La radicalidad del mensaje del Timón de Luciano, de la que se hará eco William Shakespeare en su tragedia Timón de Atenas,
estriba en su apuesta por la soledad y la renuncia a toda amistad. Ello
se debe, según Hermes en el diálogo de Luciano, a que su filantropía y
su compasión por los necesitados lo ha arruinado. Él era un hombre rico
que lo compartía todo con los demás, y no se daba cuenta de que no muchos, sino todos sus pretendidos amigos no eran tales, sino aduladores interesados,
por lo que, según el mensajero de los dioses, "no comprendía que estaba
haciendo beneficios a cuervos y lobos".
El
dinero, que él poseía en gran cantidad, hizo que, cuando se arruinó por su humanitaria generosidad y fue a pedir ayuda a sus antiguos amigos,
se convirtiera en un acérrimo misántropo, en un enemigo de toda comunidad que se refugia como antídoto en el último reducto que le queda, al que se aferra como a un clavo ardiendo, el solipsismo del individuo personal, su propio ego. Por eso decía, en el fragmento que leíamos el otro día: "Un solo amigo tenga: Timón. Todos los demás sean enemigos y conspiradores".
Precisamente ese poder del dinero llamó
la atención del joven Carlos Marx, que en sus Manuscritos económicos y filosóficos
de 1844, comentaba estos versos del Timón
de Atenas, de William Shakespeare, (IV, 3, 28-29), donde el "much of this" se refiere a mucho oro, es decir, mucho dinero: Así que mucho dinero hará lo negro blanco, lo feo hermoso, lo falso verdadero, al plebeyo noble, al viejo joven, al cobarde valiente.
Thus much of this will make black white, foul fair,
Wrong right, base noble, old young, coward valiant.
Thus much of this will make black white, foul fair,
Wrong right, base noble, old young, coward valiant.
Y comenta Marx al hilo de estos versos que el dinero “es la divinidad visible, la transmutación de todas las propiedades humanas y naturales en su contrario, la confusión e inversión universal de todas las cosas; hermana las imposibilidades” y, en segundo lugar, “es la puta universal, el universal alcahuete de los hombres y lo pueblos”.
Más adelante: "El dinero es, al hacer esta mediación, la verdadera fuerza creadora. (…) Como tal potencia inversora, el dinero actúa también contra el individuo y contra los vínculos sociales, etc., que se dicen esenciales. Transforma la fidelidad en infidelidad, el amor en odio, el odio en amor, la virtud en vicio, el vicio en virtud, el siervo en señor, el señor en siervo, la estupidez en entendimiento, el entendimiento en estupidez.
Como el dinero, en cuanto concepto existente y activo del valor, confunde y cambia todas las cosas, es la confusión y el trueque universal de todo, es decir, el mundo invertido, la confusión y el trueque de todas las cualidades naturales y humanas."