La seguiriya es uno de los muchos palos
del flamenco. La seguiriya gitana más pura, la que surge del cante
más hondo, se canta a palo seco, o sea, sin acompañamiento musical
de guitarra.
Estructuralmente se compone de cuatro
versos: hexasílabos el primero, segundo y cuarto, hendecasílabo el tercero
(6-6-11-6), modelo silábico emparentado con las jarchas. Riman el
segundo y el cuarto en consonante o asonante. Pero prima el sentimiento sobre la forma, de modo que
no es raro encontrarse con seguiriyas con otras métricas.
Esta voz
no es mía, / que es la de cualquiera / que canta las penas de todos, nuestras, / ni propias ni ajenas.
Tengo
yo una pena / grande que no tengo, / que a mí me tiene ella y no me
deja / que ande yo contento.
- Pido
yo a la luna / en el hondo cielo, / que caiga muerto aquí ahora,
si es falso / lo que a ti te quiero.
-
Veo a mucha gente, / no te veo a ti / y el corazón,
de la jaula del pecho / se quiere
salir.
Dizque en
las estrellas / ay, escrito está, / mi sino, madre mía, y el
futuro, / y eso no es verdad.
Morirme
quisiera, / dejar de existir, / que esta farsa, madre, que llaman
vida / es
un sinvivir.
Sin traje
de luces,/ desnudo en
el ruedo, / lidiando,
sin capote y sin espada, / al toro
del miedo.
Loco
de remate / creo yo que estoy, / si en esta vida lo he perdido todo
/ menos la razón.
No quiero
la plata / ni oro de este mundo, / me cago en todos los dineros,
solo /pido un
beso tuyo.
Si te vas,
me matas; / llévame contigo / que yo no tengo, solito en el mundo, /
ni amiga ni amigo.
No hay
Dios que nos valga, / justicia tampoco, / en este mundo, donde acaba
uno / o preso o loco.
Como una
cabra, / corazón salvaje, / yo siempre tiro al monte, donde no hay / cabrero que guarde.
Sin querer
te quiero, / ni mandarme nadie; / no hay Dios, ley, mandamiento o gobierno / que al corazón mande.
- Yo, señor doctor, /
sufro de locura, / pero no me encierre usted ni me cure / esta
chifladura.
Dispara tu
flecha, / chiquillo Cupido, / y haz que esa mujer de mí se encariñe, / y acueste conmigo.
Se murió
mi niño, / se me quedó atrás, / cuando me viene vivo su recuerdo,
/ rompo yo a llorar.
Rota la
garganta, / de lo hondo del pecho / me sale a palo seco así el
quejido / del cante del pueblo.