La cita dice así: Casi todos los hombres son esclavos por la razón que los espartanos daban de la servidumbre de los persas, la falta de saber pronunciar la sílaba "no". Saber pronunciar esta palabra y saber vivir solo son los dos únicos medios de conservar su libertad y su carácter.
No importa su nombre. Su obra, tampoco mucho. Quizá lo que más importe, lo que más importa es su gesto, auténtica obra de arte.
Criticó el artista algunas de las últimas medidas que había tomado el Gobierno de entonces que quería condecorarlo, tales como participar en guerras que se denominaban "acciones humanitarias para fomentar la paz internacional" (sic), y acudir en auxilio de la dama arruinada que era la Banca dándole dinero público a fin de rescatarla.
Posteriormente, en una entrevista a la prensa declaraba que nunca daría la mano a cómplices de la barbarie bancaria y militar. También dijo, prestándole su voz a la razón común: "La democracia es una estafa, es la dictadura perfecta". Gloria, pues, al artista que dijo que no, y que a través de sus palabras denunció algunas de las mentiras principales que sostienen la gran mentira de la Realidad que nos embarga.
Su nombre no importa, porque todos los nombres propios son en realidad pseudónimos, nombres artísticos, pero se llama Santiago Sierra (1966-...), y ha protagonizado algunas performances artísticas espectaculares como su NO global tour, el incendio de FUTURE (el futuro en llamas) o la quema de la falla del ninot del Rey de España.
Sirvan como ilustración de estas negaciones los versos de José María Fonollosa (1922-1991) de un poema sin título encontrado en la mesa del trabajo del poeta después de su muerte con otros poemas y un esbozo de testamento, que pueden escucharse en la versión del cantante Albert Pla.
No a la transmigración en otra especie. / No a la post vida, ni en cielo ni en infierno. / No a que me absorba cualquier divinidad. / No a un más allá, ni aun siendo el paraíso / reservado a islamitas, con beldades / que un libro garantiza siempre vírgenes. / Porque esos son los juegos para ingenuos / en que mi agnosticismo nunca apuesta. / Mi envite es al no ser. A lo seguro. / Rechaza otro existir, tras consumida / mi ración de este guiso indigerible. / Otra vez, no. Una vez ya es demasiado.