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viernes, 12 de julio de 2024

El pasaporte pajillero

    El Gobierno progresista español tiene la intención de lanzar, después del infame pasaporte sanitario de la pandemia, a finales de verano la Cartera Digital Beta, una aplicación para el móvil que incorporará un sistema de verificación de edad a través del DNI electrónico. El objetivo de este invento es evitar que los menores puedan acceder a páginas con contenido 'para adultos', eufemismo en lugar de 'pornográficos', mediante un dispositivo que enseguida ha sido bautizado chocarreramente como “pajaporte”. 
 
 
     Una organización no gubernamental y tan bienintencionada como Save The Children, que pretende salvar a los niños de su condena a dejar de serlo en el futuro, afirma que “casi 7 de cada 10 adolescentes consumen pornografía, a la que acceden por primera vez a los 12 años”. El gobierno pretende ahora cerrarles el grifo a estos pajilleros, que se verían así privados del acceso a las “pájinas” guarras, como ellos las llaman, nacionales, aunque curiosamente las diez más frecuentadas sean internacionales, con las que podrían seguir haciéndose "pajillas" por ahora, aunque se prevé que esto pueda cambiar en el futuro, restringiéndose su acceso.
 
    Me recuerda a mí a cuando en mi adolescencia te pedían el carnet (DNI físico y plastificado entonces) para entrar a ver una película autorizada por la censura para mayores de dieciocho años...  ¡Cómo cambian los tiempos para seguir igual en definitiva!
 
    La industria pornográfica, como es lógico, pone el grito en el cielo y denuncia que la Cartera Digital Beta pretende controlar a los adultos más que a los niños y adolescentes, reduciendo además las visitas “pajaportables” a 30 mensuales, por lo visto.
 
    Esta medida del gobierno se justifica dentro de la rimbombante 'Estrategia Nacional de Protección de la Infancia y de la Adolescencia en el Entorno Digital', que pretende entre otras cosas combatir el número de agresiones sexuales entre menores evitando que se masturben "más de la cuenta". 


     Pero en realidad no se trata sólo de impedir el acceso a los menores, sino de controlar qué, cuándo y qué tipo de pornografía consumen los mayores, que también tendrán que acreditar su DNI digital a la hora de practicar el onanismo de la práctica masturbatoria. En realidad, se mire por donde se mire, no es más que un intento más de digitalizar el control absoluto y de restringir los accesos a internet.
 
    A partir de los datos recabados para saber si el usuario es mayor de edad o no, el Gran Hermano realizará una verificación de la edad del ciudadano para finalmente emitir la credencial de mayoría de edad como un lote de treinta pases en principio, con una caducidad de treinta días...
    Hay quien ve en esto, como en tantas otras maniobras gubernativas, una espectacular cortina de humo y una maniobra de distracción para tapar otros problemas más acuciantes. En realidad se trata de ponerle puertas al campo digital: un intermediario decidirá lo que puedes o no puedes ver.
 
    El peligro es inminente, ya que este control podría extenderse a todo tipo de contenidos, no sólo a los pornográficos, que no le gusten al gobierno de turno, por ejemplo a informaciones consideradas peligrosas o críticas. Después del pasaporte sanitario que ya hemos padecido, viene ahora el 'pajaporte', que entrará en funcionamiento a finales del verano, otro intento más de controlarnos.