viernes, 14 de noviembre de 2025

Pareceres XC

441.- Revival religioso: Se despacha a gusto el otrora ácrata y descreído  Fernando Savater en un artículo titulado Gracias a Dios sobre la propagación de la fe entre la juventud actual despotricando contra los tres hitos culturales del reciente culto, que serían, a saber: el nuevo disco de la cantante que ha visto la Luz y triunfa en nuestro país y allende nuestras fronteras cantando en catorce idiomas a un Dios femenino, la película española del presente año sobre una joven de diecisiete años que despierta a la vocación religiosa y decide meterse a monja de clausura y solo puede ver a su familia los domingos, y “una obrita sobre Dios de un pensador laureado que se llama Fu Manchú o algo así, del que tuve la mala suerte de leer una obra anterior que para mí selló su destino”, aludiendo al filósofo coreano superventas. Concluye Savater diciendo, con un guiño al Marx que dijo que la religión era el opio del pueblo, que “las religiones siempre han sido fármacos potentes y con ellas pasa como con el alcohol: bebidas en ayudas -intelectuales- hay gente a la que alivian sus penas, pero a otros les sientan muy mal”. Pero no todos los credos son igualmente perniciosos. Salva de la quema el cristianismo, que nos hace “retornar a nuestras raíces occidentales, lo que no se consigue invocando a la Pachamama o sometiéndose al islam, “cuya incompatibilidad efectiva con las libertades cívicas está de sobra demostrada”. Acaba Savater recordando a Jacques Lacan que definió el psicoanálisis como una batalla sin tregua con la religión, en la que gana siempre “mientras los hombres mueran, sin lugar a dudas la religión”. 
 
 
 442.- Enajenación mental. La mente, mentirosa por esencia etimológica, prefiere aferrarse, según el conocido refrán de 'más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”, a lo sabido y consabido, que son las ideas recibidas que tenemos incrustadas en la cabeza o que más bien nos tienen a nosotros, posesos de ellas que somos, que a las cosas desconocidas de las que no tenemos ninguna idea previa y que desdeñamos y tememos. La mente, conservadora por esencia, se aferra al mal mayor y al mal menor, que por muy pequeño que sea no deja de ser un mal, como a un clavo ardiendo, en definitiva, y desprecia el bien, los bienes tan numerosos como innumerables y solapados bajo la coraza dura de los valores bursátiles y las ideas e ideales de la caverna de Platón. 
Dibujo de Topor del libro Los masoquistas 
 
 447.- ¿Para qué sirve la actualidad? Lo dice muy claramente el texto de una viñeta de Andrés Rábago, alias El Roto: No hagas caso, nos quieren entretener con la actualidad para que no nos enteremos del presente, aunque quizá habría que decir mejor: “para que no nos enteremos de lo que pasa”. La actualidad es el pasto que nos sirven para distracción todos los medios, ya no con la televisión a la cabeza, como antaño, sino con la Red Informática Universal, que ha acabado convirtiéndose, como aquella, en un mero soporte publicitarioEl espectáculo se hace realidad y la realidad se hace espectáculo paralelamente sin advertirnos de que es un reality show o espectáculo teatral diseñado para mantenernos entretenidos y en amnesia sobre el hecho de que, pase lo que pase, no pasa nada de lo que tenía que pasar, para que no veamos lo que hay de eternidad en la actualidad y viceversa, y que ganen o pierdan, los buenos y los malos son simplemente actores que trabajan para la misma gente y que reciben su pago independientemente de que su personaje sobreviva o no para ver los créditos finales. No quieren que ninguno de nosotros recuerde que, independientemente de que gane quien gane, el pueblo, la gente, los de abajo siempre pierden, porque los ganadores continuarán con la misma agenda de hacer las cosas que ya están hechas sin que nadie se ponga a realizarlas: la misma agenda que persiguen casi todos los gobiernos del planeta. Pero sobre todo no quieren que ninguno de nosotros se entere de lo que pasa, a cuyo fin nos retransmiten la actualidad, que no tiene nada que ver. 

 444.- Para dar ejemplo. Tanto el ejército francés como el de las otras naciones participantes en la que se dijo que iba a ser la última de las últimas guerras mundiales (la der des der, la llamaron los franceses: la dernière (guerre) des dernières (guerres), algo así como si nosotros dijéramos “la ulti de las ultis”), y que ha pasado paradójicamente a la Historia como la Primera Guerra Mundial (1914-1918), pasando de ser la última a la primera de la serie, tuvieron que enfrentarse a los primeros rechazos de la obediencia debida a los superiores, lo que llevó a muchos soldados a la rebelión y a la deserción. Poco a poco iban multiplicándose los actos de insumisión y de rebeldía individuales y colectivos según se sucedían las derrotas militares, los errores de mando, y el número de muertos en los campos de batalla. Las autoridades militares decidieron entonces frenar los casos de indisciplina con diferentes sanciones que iban desde condena a trabajos forzados a ejecuciones frente a un pelotón de fusilamiento “para dar ejemplo”. La estupenda película Senderos de Gloria (1957) de Stanley Kubrick, que trata magistralmente el tema de los amotinamientos y de los fusilados para dar ejemplo, no pudo exhibirse en Francia hasta 1975. Los generales y mariscales no murieron en el frente de combate, sino en sus lechos de muerte. 
  
445.- Centro para la Resiliencia Democrática. Bruselas acaba de anunciar la creación de un 'Centro para la Resiliencia -¡cómo les encanta la palabreja!- Democrática', un engendro destinado a combatir la desinformación narrativa procedente de potencias extranjeras autoritarias y enemigas de la democracia que reina en el viejo continente, básicamente de Rusia y de la China, por lo que dicho organismo vendrá a ser la encarnación del Ministerio de la Verdad orgüeliano. Quieren combatir la manipulación y la injerencia informativas, formando un «escudo de la democracia» contra la mayor amenaza existente en la actualidad que es la malvada Rusia que, “además de su brutal guerra de agresión contra Ucrania” intensifica “los ataques híbridos, librando una batalla de influencia contra Europa». Esta lucha contra la difusión de narrativas engañosas y la manipulación y falsificación de hechos históricos nos plantea más de un interrogante: ¿Quién controlará a los controladores de la manipulación informativa de la propia Unión Europea? ¿No estará Bruselas a estas alturas de la película perdiendo el control de su propia narrativa política y económica? ¿Acaso los propios ciudadanos europeos no echan cada vez más pestes de la Unión y del relato, cuento más bien, de la guerra que se vende como necesidad y salvación? Hoy el enemigo es Rusia. Mañana será cualquiera que ponga en cuestión los dogmas energéticos -el cambio climático, las energías renovables y toda esa monserga-, la sacrosanta Alianza Atlántica, o la propia democracia como régimen de gobierno que quiere hacerse resiliente. 
 

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