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sábado, 15 de junio de 2024

Aria di frocciagine

    In Vaticano c'è aria di frociaggine, lo dijo el otro día el papa Francesco a puerta cerrada, pero las paredes oyen y ha trascendido y se ha sabido: 'En el Vaticano hay ambiente de mariconerío'. 
 
    Algunos se preguntan qué le habrá pasado al Santo Padre que se descolgaba diciendo que en los seminarios de curas había demasiado mariconerío, un comentario muy vulgar, despectivo y homófobo impropio de quien ha publicado un libro titulado “¿Quién soy yo para juzgar?”. Tuvo que desdecirse enseguida diciendo que hay que acoger a los homosexuales en la iglesia y afirmar que en ella hay sitio para todos, pero no así en los seminarios, donde no conviene que los haya por aquello de la posterior pederastia de la que tanto se acusa al estamento clerical. 
Fotos fake del papa Francesco creadas con IA
 
     Y qué le habrá pasado cuando hace poco ha sostenido también que las homilías no deberían durar más de ocho minutos, porque si duran más la gente se aburre y se duerme en la iglesia y si se amuerma deja de asistir al santo oficio, y se queda así sin feligreses. Por eso ha propuesto una homilía light,  incisiva y breve, a lo Gracián -lo bueno, si breve, dos veces bueno- tendiendo "un puente eficaz entre la palabra de Dios y la vida de los fieles", que no interrumpa mucho la frenética actividad consumista de los parroquianos, que tienen tantas cosas que hacer y tan poco tiempo por delante que no pueden perderlo escuchando sermones parroquiales. 
 
    Este Santo Padre, que ya se alió con la farmacopea universal promocionando las vacunas como acto de amor entre los cristianos y que se lleva también con el G7 que le invitan a su cumbre -nunca antes un papa de Roma había asistido a la reunión de las economías más industrializadas de este mundo -Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido- y  que no deja de sorprendernos con sus encíclicas ecológicas y poco teológicas en las que ha sustituido al viejo dios bíblico por el Planeta, al que hay que salvar a toda costa, y que tanto se preocupa por la Inteligencia Artificial, parece que está dispuesto a acelerar ahora la desaparición del cristianismo en manos de un neoliberalismo globalizador liberal progresista que no tiene mucha necesidad de la religión tradicional. 
 
 
      ¡Cómo le taparon enseguida la boca para una vez que la abrió y predicó el amor a los enemigos según el evangelio de Cristo, cuando gritó el “Basta guerra!” y aconsejó al actor nato de Ucrania que firmara la paz con Rusia!