domingo, 4 de julio de 2021
THX 1138 o La parábola budista de la casa en llamas
sábado, 3 de julio de 2021
Libertad
La obra escultórica Freedom (Libertad) del escultor norteamericano de padres griegos Zenón Frudaquis (1951-...), tallada en bronce y situada en una calle de Filadelfia (Pensilvania) representa cuatro figuras distintas que, en realidad, son la misma figura que se mueve de izquierda a derecha en composición, como si fueran cuatro viñetas consecutivas de una tira cómica o cuatro fotogramas de una película.
Zenón Frudaquis (1951-...)
Frudaquis declara que quería que cualquier persona pudiera entender el mensaje nada más ver la obra y reconocer al instante que se trata de la lucha por liberarse de cualquier sensación opresiva. Y lo ha conseguido.
El escultor ha intentado reflejar más cosas en la obra, pero son anecdóticas y hasta cierto punto triviales frente al poderoso mensaje principal libertario, como por ejemplo el proceso mismo de elaboración, por lo que incrustó la maqueta en la esquina inferior izquierda. A lo largo del muro del fondo el escultor extendió la arcilla y la presionó con los dedos dejando sus huellas dactilares por toda la obra a modo de firma. En el muro incluye a su gato, que vivió durante 20 años con él, su madre, su padre y su propio autorretrato, de cuya boca sale la palabra “freedom” escrita al revés, lo que denota que el rostro fue esculpido en un espejo. Hay muchos más detalles escondidos en el muro para el público curioso, como la fecha de nacimiento del autor (7-7-51), expresada con monedas, dando a entender la relación existente entre el mercado y el arte como objeto de ese mercado. Y también hay un espacio para que el público interactúe, cómo no, con la escultura físicamente, introduciéndose en el hueco donde pone escrito “párate aquí” y tal vez inmortalizando el instante y congelándolo en una fotografía de recuerdo.
viernes, 2 de julio de 2021
Apuntes del natural
Un fragmento inédito de Friedrich Nietzsche del período de Así habló Zaratustra sobre la vida fácil que confiere el sentimiento de pertenencia a un rebaño: "Si quieres tener una vida fácil, entonces permanece siempre junto al rebaño. ¡Piérdete en el rebaño! ¡Ama al pastor y honra las fauces de su perro!" (Willst du das Leben leicht haben, so bleibe immer bei der Heerde. Vergiß dich über der Heerde! Liebe den Hirten und ehre das Gebiß seines Hundes!)
El emperador Marco Aurelio, que gobernó el Imperio romano en latín, se dice a sí mismo en sus Meditaciones (6. 30) escritas en la lengua griega que tanto amaba: Ὅρα μὴ ἀποκαισαρωθῇς, μὴ βαφῇς· γίνεται γάρ. Así lo traduce Manuel J. Rodríguez Gervás: “Sé vigilante, no te cesarices, no te empapes en púrpura, cosa que ocurre.” Y, por su parte, A. Gómez Robledo: “Mira no vayas a cesarizarte ni a imbuirte de este espíritu, cosa que suele acontecer.” La palabra “cesarizar” es un neologismo inventado por el propio Marco Aurelio, calcada sobre el título de César (Καῖσαρ, Caesar en latín, Kaiser en alemán) y el prefijo ἀπό (apó, que hallamos por ejemplo en apoteosis, término que en el mundo clásico significaba concesión de la dignidad de dioses a los héroes o semidioses), con el sentido de asumir la monarquía, hacerse emperador, convertirse en césar. Después de Gayo Julio César todos los emperadores de la gens Iulia, como se sabe, adoptaron su sobrenombre, nombre propio que pasó a ser nombre común, sinónimo de emperador y título honorífico de todos los césares siguientes. Resulta al fin que nuestro emperador más estoico era también el más cínico en el sentido moderno de la palabra. Lo que se dice a sí mismo el emperador, meditanto consigo mismo, es que tiene que mantenerse atento porque el poder puede nublarle la razón o, en terminología más moderna, corromperlo: No te cesarices, César; Napoleón no te napoleonices; individuo, no te individualices.
jueves, 1 de julio de 2021
El síndrome de la cara sin rostro
Ahora bien, aquellas personas que creen que la mascarilla las protege pueden padecer, inducidos por esa falsa creencia, el síndrome de la cara vacía que les generará ataques de pánico y crisis de ansiedad cuando vean a otras personas, potenciales contagiadores, sin ellas.
miércoles, 30 de junio de 2021
QVIS EVADET? (¿Quién escapará?)
El tema de los versos es lo que se denomina homo bulla (πομφόλυξ
ὁ ἄνθρωπος, en
versión griega, “el hombre es una pompa de jabón”), una variante dentro del género de las vanitates. La palabra latina bulla significa burbuja, y es el origen etimológico de nuestra "bola".
La metáfora está atestiguada ya en Varrón que al comienzo de su De re rustica dice que tiene que darse prisa en escribir su obra (esse properandum) porque si se dice que la vida del hombre es como una burbuja o pompa de jabón, la de un hombre viejo como era él lo es más aún (quod, ut dicitur, si est homo bulla, eo magis senex). Contaba Varrón ochenta años cuando escribió la obra. En el Satiricón de Petronio (42) encontramos también atestiguada esta metáfora: nos non pluris sumus quam bullae: nosotros no somos de más valor que burbujas de aire.
En la literatura griega, por su parte, en el Caronte o Los contempladores (19) de Luciano de Samósata, el barquero del mundo subterráneo le pide permiso a Hades, el dios del inframundo, y de la mano de Hermes se da una vuelta por la Tierra y en su ascenso de los infiernos le explica a Hermes lo que es para él el hombre y su vida: “¿Has visto alguna vez las burbujas (πομφόλυγας) que se producen en el agua cuando uno llena el caldero a cierta altura bajo el chorro de la fuente? Esas pequeñas pompas quiero decir, de las que se forma la espuma. Algunas de ellas son pequeñas y en cuanto se revientan se desvanecen; otras en cambio duran más. Cuando se les acercan otras, infladas, van creciendo hasta formar una gran bola, y, sin embargo, después, también ellas estallan. No es posible que suceda de otro modo; así es también la vida del hombre: todos se hinchan por acción del aire, los mayores, los menores; y unos mantienen el soplo de aire por un breve espacio de tiempo y un destino rápido; otros dejan de existir al instante mismo de su constitución; pero a todos no les queda más remedio que romperse” (traducción J. L. Navarro González).
Homo bulla, H. Goltzius (circa 1590)
Otro QVIS EVADET? de H. Goltzius, conservado en el Museo Británico, presenta al putto haciendo pompas de jabón, junto al pebetero que echa humo y al jarrón con flores. En esta ocasión los versos son cuatro dísticos elegíacos de hexámetro y pentámetro latinos, donde se plantea el subtema de la “uita quasi fumus, bullula flosque perit”, es decir, la vida humana que se desvanece como el humo, como una burbujita y como una flor.
En cuanto al texto sólo encuentro un error de transcripción en el último verso: un imposible *calica, que debe interpretarse por razones semánticas y métricas como “caelica”, el adjetivo que suele acompañar al sustantivo “turba” en muchos textos cristianos: la corte celestial o angelical.
Mantengo, por otra parte, la lectura “Momento” de la primera palabra del poema (En un instante, en un momento) y no considero que sea una corrupción de “Memento” (Recuerda, como en el célebre memento mori), como podría parecer a simple vista.
Momento breuis haec, certeque obnoxia morti
uita, quasi fumus, bullula flosque perit.
Cur ergo teneris (proh stulti!) fidimus annis!
Cur non sponte mori discimus ante diem?
Habida cuenta de la complejidad del texto, ofrezco, además de la versión rítmica, una traducción más pedestre en prosa.
Pronto la vida, breve y, seguro, sujeta a la muerte,
nuestra perece al igual que humo, que pompa, que flor.
¿Cómo entonces nos fiamos de tiernos años, ah necios,
no aprendiendo, mejor, antes de la hora a morir?
(En un momento esta vida breve y sujeta ciertamente a la muerte se desvanece como el humo, como una pequeña pompa y una flor. ¿Por qué entonces (ah estúpidos de nosotros) nos confiamos en nuestros tiernos años? ¿Por qué no aprendemos a morir voluntariamente antes del día?)
Excussa blandae carnis, dum uita superstes,
compede, post mortem liberiore gradu
spiritus astra petet, iam sedem ubi fixerat ante,
ciuemque agnoscet caelica turba suum.Roto el grillete de blanda la carne, mientras hay vida,
tras la muerte con un paso más libre, a subir
va a los astros el alma, donde antes ya tuvo su sede,
y ciudadana la hará suya la grey celestial.
(Una vez sacudida la cadena de la blanda carne, en tanto presente la vida, después de la muerte con un paso más libre el espíritu ascenderá a los astros, donde ya antes había fijado su sede, y donde la corte celestial reconocera a su conciudadano.)
