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lunes, 27 de febrero de 2023

6 + 4 = 10 leopardos

-¿Para cuándo y en qué condiciones están esos tanques? -Le pregunta la entrevistadora al presidente del gobierno español en Kiev, la capital de Ucrania.

-Ahora mismo, responde el susodicho, se están actualizando (sic) seis de ellos (cinco más uno), con lo cual estaríamos proveyendo seis tanques 'leopard' para lo que se llama una sección. Esto es muy importante para el ejército ucraniano. Nos han pedido un esfuerzo adicional. España lo va a dar. Vamos a tratar de que sean efectivamente diez tanques 'leopard' y, además, estamos formando ahora mismo en torno a cincuenta y cinco soldados ucranianos en el manejo de estos 'leopard' y efectivamente tendremos que formar a otros tantos para los otros cuatro.


    Diez tanques leopard es la contribución solidaria y humanitaria de España a la paz, es decir, a la guerra de Ucrania. El envío de armamento pesado a Ucrania, actualmente los leopardos, pero también se deja abierta la posibilidad de mandar en el futuro cazas de combate y misiles de largo alcance, porque, según nuestro presidente, «vamos de la mano de las demás naciones (de la Alianza Atlántica)» dispara, nunca mejor dicho, la escalada bélica del conflicto, que cumple por estas fechas su primer año de andadura, una guerra retransmitida por televisión y todos los medios que, como dicen los comentaristas, no puede ganar Ucrania y no puede perder Rusia, y que quien gana, en todo caso, es la industria armamentística, igual que después de dos años de emergencia sanitaria pandémica fue la industria farmacéutica la ganadora.
 
     Con el nombre de leopards que dan a los diez que va a enviar el gobierno español, que no España, no engañan a nadie. El carácter ofensivo, que no defensivo, de estos vehículos acorazados está fuera de toda duda: el leopardo es un depredador, además del animal más rápido del mundo, que puede alcanzar, aunque no mantener durante mucho tiempo, la velocidad máxima admitida en una autovía española, o sea, los 120 kilómetros por hora. El nombre procede del griego λεόπαρδος leópardos, vía latina leopardus, y es un compuesto en la lengua de Homero de λέων léon (o sea, león) y πάρδος párdos, (o sea, pantera).

    Llamo la atención sobre el uso generalizado que se viene haciendo desde hace un siglo de la palabra «tanque» para denominar a estos carros de combate, blindados y acorazados, que es como propiamente deberían designarse. La palabra «tanque» está relacionada con «estanque» y con el verbo «estancar»    con el significado de «parar una corriente de agua». El inglés tank, que en principio significaba «piscina, cubo, balde» acabó modernamente, adquiriendo, como dice Corominas, «la internacionalización bélica que todos conocemos». 

    Resulta curioso cómo en la moderna lengua de Chéspir, tank significa, además de depósito, tanque (o sea carro de combate), e incluso chirona, es decir, cárcel. Significativo es el verbo to tank up que tanto significa llenar el depósito o tanque de gasolina, es decir, repostar, como también emborracharse en un uso metafórico. Pero tenemos también en la lengua del Imperio el famoso think tank, que sería un depósito de pensadores, un grupo de expertos, o, si se prefiere, un 'laboratorio de ideas', o, traducido más literalmente, un 'tanque de pensamiento', expresión que sugiere la existencia de un pensamiento estancado, propio de una mentalidad esclerótica, cuando lo propio de la razón es desembarazarse de ideas y dejar que el pensamiento fluya como los ríos y no se estanque y empantane.

Del artista palestino Mamoum Al Shayeb
 

    Pero lo que nos interesa es cómo a un carro de combate se le ha denominado con una palabra que en principio significaba «depósito de líquido elemento». La razón no es una metáfora eufemística, sino un engaño. Cuando comenzaron a construirse los primeros carros de combate antes de la Primera Guerra Mundial en Inglaterra, no se dijo que eran tales artilugios, sino que eran depósitos de agua para el frente, es decir, «tanques», lo cual era evidentemente mentira, pero disimulaba la función que iban a tener los siniestros artefactos que podría haber ocasionado la protesta de los bienintencionados trabajadores encargados de construir estas armas de combate. El nombre de tanque, tank en inglés, apareció en las fábricas británicas: se engañó a los trabajadores para mantener el secreto militar diciéndoles que estaban construyendo depósitos de agua móviles para el ejército, cuando estaban produciendo un vehículo de combate.

    Según leo en The Patterns of War since the Eighteenth Century (1994) de Larry H. Addington​: "Con el fin de proteger el secreto, los primeros "barcos terrestres" (landships) se cubrían con lonas cuando se movían en plataformas entre la fábrica y el campo de pruebas, marcadas sus cubiertas como "Tanque de agua" (water tank) para engañar a los espías enemigos. El apodo (nickname) de "tanque" se mantuvo incluso después de que el "barco o nave terrestre" entrara en acción en septiembre de 1916". (pág. 156, op. cit.)

 

 

Primer leopard 2 enviado por Canadá a Ucrania.