Suele aquel que ve creer que se puede ver, creer que se ve, y tener fe en lo que ve, como el apóstol Tomás.
Telespectador: aquel que cree en lo que ve por televisión: televidente que ve, telecreyente que cree.
Cordero no soy, ni el Señor es mi pastor: tiro al monte yo; baló la cabra montés triscando campo a través.
¡Que salga el autor a recibir la ovación y la aclamación del público espectador en pie por La Creación!
Me cago yo en Él, en el dinero de Dios, que me emputeció, y me cago en mí también, que por Él me emputecí.
Ego sum qui sum? Pero yo no sé quién soy ni si soy o no; si soy el que era o seré otro distinto de mí.
¿Dónde Canaán, la Tierra de Promisión, se halla? ¿En qué lugar? ¿Dónde, Dios del Sinaí, cartografiada está?
¿Qué es este sindiós? ¿Qué es esto, Dios de Israel? ¿Es tu voluntad? ¿Cómo puedes consentir, Señor, tanta iniquidad?
¡Eso sí que no! Mi esquela de defunción: aquí yace don... Fulano de Tal y Cual. Sí, pero ese no soy yo.
oOo
Según la Güiquipedia sabelotodo, la tanka (sic,
por la k) es un tipo de poesía tradicional japonesa, que consta de cinco
versos de 5-7-5-7-7 sílabas. Pero si tenemos en cuenta que el final de
cada verso es siempre agudo, en castellano, según nuestro cómputo
versificatorio, serían 6-8-6-8-8.
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