martes, 18 de noviembre de 2025

Quince estelas de condensación

 La ciudad en que naciste ya no es la que era, cada día se parece menos a sí misma y más a las demás; todas las ciudades, en plural, son ya la misma en singular.

El turismo, maldito sea, está desalojando a los vecinos de toda la vida para alojar a turistas eventuales que, vayan donde vayan, se topan siempre con lo mismo.

 ¡Adelántate al black friday, que comienza antes de tiempo, no esperes hasta la fecha señalada: ya hay, aquí y ahora, ofertas y descuentos -exclusivos- para ti!

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 Dice Paul Ricoeur que la identidad es un relato; mejor, quizá, la máscara (persona, en latín) de un actor que pone en escena en el teatro del mundo su papel.

Si yo me llamo como me llamo, o mejor, si me llaman como me llaman, es porque no tengo propio nada más que mi nombre para existir, compartido con algunos otros.

Hay algo engañoso en la expresión “muerte natural” que no está tanto en el sustantivo “muerte” como en el adjetivo “natural”; no hay muerte (ni vida) naturales.

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 España en alerta roja por gripe aviar. Sanidad ultima un plan estatal ante infecciones del virus Hache-Cinco-Ene-Uno en humanos negociando la compra de vacunas. 
 
 España confina todas sus gallinas. Algunas, como manda Dios-Estado terapéutico, se asoman a balcones y ventanas a las ocho a aplaudir el encierro sanitario.
 Medicar el malestar infantil que revela que los niños no se adaptan a una familia, escuela y organización social enfermas conlleva eliminar un síntoma molesto.

Decir que el auge notable de enfermedades mortales que se llevan por delante a mucha gente joven antes de tiempo es multifactorial camufla la causa principal. 

 Tras la toma de posesión del cargo, la presidenta de la Comisión Europea, que vacunó y armó a sus vasallos, se convirtió en la emperatriz del viejo continente.

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Una ex ministra nacional de Asuntos Exteriores opinó que la guerra había tenido buenas consecuencias: había subido la bolsa y bajado el precio del petróleo.

  Los primeros ministros y jefes de Estado nunca viajan en transporte público como el resto de los mortales: vuelan en yets privados a sus olímpicos congresos.

La lucha contra el poder, que no tiene ideología política -o tiene cualquiera-, no tiene nada que ver con la pugna electoral entre la izquierda y la derecha.

   El neopontífice, que carece del carisma del anterior, invita a celebridades del séptimo arte al Vaticano, impregnando de agua bendita el jolivudense putiferio.  

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