jueves, 25 de septiembre de 2025

¡Por güebos!

Por uebos y Manda uebos no son expresiones malsonantes ni contienen faltas de ortografía de grueso calibre como pudieran parecer a primera y simple vista: uebos es un término recogido en el diccionario de la docta Academia, aunque en desuso, que se ha visto confundido y sustituido por hipercorrección no sé si política, gramatical o por ambas a la vez por "huevos".
 
Se trata de un arcaísmo, sí, pero que, empleado en situaciones que son desgraciadamente de una actualidad muy rabiosa, como suele decirse, sirve para constatar una realidad que nos apremia. 
 
Si hacemos el análisis sintáctico, aplicando las viejas artes de la gramática que nos enseñaban en la escuela,  resulta que "uebos" es el sujeto y no el complemento directo de la frase 'manda uebos' porque si analizamos morfológicamente el término,  resulta que no es  un sustantivo plural, como pudiera parecer de entrada ni son por equivalencia fonética los huevos de las gallinas ni los testículos de ningún macho según la exitosa metáfora que evoca la forma oval de los testículos y que aventaja en popularidad a 'pelotas',  sino singular, porque si fuera plural el verbo debería concertar con él en número y decirse en congruencia *mandan uebos. Es singular como demuestra la expresión latina de la que procede mandat opus, utilizada en lenguaje jurídico en el ámbito judicial, que significa que la necesidad obliga por la fuerza, por lo que es una expresión coloquial que muestra desaprobación o incredulidad ante algo que se considera excesivo, llamativo, irracional y totalmente inesperado. 'Por uebos' se utiliza con el significado de 'sin motivo aparente, porque sí'. Etimológicamente significaría  'por obligación', porque como dice la gente, a la fuerza obligan y ahorcan.  
 
Tampoco, huelga decirlo, es en su origen una expresión sexista ni políticamente incorrecta, contra lo que pudiera parecer, pues en principio no hay ninguna alusión a los órganos genitales masculinos ni al sexo por ningún lado.
 
La evolución de la palabra es muy sencilla:  OPUS conserva la /s/ final, que no es marca de plural (porque ha evolucionado como dios, que también acaba en /s/ y resulta que es singular, como bien saben los monoteístas que dicen que Dios sólo hay uno y verdadero, llámese Dios, Alá o Jehová, y que para el plural hay que añadir –es: dioses), la /u/ se abre en /o/ > opos; la /p/ intervocálica se sonoriza y se convierte en /b/: obos, y finalmente la o breve y tónica diptonga en /ue/: uebos.  Si queremos escribirlo de una manera más fonética y acorde con la pronunciación, deberíamos hacerlo así: güebos: manda güebos.  

La palabra es castellana vieja. Aparece varias veces en el primer monumento de la literatura española que ha llegado a nosotros, el Cantar de Mío Cid. En el cantar primero, por ejemplo, que trata del destierro del Cid, en el trato de Martín Antolín con los judíos: Nos uebos avemos en todo de ganar algo, que quiere decir: “nosotros tenemos la necesidad en todo de ganar algo”. 
 
El problema es que mucha gente no entiende ya esta expresión en su sentido originario y cree que contiene una alusión sexual metafórica y explícita, y hay quienes llegan incluso a decir que hay que hacer algo “por cojones”, lo cual sí es una grosería malsonante, e incluso, algunas feministas contratacan esta expresión que tildan de machista,  diciendo “por ovarios” para contrarrestar, ovarios que no dejan de ser los órganos hueveros donde se forman los óvulos, huevitos o huevecillos. 
 
  
Pero nada de eso está en el origen, aunque la confusión resulte no poco significativa. También hay quienes modifican, tal es el éxito de la metáfora aplicada a los testículos masculinos, la expresión por "manda cojones", dando por supuesto que los huevos son los cojones, sustituyendo una palabra que nada tenía que ver con los atributos masculinos en cuestión, o centrándonos en otra parte de la anatomía, "manda narices", de donde derivan las expresiones con el verbo 'tener': "la cosa (sujeto) tiene (verbo) huevos, cojones o narices (complemento directo)".
 
El Ministerio de Igualdad -que igual da que exista o que dejé de existir, sirviendo para lo poco que que sirve, que no deja de ser mucho a la hora de sostener el tinglado- se descuelga con una zafia campaña no voy a decir que de mal gusto, pero sí de muy poco acierto, como aquella otra del Ministerio de Sanidad de "Hoy follas seguro", protagonizada por un conocido actor, que busca “sensibilizar a la sociedad sobre la necesidad de una transformación cultural hacia masculinidades más igualitarias y corresponsables, y lo hace a través del lema “por huevos”, una expresión muy asociada al universo masculino, al que se ha dado la vuelta con sentido del humor, resignificándola” (sic). 
 
La campaña institucional juega con la metáfora de los huevos para promocionar masculinidades más feministas como dice la letra pequeña de los carteles. 
La letra pequeña: Por una masculinidad más libre, más diversa, más feminista. 

3 comentarios:

  1. Manda güevos con el Ministerio, aunque total diga lo que diga da igual, que en eso consiste para éstos ministerios y éstas 'emponderadas' la igualdad de los güevos.

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  2. Pongamos atención a la ortografía, por favor:
    "Un caso curioso en relación con la ortografía b / v es el que se nos presenta en la expresión 'manda huevos', o más exactamente 'manda huebos'. Esta expresión, relativamente frecuente en la lengua coloquial, es considerada como un tanto soez o grosera por ser interpretado ese 'huevos' como sinónimo de «testículos». Puede llamar la atención la precisión que hemos hecho al escribir «o más exactamente manda huebos». Pero, en principio, ésa es la ortografía real: huebos con b; que, además, es singular a pesar de la s final, como derivado directo del latín opus, que entre otros significados tiene el de «necesidad» o «cosa necesaria». La expresión 'manda huebos', en su origen, responde realmente a «manda necesidad», «es necesario», «se impone la necesidad», «no queda más remedio». Pero, por razones harto evidentes, ese huebos, hoy desconocido, pasó a huevos dándole ese matiz un tanto picaresco y vulgar; y con esa falsa concordancia de un verbo en singular (manda) con un sujeto que, así mudado (huevos), es plural. Puntualicemos que esta falta de concordancia se ha impuesto en dichos nacidos a su imitación, como manda narices; y con mayor razón en manda cojones tal como aparece recogido en el Diccionario del español actual, aunque citando un solo testimonio: uno de Miguel Delibes en El disputado voto del señor Cayo (1978), pág. 120."
    Tomado del Centro Virtual Cervantes: https://cvc.cervantes.es/lengua/biblioteca_fraseologica/n1_cantera/ortografia.htm#np615

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    1. Según el diccionario de la RAE, la palabra se escribe "uebos". No me explico por qué no le ponen la hache, como a los otros, a los de las aves.

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