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jueves, 20 de febrero de 2020

La homsexualidad en el Islam

La Sunna (o Hadiz) es la segunda fuente del Islam tras el Corán, que es su Libro Sagrado, que nos viene directamente, se considera, de Alá. La Sunna es la enseñanza que recibimos del Profeta, y el Islam es el resumen de ambos, lo que se recoge en la fórmula: no hay más verdad que Alá y Muhammad, Mohama, Mahoma o Mohamé -que todos son nombres del mismo- es el Mensajero de Alá o el Profeta

Pues bien, la Sunna condena expresamente la homosexualidad en estos terribles términos: “Si encuentras a alguien practicando el acto del pueblo de Lot (o sea, la sodomía u homosexualidad masculina), mata al dante y al tomante”. 

 
Dos chicos jóvenes, casi adolescentes, fueron colgados de una grúa en el Irán de los Ayatolás, en la antigua Persia del poeta Omar, acusados de haber violado a un niño de trece años en pleno siglo XXI. 

No obstante, el bujarronerío ha florecido históricamente en algunas cortes musulmanas, de lo que hay algunos indicios en los cuentos de Las Mil y Una Noches sin ir muy lejos. Afectaba a emires, ministros, jueces, y la masa del vulgo también participaba a su manera de aquella tolerancia. Algunos califas, en efecto, dieron rienda suelta a las libertades y emociones al margen de la religión, la moralidad religiosa y la censura. Por eso hubo poetas árabes, algunos espléndidos, que se acercaron a su corte y hablaron de la homosexualidad abiertamente como Bashar bin Burd, Abu Nuwas, Muti' bin Iyas, Yahya bin Ziyad, Hammad Ajrad, Salm al-Khasir, Waliba bin al-Habbab, Iban al-Lahi. 

Un autor como Al-Jahiz (su nombre real era Abu Ozman Amar) escribió un diálogo entre dos cortesanos que defendían sus respectivas inclinaciones sexuales. Uno prefería a los efebos y el otro a las concubinas. ¡Estamos hablando del siglo VIII! Este autor  aconsejaba: “Apártate del amor de las mujeres… Dedícate mejor a los catamitos (o efebos). Tu catamito es más beneficioso para ti que tu hermano, y de más ayuda que tu primo”. 

Las odaliscas imitaban a los mancebos, y no al revés. Al-Jahiz dice al respecto que la ventaja de los efebos sobre la odalisca es que si ella es descrita como hermosa, la gente dice que es bella como un efebo. No se compara la belleza del efebo con la de una virgen puta o puta virgen, si se me permite la contradictio in terminis, sino la de esta con la del efebo o catamito. 

La práctica de la homosexualidad se denomina "liwat" (derivado de Luti o Lot, el hombre de Sodoma, lo que alude al coito anal sodomítico según el relato bíblico), algo estrictamente castigado en algunos países árabes islámicos hoy en día con la pena de muerte.

De Abu Nuwas todo el mundo conoce sus versos: “he dejado las muchachas por los muchachos, y por el vino viejo dejé el agua clara. Lejos del camino correcto, he tomado el del pecado porque lo prefiero”. También nos dice: Hay hombres a quien las mujeres agradan y que agradan a las mujeres. En cuanto a mi, es el joven viril quien me encanta.