Mostrando entradas con la etiqueta autoría. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta autoría. Mostrar todas las entradas

miércoles, 6 de marzo de 2024

Pareceres XLII

206.- Omnia sint communia: Las cosas deberían ser de todos, comunes, y por lo tanto no exclusivas de nadie, ni siquiera de su supuesto creador ni propietario. Nosotros también hacemos una declaración de principio en contra de la piratería, como los corsarios de la Sociedad General de Autores, pero por otro motivo: porque estamos en contra de la propiedad privada, ni más ni menos. Toda propiedad es un robo y, consiguientemente, todo acto de piratería también. 
 
 207.- El argumento de René Guénon. Razonaba René Gnénon en La crise du monde moderne (1927) que si definimos la «democracia» como suele hacerse, es decir, como el gobierno del pueblo por sí mismo, nos encontramos ante algo en verdad imposible, algo que no puede existir ni en nuestra época ni en la Grecia de Periclés. Es contradictorio admitir que unas mismas personas pueden ser a la vez gobernantes y gobernadas, porque, por emplear el lenguaje aristotélico, un mismo ser no puede ser en acto y en potencia lo mismo al mismo tiempo y en la misma relación. Podría objetársele al razonamiento de Guénon que habría una forma de resolver la contradicción entre gobernantes y gobernados, que sería el autogobierno o autonomía individual: es decir que uno se gobierne a sí mismo sin admitir ninguna imposición externa por encima, pero eso conlleva que uno se divida internamente en gobernante y gobernado (el Superyó gobernando al Ello en términos psicoanalíticos), lo que lejos de acabar con el gobierno, lo traslada del ámbito social al individual. La única solución que resolvería la dicotomía gobernante/gobernado sería la acracia definida negativamente como ausencia de gobierno de ninguna voluntad, ni siquiera de la propia, como en aquellos versos de Agustín García Calvo que cantaba Amancio Prada (y María Jiménez con mucho salero): Libre te quiero, pero no mía, ni de Dios ni de nadie, ni tuya siquiera. 
208.- Un suceso. La palabra significa “cosa que sucede, especialmente cuando es de alguna importancia”. La palabra en principio es neutra, pero puede adquirir una connotación positiva, como ya tenía en latín “successus” que podía significar 'éxito', sentido que conserva en francés (succès) y en inglés a través del francés (succes), o una connotación negativa como tiene generalmente en castellano, donde significa “hecho delictivo” y “accidente desgraciado”. Pues bien, el suceso que traigo aquí a colación, digno de la prensa sensacionalista, es muy significativo: una mujer apuñala a su esposo porque descubre que él guarda en su móvil fotos explícitas de una joven con la que practica sexo. La mujer, presa de un ataque de celos, no quiso atender las explicaciones de su esposo cuando le dijo que era ella misma cuando empezaron a salir, y le asestó varias puñaladas con un cuchillo. Leonora, que así se llamaba, no se reconoció a sí misma en aquella otra Leonora juvenil, antepasada suya, y arremetió contra su cónyuge. Los vecinos, alarmados por el altercado, llamaron a la policía. El hombre fue atendido en el hospital con diversas heridas de arma blanca y la mujer pasó a disposición judicial. Sucedió en México, en Cajeme en el estado de Sonora hace tres años. El suceso debería hacernos reflexionar sobre si somos nosotros o no somos y dejamos de ser los mismos que éramos... 
  209.- Verificación de dichos y hechos: En las redes sociales se ha difundido que el director general de la OMS habría declarado que los medios independientes deberían ser “eliminados” (wiped out) antes de que llegue la enfermedad X. Es mentira. Se trata obviamente de un bulo. No es cierto que el gerifalte que regenta dicha Organización Maléfica de la Salud haya declarado tal cosa. No lo ha dicho, aunque no podemos estar seguros de que no lo haya pensado en algún momento, habida cuenta de las críticas que recibe su gestión y el autoritarismo totalitario que pretende su tratado de pandemias con motivo de la enfermedad X que no existe todavía y que pretende imponer a la comunidad de las naciones. No lo ha dicho, pero lo ha pensado porque las críticas, vengan de donde vengan, le hacen daño y pueden arruinarle el invento. Y eso sí que no es un bulo.
 
210.- ¿Teléfono fijo o móvil? ¡Hay que ver cómo nos engañamos con el lenguaje! Resulta que el teléfono inalámbrico que llamamos móvil es el más fijo que puede haber porque cargamos casi siempre con él, adherido tanto a nosotros que lo llevamos encima hasta cuando vamos al retrete. Es un miembro más no ya de nuestra familia como era el otro, sino de nuestra personalidad y anatomía individual, un adminículo personalizado de nuestra propia mano, que además, con la conexión a internet, nos hace adictos y enreda, nunca mejor dicho, a la Red Informática Universal y a sus retículas sociales. Y el teléfono alámbrico tradicional, que ahora llamamos “fijo” por contraposición al móvil o celular, tenía la virtud de no adherírsenos a nosotros. No era desde luego tan smart como este que, a fuerza de inteligencia artificial, nos atonta a nosotros e idiotiza con sus imágenes. No había que llevarlo encima a todas horas, porque estaba siempre en casa, enchufado a la pared, dejándonos a nosotros la libertad del movimiento que él no tenía. No consumía batería ni electricidad ni tenía complicadas aplicaciones y su mecanismo era más sencillo que el de un chupete. Cuando alguien te llamaba emitía un rin-rin inconfundible, y si no querías contestar no lo hacías y nadie sabía al otro lado de la línea si era porque no estabas en casa o porque no te apetecía.