Una alarmante Alerta Roja de Protección Civil de la Agencia de Seguridad y Emergencias 112 (ASEM 112) hizo ayer que saltaran las alarmas de los móviles de cada madrileñito con un pitido estridente y un mensaje explicativo. Este acto es una intromisión intolerable en lo más íntimo -es decir, en el teléfono supuestamente inteligente- de cada súbdito del Amo.
Empezaron de pronto los cacharros a pitar al unísono al tiempo que aparecía un mensaje en español (y en inglés, que es la lengua de la Unión Europea, que nos quiere a todos angloparlantes) diciendo que debido al “riesgo extremo de tormentas” que no se utilizara el vehículo “si no es estrictamente necesario" y que cada cual permaneciera "en su domicilio atento a posteriores actualizaciones informativas”.
Vamos, venían a decirles a los madrileños, que no salieran de casa -confinamiento domiciliario, otra vez, ahora por razones meteorológicas- y que permanecieran atentos a sus pantallas hasta nueva orden, es decir, hasta nueva información. Y todo porque estaba lloviendo fuera...
La Televisión interrumpía su programación para dar cuenta enseguida de los fenómenos meteorológicos adversos que ponían en peligro la seguridad de los ciudadanos y hacían que se disparasen todas las alarmas de los móviles...
Si nos retrotraemos al mes de marzo, la SER, la Sociedad Española de Radiodifusión, la emisora del Gobierno, nos avisaba del motivo de la posibilidad de que nos llegara una alerta de Protección Civil al móvil, dado que el Ministerio del Interior estaba ensayando un sistema para alertar rápidamente a la población en caso de catástrofes... Pues ya está aquí, ya llegó.
Se demuestra así que los móviles son un instrumento de control en manos del Gobierno, que, aunque no esté entre nuestros contactos privados, se inmiscuye impunemente y viola nuestra intimidad so pretexto de proteger nuestra integridad y seguridad, infundiéndonos miedo ante un "riesgo extremo" de que se produzca un diluvio universal, es decir, de que llueva por culpa del cambio climático, que es un castigo divino por nuestros pecados contaminantes, ordenándonos que nos encerremos (¡Quédate en casa! ¡No salgas si no es necesario!).
Según uno de los periódicos más leídos en este país analfabeto, el diario deportivo MARCA, se suspende el evento futbolero previsto en la capital de las Españas que iba a enfrentar al Atlético y al Sevilla en el estadio Cívitas Metropolitano -¡toma latín y griego ahora que no lo estudia ni Dios!- por lo que fue una "falsa alarma" que produjo la indignación de los hinchas y aficionados que veían que no caía ni una gota y se veían privados de su ración de espectáculo circense dominguero. Iba a caer un aguacero extremo torrencial que podía provocar inundaciones el día precisamente en que acababa la operación retorno... y luego resulta que no llovió...
Post scriptum: En Hostis est intus se explica cómo puede desactivarse en nuestros móviles la alarmante aplicación, pero no desinstalarse porque viene instalada de fábrica.
Está claro que están ensayando un 'sistema' donde la 'vida digital' es la reina y requiere del confinamiento para que no interfiera lo que ocurra afuera, concentrando la atención en el terror conformista que la digitalización posibilita.
ResponderEliminarLo del estadio de fútbol no fue una falsa alarma, hubo una tormenta torrencial asintomática. No sé si me explico.
ResponderEliminarAsintomática y asintótica, a ver si la próxima vez tormenta y emergencia hacen las delicias de la audiencia concentrada.
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