Jorge y el dragón, Wassily Kandinsky (1927)

Llega  así a ser san Jorge el más conocido de los santos cristianos que luchan contra el dragón, incardinándose su leyenda en el mito del combate, que estudia magistralmente Joseph Fontenrose en su libro “Python”, donde hace un concienzudo repaso del enfrentamiento del héroe contra el enemigo, que generalmente es un monstruo que personifica el caos y el mal. Pero el libro no se queda en un estudio de mitología clásica griega, sino que haciendo un concienzudo trabajo comparativo aborda otras mitologías como la hitita, babilonia, egipcia, india, china, japonesa, indígena de América del Norte, hallando el arquetipo común a todos estos mitos y leyendas, cuyas coincidencias, a pesar de los diferentes ámbitos geográficos, culturales y temporales, revelan el patrón de un mismo origen común. 

  Los héroes a fuerza de luchar contra los monstruos para liberarse y a la vez liberarnos a los demás de su maléfico influjo acaban pareciéndose a los propios endriagos contra los que combatían, como el perro que en curiosa simbiosis termina asemejándose a su dueño. Hay héroes que acaban convirtiéndose en auténticos endriagos. Así pues, los legendarios caballeros andantes acaban pareciéndose, tal es la íntima relación que los une, a los fabulosos dragones y basiliscos de los romances antiguos de los libros de caballerías contra los que lidiaban, como si se reencarnaran en los monstruos que ellos mismos crearon a fin de combatirlos.
 
Hay héroes, además, como Heraclés, que en su afán por resolver los problemas los multiplican como en su enfrentamiento con la hidra de Lerna, el monstruo policefálico. Por cada cabeza que le cortaba el héroe le salían dos más al cefalópodo. La resolución de un problema crea dos más.
 

lunes, 4 de julio de 2022

'De gustibus (et opinionibus) non est disputandum'

    La frase "De gustibus (et opinionibus) non est disputandum" (no hay que discutir sobre gustos (ni opiniones)" intenta subrayar la subjetividad y, por lo tanto, inutilidad y vanidad de las discusiones en cuestiones de gustos y opiniones personales. No se trata de la cita de un autor conocido, sino de una expresión originada probablemente en círculos escolásticos de la Edad Media, como contábamos aquí. El añadido que pongo entre paréntesis se lo debemos a un personaje de Dostoyesqui.

    Normalmente se interpreta esta afirmación en el sentido de que cuando una discusión llega a un punto en el que la diferencia se reduce a una cuestión de gustos o preferencias, no tiene sentido continuar. Se entiende que los gustos son irracionales, idiosincrasias que no son susceptibles de ser argumentadas. “De gustos y opiniones no discuten los doctores” o “sobre gustos no hay nada escrito”.

    Pero, ¿son los gustos en verdad una expresión arbitraria de cada individuo? Sociólogos y antropólogos han impugnado esta visión. Los gustos, nos dicen, son el resultado de los patrones culturales en los que nos encontramos inmersos y de los contextos sociales en los que se desarrolla nuestra vida. Esto es indiscutible, como lo demuestran -por mencionar sólo un par de ejemplos- los diferentes hábitos alimentarios en distintos países o los, por lo general, diferentes gustos musicales de los jóvenes y los mayores cuando, además, se entrecruzan con diferencias sociales económicas y culturales. Nuestros gustos revelan, en consecuencia, mucho de nosotros, son nuestros datos, fruto de nuestro condicionamiento sociocultural. 


    Conviene reflexionar un poco sobre lo que cada uno opina y sobre lo que a cada uno le gusta. De alguna forma la sociedad está montada sobre que no hay nada más verdadero que las opiniones de cada cual y que no hay nada más bueno que lo que a cada cual le gusta, pero desde el momento en que eso choca con lo que opina otro o le gusta a otro no puede ser verdad, o sólo lo sería de una manera relativa: verdadero para uno, falso para otro, pero la verdad de verdad de la buena no puede ser, por definición, relativa, tiene que ser absoluta.

    El hecho de que se diga, sin embargo, como se oye a veces, que todas las opiniones son respetables choca con lo que aquí decimos de que no pueden ser merecedoras de respeto porque todas son falsas. Y lo mismo sucede con las opiniones, que por muy respetables que digan que son no son verdaderas, sino meros puntos de vista de unos ojos ciegos por muy paradójico que suene. Realmente, ninguna opinión es respetable o merece respeto. Al formularse y publicarse, saltan a la palestra de la disputa, y son objeto de controversia, burla, escepticismo, aprobación... Todas y cada una de las ideas, creencias u opiniones que cualquiera exprese públicamente quedan a merced de cualquier tipo de crítica, sátira o escarnio que los demás quieran hacerle, son banderas que se esgrimen y enarbolan para el enfrentamiento, la lucha y la disputa. Afrontan el descrédito y se arriesgan a lo único que hay peor que el descrédito, la ciega credulidad. En el colmo de los colmos, resulta, además, que hay opiniones para todos los gustos.

domingo, 3 de julio de 2022

El artista que dijo 'no'

    Una cita del jacobino Nicolas Chamfort (1741-1794) viene muy oportuna a corroborar el título de esta entrada. Contra lo que habitualmente se cree, es más positivo decir que no que decir que sí a la falsía de la realidad, porque el 'no' nos dignifica liberándonos de ella, mientras que el sí nos esclaviza a su falsedad constitutiva: 

    La cita dice así: Casi todos los hombres son esclavos por la razón que los espartanos daban de la servidumbre de los persas, la falta de saber pronunciar la sílaba "no". Saber pronunciar esta palabra y saber vivir solo son los dos únicos medios de conservar su libertad y su carácter.
 

 
    El caso es que hubo una vez un artista que dijo que no y que rechazó el Premio Nacional de las Artes Plásticas 2010 que se le otorgaba, dotado con una considerable suma de dinero de 30.000 euros de los de entonces, alegando que no buscaba el reconocimiento oficial del Estado, sino que se conformaba con que a la gente, a alguna gente, si no podía ser a la mayoría, le gustara su obra. No perseguía condecoraciones de ningún tipo ni reconocimientos vanos, y lamentaba que el Estado quisiera apropiarse de la calidad de su obra, para convertirla en cultura.  

    No importa su nombre. Su obra, tampoco mucho. Quizá lo que más importe, lo que más importa es su gesto, auténtica obra de arte. 


    Criticó el artista algunas de las últimas medidas que había tomado el Gobierno de entonces que quería condecorarlo, tales como participar en guerras que se denominaban "acciones humanitarias para fomentar la paz internacional" (sic), y acudir en auxilio de la dama arruinada que era la Banca dándole dinero público a fin de rescatarla.  

    Posteriormente, en una entrevista a la prensa declaraba que nunca daría la mano a cómplices de la barbarie bancaria y militar. También dijo, prestándole su voz a la razón común: "La democracia es una estafa, es la dictadura perfecta". Gloria, pues, al artista que dijo que no, y que a través de sus palabras denunció algunas de las mentiras principales que sostienen la gran mentira de la Realidad que nos embarga.

 


    Su nombre no importa, porque todos los nombres propios son en realidad pseudónimos, nombres artísticos, pero se llama Santiago Sierra (1966-...), y ha protagonizado algunas performances artísticas espectaculares como su NO global tour, el incendio de FUTURE (el futuro en llamas) o la quema de la falla del ninot del Rey de España. 

 


    Sirvan como ilustración de estas negaciones los versos de José María Fonollosa (1922-1991) de un poema sin título encontrado en la mesa del trabajo del poeta después de su muerte con otros poemas y un esbozo de testamento, que pueden escucharse en la versión del cantante Albert Pla.

No a la transmigración en otra especie. / No a la post vida, ni en cielo ni en infierno. / No a que me absorba cualquier divinidad. /  No a un más allá, ni aun siendo el paraíso / reservado a islamitas, con beldades / que un libro garantiza siempre vírgenes. / Porque esos son los juegos para ingenuos / en que mi agnosticismo nunca apuesta. / Mi envite es al no ser. A lo seguro. /  Rechaza otro existir, tras consumida / mi ración de este guiso indigerible. / Otra vez, no. Una vez ya es demasiado.

sábado, 2 de julio de 2022

Aldabonazos

 ¡Ya está disponible en todos los dispositivos y países del mundo el sistema operativo COVID-22 Plus, actualización de COVID-19 con mejores y más aplicaciones!
 
 Una manera de “realizar” el virus, de considerarlo real y no ideal existente, es plantearse la falsa dicotomía de si es natural o, por el contrario, artificial.
 
 
 El grito (después de Munch), Andy Warhol (1983/1984)
 
¿Cómo se puede saber algo que no ha sucedido y afirmar a ciencia cierta que las vacunas han salvado en un año veinte millones de vidas (o de almas) en el mundo?
 
¿No es ridícula la pretensión de saber lo que habría pasado si no hubiera pasado lo que ha pasado, lo que ni Dios omnisciente puede, según los teólogos, saber?
 
 

Don Tomás de Torquemada, primer inquisidor general de Castilla y Aragón, sería denominado en este nuestro siglo XXI fact-checker o "verificador de información".
 
Quien se aferra a sus opiniones y creencias propias porque ve amenzada su identidad personal no comprende que nuestra única propiedad son nuestros excrementos.
 
 
 
 
 Extraordinario el trabajo -“bien resuelto”, dixit Sánchez- que hacen las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en Melilla en número de muertos y de heridos.
  
"El extraordinario trabajo que están haciendo las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en Melilla (23 muertos), en la lucha contra la migración irregular".
 
En una hostería romana, Carl Heinrich Bloch (1866)
 

Durante el confinamiento, el gobierno nos recluyó en la caverna de Platón bajo arresto domiciliario. De espaldas a la realidad, veíamos la película que echaban.

Un militante anticapitalista afirma que la rebelión contra el Capital está mal pagada, porque el dinero, igual que Roma, no paga ni recompensa a los traidores.

 
La patera de Caronte

 
En vez de «yo digo», echando el burro del yo por delante porque no se espante, puedo decir más modestamente «y digo yo», echando a pacer el borrico por detrás.

viernes, 1 de julio de 2022

Bienvenido, míster Biden.

 
 
El recibimiento que el presidente pagado de sí mismo del gobierno de las Españas ha brindado al tío Sam democráticamente electo de los Estados Unidos de América  recuerda un poco a la entrañable película de Luis García Berlanga de 1953 'Bienvenido, Míster Marshall', cuyo alcalde don Pablo, que encarnaba el inolvidable Pepe Isbert, quiere ofrecer a los americanos del Comité del Plan Marshall, cuyo proyecto económico pretende reconstruir la vieja Europa,  un recibimiento memorable. Esta es la letra de la canción que le cantaban a la delegación del gobierno americano en la que habían depositado todas sus ilusiones y esperanzas, que acababa pasando sin embargo de largo sin detenerse siquiera en aquel pueblecito de la España profunda de los años cincuenta y de la dictadura franquista.
 
Americanos vienen a España gordos y sanos.
 ¡Viva el tronío y viva un pueblo con poderío! 
¡Olé Virginia y Michigán! 
Y viva Texas, que no está mal, no está mal. 
 
Os recibimos, americanos, con alegría. 
¡Olé mi mare, olé mi suegra y olé mi tía!
 Americanos vienen a España gordos y sanos.
 ¡Olé mi mare, olé mi suegra y olé mi tía!

 

 El presidente del gobierno de las Españas recibe a míster Biden dándole la bienvenida a él y a todos sus vasallos atlánticos, y les regala con una cena por todo lo alto en el Museo de El Prado que se cierra al público por ese motivo.

La cumbre de la OTAN/NATO que se ha celebrado en Madrid obliga a nuestro presidente a duplicar a corto plazo el gasto militar en aras de un futuro de seguridad y de promesa de defensa en el caso de que nos invadan nuestros enemigos, por ejemplo el malvado zar de Rusia, que puede bombardearnos cualquier día como ha atacado a Ucrania, o los bárbaros subsaharianos del sur, que también puede ser una vía de penetración rusa, un dispendio a todas luces excesivo que denominan 'inversión' para justificar que destinemos nuestros impuestos a un objetivo tan rocambolesco. ¿Cómo lo justificarán? Sin duda acudiendo al viejo latinajo: si uis pacem... si quieres la paz, saca la parabellum, apunta y dispara. Ya lo ha dicho Sánchez, ese cráneo privilegiado, doctor en economía política honoris causa multa cum laude: "Esta cumbre de la OTAN en Madrid es una oportunidad para la paz. Y para España es la oportunidad de ocupar un puesto de relevancia en el orden internacional y en el orden europeo".

 



    El gobierno de las Españas muestra su personalidad esquizofrénica, como un Jano bifronte: sus socios se declaran contrarios a la Organización Terrorista del Atlántico Norte y el presidente, sin embargo, recibe a sus miembros, les da la bienvenida y agasaja.

jueves, 30 de junio de 2022

Recordando a Molière y a Montaigne

    Este año se celebra en Francia que hace cuatrocientos venía al mundo Jean Baptiste Poquelin, alias, Molière (1622-1673). Una de sus comedias más conocidas y de rabiosa actualidad es El médico a palos, como tradujo libremente Moratín Le médecin malgré lui, más literalmente El médico a su pesar.

    En un momento de su representación se produce este diálogo entre Sganarelle y Léandre, donde se formula el tópico literario de que la medicina en lugar de dejarnos vivir y morir en paz, nos mata. El médico se presenta como matasanos, creador de enfermos, al igual que dentro de la especialidad de la psiquiatría los curanderos del alma son popularmente los loqueros. Se pone de manifiesto en el diálogo la discreción de los muertos, que nunca se quejan del médico que los mató y firmó su certificado de defunción.

 

Sganarelle - Soy de la opinión de que debo apegarme, toda mi vida, a la medicina. Creo que es el mejor oficio que hay: porque se haga bien o se haga mal, siempre te pagan igual. El trabajo desagradable nunca recae sobre nuestras espaldas; [...] Las pifias no son para nosotros: y siempre es culpa del que muere. Finalmente, lo bueno de esta profesión es que entre los muertos hay la mayor honestidad y discreción del mundo: y nunca se los ve quejarse del médico que los mató. 
Léandre - Es verdad que los muertos son gente muy honesta en este asunto. 
 
oOo

     Molière en esta comedia y otras del mismo tema como El enfermo imaginario se hace eco de la sátira de la medicina que escribió Montaigne en sus Ensayos, II 37: “Por lo que yo conozco, en efecto, no veo otra clase de gente que enferme tan pronto y sane tan tarde como la que está sometida a la jurisdicción de la medicina. Su salud misma está alterada y corrompida por la violencia de las dietas. Los médicos no se contentan con tener la enfermedad a su cargo; hacen que la salud enferme para evitar que uno pueda escapar en algún momento a su autoridad. ¿Acaso no infieren, de una salud firme y completa, el argumento de una gran dolencia futura? (…) No me preocupo por estar sin médico, sin boticario y sin ayuda; veo a la mayoría de los que la tienen más afligidos por ella que por la dolencia.”

     
    El músico Charles Gounod (1818-1893), por su parte, convirtió Le médecin malgré lui de Molière en una ópera cómica, cuyo acto tercero se abre con esta aria satírica “Vive la médicine!”, que empieza así: Vive la médecine! / Qui fait voeu d'être sien / s'en trouve bien / Et ceux qu'elle assasine, / enterrés comme il faut, / n'en souffrent mot. (¡Viva la medicina! / El que es devoto suyo / se encuentra a gusto, / y aquellos que asesina, / sepultos cual Dios manda, / no sufren nada).
 
  

 

miércoles, 29 de junio de 2022

¿Proteger el futuro?

    ¿Cómo se puede proteger algo que no es? ¿Qué hay detrás de ese afán proteccionista de salvaguardar a ultranza la tierra de promisión del porvenir? Preocuparse por el futuro es, por lo pronto, desentenderse de lo de aquí y de ahora y, por lo tanto, dejarlo desprotegido en las hipotéticas aras de un futuro del que no hay certeza ni tenemos ninguna certidumbre. Preocuparse es ocuparse de algo antes de tiempo.

    ¡Qué imagen más sugerente, sin embargo, la de una niña encantadora o el niño que juega con un avión de juguete -todos los niños son un encanto porque nos recuerdan (etimológicamente nos devuelven al corazón) nuestra propia infancia, el niño que todos llevamos dentro enterrado vivo- que saltan y juegan despreocupados y que despiertan en nosotros un instinto protector y se diría paternalista de ternura, sabedores como somos de que el futuro de esos niños y de todos nosotros es la muerte tan temida como en el fondo deseada! 

    Pero lo que deberíamos proteger, en todo caso, es su infancia, no su futuro, que es la entrada en la sociedad adulta después de haber pasado por el aro como fierecillas domadas. ¡Ahí está la clave de todo este asunto! Proteger el futuro es proteger nuestra propia muerte. De eso y no otra cosa se ocupa la cumbre del engendro terrorista ese de la NATO/OTAN que se celebra en Madrid, la capital de la infamia y las Españas, a bombo y platillo militar.

 

    Doce naciones firmaron el Tratado del Atlántico Norte el 4 de abril de 1949 en Guásinton, cuyo cuartel general se halla en Bruselas, en el corazón de la vieja Europa: Bélgica, Canadá, Dinamarca, Francia, Gran Bretaña, Islandia, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Noruega, Portugal y Estados Unidos. Los países miembros acordaron mantener una fuerza militar unificada para defenderse de la invasión soviética (que ha sido sustituida en nuestros días, una vez desaparecida la Unión Soviética, por la "invasión rusa de Putin", que acapara todas las pantallas tras la gripalización del virus coronado), y se comprometieron a considerar un ataque a uno como un ataque a los demás -todos para uno y uno para todos, como los tres mosqueteros de Alejandro Dumas-, tal y como dispone el artículo 5 del Tratado de Guásinton, “las partes convienen en que un ataque armado contra una o contra varias de ellas, acaecido en Europa o en América del Norte, se considerará como un ataque dirigido contra todas ellas (…)”.

 

Vídeo propagandístico de la OTAN del actual gobierno español.

    España se incorporó, después de un referéndum torticero como él solo, orquestado por el Partido Socialista(?) Obrero(?) Español entonces en el poder, que había defendido la no permanencia en la Alianza Atlántica (OTAN, de entrada NO, decía su eslogan), y que pasó a pedir el sí bajo determinadas condiciones que, por otra parte, no se han cumplido nunca, como contábamos aquí.

    Me ha llamado la atención a propósito de la OTAN, por cierto, este sello estadounidense de 1952 de tres centavos de dólar que conmemoraba el tercer aniversario de la fundación de la NATO/OTAN. En el centro del sello aparece una antorcha que representa, dicen, la libertad y la paz, mientras que las manos que la sostienen simbolizan la fuerza y la unidad de los miembros de ese tratado.

 

    Curiosametne, las tres palabras mágicas que aparecen al pie de la ilustración son PEACE, STRENGTH, y FREEDOM (paz, fuerza y libertad, en la lengua del Imperio), que inmediatamente me recuerdan el lema del Partido Socialista de Oceanía de la novela 1984 de Órgüel: War is Peace, Freedom is Slavery, Ignorance is Strength ('guerra es paz, libertad es esclavitud, ignorancia es fuerza'). Tanto la firma del tratado de la Organización del Atlántico Norte como la publicación de la novela de Orwell se llevaron a cabo en el mismo año de 1949, una vez terminada la Segunda Guerra Mundial. La novela viene a advertirnos que la fuerza del tratado que firmó esa organización cuyo símbolo no es una estrella, sino una brújula que sólo señala al Norte, lo que está mandado,  es la ignorancia, efectivamente, de que la paz y la libertad que defienden en un futuro siempre inalcanzable son la guerra y la esclavitud en el presente. 

martes, 28 de junio de 2022

Cajón de sastre (y II)

-¿Crees en Dios? 
 -No. Yo soy de la vieja escuela de la iglesia racionalista. 
Creo en la Ciencia. 
 -Entonces eres creyente. Da igual que creas en una cosa que en otra mientras creas en algo. Es lo mismo. Tanto Dios como la Ciencia o el Calentamiento Global son artículos de fe, verdades irrebatibles porque creemos en ellas y en ellas hemos depositado nuestra fe. 
 
oOo 

Dicen que hace falta creer en algo, tener fe o confiar fidedignamente siempre en algo: en Dios, en el Hombre, en uno mismo, en la Ciencia... Sólo así se puede evitar, creyendo, dicen, la barbarie. Yo no lo creo. Me parece a mí que la fe es la verdadera barbarie. 
 
 oOo
 ¿Qué es una mujer? ¿En qué consiste ser mujer? Parece una pregunta sencilla y no lo es. Cualquiera, hasta un varón puede ser una mujer, y sin embargo nadie sabe definir qué es eso: Varium et mutabile semper femina. 
 
 
El aseo de Venus, Bouguereau (1873) 
 
Una jueza norteamericana respondió a esa pregunta diciendo que no podía definir qué es ser mujer porque no era bióloga. Es como si alguien dijera que no sabe qué es un gato porque no es zoólogo. Lo paradójico del asunto es que los mismos que no saben qué es una mujer tienen clarísimo que cualquier varón que declare serlo lo es, como reconoce la ley de algunos países, entre ellos el nuestro.
 

 El aseo, Toulouse Lautrec (1896) 
 
La realidad objetiva es sólo una molestia de la que se puede prescindir si uno lo desea. Basta con quererlo. Basta con querer ser mujer para serlo. Lástima que no baste con querer ser rico, dijo el pobre, pobrecito, para serlo.