martes, 14 de febrero de 2023

La falsa muerte de Heraclito (y II)

     En la carta sexta de las llamadas Epístolas heracliteas del Pseudo-Heraclito, un escrito apócrifo del siglo I de nuestra era, compuesto quizá por un cínico o un estoico anónimo que quería reivindicar la figura del Heraclito histórico, si no era ambas cosas a la vez,  se resucita el nombre propio del filósofo tenebroso para vengarse de aquellos medicastros que no acertaron a curar su enfermedad ni a entender la coincidencia que les proponía de los contrarios. La epístola está dirigida a un tal Anfidamante, personaje por otra parte totalmente desconocido del que sólo sabemos su antropónimo. En ella el autor que se hace pasar por Heraclito confiesa que está enfermo de hidropesía y que los médicos no aciertan a curarlo porque fingen tener unos conocimientos que no poseen, son corruptos y  además matan a los seres humanos en el nombre de la Ciencia. 
 
    Se crea aquí la leyenda del médico incompetente y matasanos, que llega entre nosotros hasta Quevedo, por poner un ejemplo ilustre, que en el romance satírico que cantara Paco Ibáñez nos pinta  al doctor como un hombre que tiene muy buenas letras "en el cambio y el bolsón" y que no es en absoluto cobarde porque "ha muerto más hombres vivos / que mató el Cid Campeador". Le dice el poeta a la dama Ángela de Mondragón que si se case con el doctor nunca enviudará , "que nunca la misma muerte / se oyó decir que murió". 

 

    Este pseudo-Heraclito le dice a su interlocutor, hablando de los médicos y acusándoles de yatrogenia, es decir, del daño en la salud del paciente provocado por el médico en nombre de la Ciencia: Con impiedad obran éstos, Anfidamante, fingiendo habilidades que no poseen, curando lo que no saben y asesinando a los seres humanos, cometiendo una grave injusticia en nombre de la ciencia tanto con la naturaleza como con la ciencia. οὗτοι ἀσεβοῦσιν, Ἀμφιδάμα, καταψευδόμενοι τεχνῶν ἃς οὐκ ἔχουσι, καὶ θεραπεύοντες ἃ μὴ ἴσασι, καὶ ἀποκτιννύντες ἀνθρώπους, δι' ὀνόματος τέχνης ἀδικοῦντες καὶ φύσιν καὶ τέχνην.

    Y añade, de forma lapidaria y contundente: Es una vergüenza admitir la ignorancia, pero más vergonzoso pretender un conocimiento que no se posee. αἰσχρόν ἐστιν ὁμολογεῖν ἄγνοιαν, αἴσχιον ἐπιστήμην οὐκ ἔχοντα.


     La crítica concluye diciendo que obran por dinero: ¿Por qué les resulta grato mentir sino porque con el engaño se enriquecen? Más respetables serían poniéndose a mendigar; pues moverían a compasión. Pero ahora son aborrecidos no sólo porque perjudican sino también porque engañan. τὶ αὐτοῖς ἡδὺ τὸ ψεύδεσθαι ἢ ἵνα δι' ἀπάτης χρηματίσονται; ἀμείνους ἂν ἦσαν μεταιτοῦντες· ἠλεοῦντο γοῦν ἄν· νῦν δὲ μισοῦνται καὶ βλάπτοντες καὶ ψευδόμενοι. 
 
    Y finalmente les quita la dignidad profesional de 'médicos' que ejercen: Ninguno de ellos es médico, sino todos engañadores y embusteros que venden sus artimañas por dinero. οὐδεὶς αὐτῶν ἰατρός, ἀλλὰ πάντες ἀπατεῶνες καὶ φένακες, σοφίσματα τέχνης ἀργυρίου πιπράσκοντες.

 

4 comentarios:

  1. "En la carta sexta de las llamadas Epístolas heracliteas del Pseudo-Heraclito, un escrito apócrifo del siglo I de nuestra era, compuesto quizá por un cínico..."
    Hombre, tampoco es pa ofender, seguro que lo hizo con buena voluntad...

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  2. Es broma, es para demostrar mi ignorancia en el latín y el griego

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    1. Gracias por la visita, y el comentario. En realidad seguimos hablando latín y griego, aunque no seamos muy conscientes.

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