domingo, 31 de mayo de 2020

Diálogos coronavíricos (y 2)

-¿Que qué me parece lo del "póntelo, pónselo" del embozo obligatorio? Pues ¿qué me va a parecer? Una barbaridad que nos priva de algo tan bonito como es la sonrisa de un niño al que se obliga a enmascararse a partir de los seis años de edad. 

-Pues a mí, un símbolo de nuestra sumisión a lo que está mandado, que llega hasta el extremo de embozarse algunos no sólo en espacios públicos, sino también en casa ante sus propios convivientes. 

-¿No has visto además a esos conductores que van solos en su auto personal cerrado herméticamente con el embozo profiláctico puesto y hasta con guantes higiénicos y asépticos al volante que sólo tocan ellos? 

-¿De quién temerán contagiarse? 

-Como no sea de sí mismos...

-Eso debe de ser. Algunos tienen tanto canguelo al contagio del coronillavirus y el contacto con el prójimo que ni palpan a los demás ni se palpan a sí mismos..

-Como cuando éramos pequeños y nos decían aquello de "no te toques, que es pecado". 

-...Y, como suele decirse vulgarmente, se cagan de miedo por las patas abajo.
 


-Y como les da tanta vergüenza hacérselo encima, corren despavoridos a hacer acopio de papel higiénico...

-Parece que quieren, entre el embozo y los guantes, hacernos a todos quirurgos, lo que me recuerda la seguiriya aquella que sacaron el otro día por aquí: Que use el cirujano / mascarilla y guantes, / que a nosotros dos maldita la falta, /  niña, que nos hacen.  

-¿Y qué me dices de esos que en vez de darse la mano, a guisa de saludo, pliegan el codo y se chocan "codo con codo"? 

-Pues que es el colmo de la idiotez y tiene pinta de ser la “nueva normalidad” que tanto cacarean. Resulta ridículamente cómico si no fuera dramático el pánico que nos han inoculado los medios y los científicos mediáticos pagados por los gobiernos. 

-...pánico a los demás, a nosotros mismos y hasta al aire que respiramos...

-... que se ha vuelto irrespirable porque puede estar contaminado y provocarnos una grave enfermedad respiratoria que nos asfixie y nos lleve al otro barrio a nosotros o a nuestros deudos más queridos. 

-Entre eso y los que en vez de ir al trabajo se han metido el trabajo en casa y el distanciamiento obligatorio de los dos metros... no sé a dónde vamos a ir a parar.

-Han cambiado muy pocas cosas desde los tiempos de los romanos. Está mal visto el látigo, pero la esclavitud no es que esté mal mirada, sino que se ha invisibilizado, para poder pasar desapercibida, como si se hubiera abolido. Somos los siervos voluntarios de los tiempos modernos, cautivados por una entidad, el Ente Público, que es la televisión, creadora de la Opinión Pública, y difusora de imágenes e ideas más falsas que Judas.

 -¿No se darán cuenta de que ese tapaboca, como le dicen nuestros amigos mexicanos y cubanos,  no es sino una mordaza y un bozal que nos imponen y nos imponemos previa- y machaconamente saturados de informaciones alarmistas?

 

-No, no se dan cuenta. El distanciamiento social que nos han marcado, que algunos prefieren denominar físico, pero es lo mismo, sustituye las relaciones naturales por las virtuales, porque al haber contacto físico, que es el único que merece ese nombre, son sospechosas de contagio. 

-Esto debe de ser el Nuevo Orden Mundial, que es más viejo que el catarro. Lo novedoso es que el látigo del gobierno ligado a la crisis sanitaria supera con creces todas las formas de dictadura habidas hasta la fecha. 

-Pronto, cuando saquen el engañabobos de la vacuna, nos obligarán a ponérnosla a todos, ya verás. 

-Lo más seguro. Y dirán que lo hagamos por nuestro propio bien o por el de los demás... 

-Sí, como siempre: por el bien propio o ajeno, da igual, nos malean.

-Hay quien justifica las restricciones a las libertades que estamos padeciendo ahora en nombre del bien común de la salud, como algo provisional y transitorio, y se ve como gesto cívico y solidario someterse a ello. 

 -¿Qué te voy a decir yo, si a mí, por estar contra el enmascaramiento y la trola del corolavirus aureolado, me han insultado por la calle y llamado terraplanista, fascista de extrema derecha, negacionista descerebrado, y hasta, si me descuido, mala persona?

-Se da la paradoja de que quienes se llenan la boca defendiendo los derechos humanos callan ahora como putas aceptando sin reservas la restricción del derecho de reunión y asociación y de libre movimiento y circulación porque el fin, que es salvar vidas, justifica, como dijo Maquiavelo, los medios, llegando a implementar medidas, como dicen los pedantes de ellos, que los regímenes más totalitarios y cerradamente fascistas ya hubieran querido para sí. 

-Mira, qué gracioso, esto que publica el Boletín Oficial del Estado, escucha: "El uso de mascarilla será obligatorio (...) siempre que no sea posible mantener una distancia de seguridad interpersonal de al menos dos metros", pero no se exigirá la coraza del antifaz en espacios públicos en el  "desarrollo de actividades en las que, por la propia naturaleza de estas, resulte incompatible el uso de la mascarilla". 

 -¿A qué actividades se referirá? 

 -Pues yo por lo pronto diría que a la actividad de respirar a pleno pulmón... Pero el propio texto sagrado de obligado cumplimiento las especifica en otro lugar: "la ingesta de alimentos y bebidas". Lógicamente no se puede comer ni beber con el embozo puesto. 

 -Ya, claro, pero tampoco se puede fumar un pitillo, por ejemplo. Ni  besarse en la boca. 

-Sí, pero de los besos  no dice nada el BOE.

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