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viernes, 13 de septiembre de 2024

Nuestra huella de carbono

    ¿Qué es la huella de carbono? Son los gases de efecto invernadero que producen nuestras actividades económicas cotidianas. El dato, expresado en toneladas emitidas de CO2 es vital, nos dicen, para frenar el cambio climático. Nos dicen que hay que poner en marcha las iniciativas necesarias para reducirla al máximo y borrarla del planeta tierra, empezando por cada uno de nosotros en nuestro día a día. El planeta ha sido asesinado, como muestra esta viñeta de Eneko, titulada "Escena de un crimen" que representa el cadáver de un globo terráqueo, y que da a entender que los asesinos somos nosotros, que no controlamos nuestras emisiones, nuestros gases de efecto invernadero, nuestra huella de carbono:
 
 

     La publicidad gubernamental insiste en la responsabilidad individual que tenemos todos y cada uno de nosotros si no hacemos algo para salvar el planeta y eliminar nuestra huella de carbono. Veamos por ejemplo este cartel aparecido en el Metro de Madrid, realizado en papel reciclado, que nos invita a calcular nuestra huella y que insiste en nuestra responsabilidad individual, versión laica de la culpabilidad de nuestro pecado original. La campaña se titula "Hablemos de Jimmy", pero podía haberse titulado: "Hablemos de ti mismo".
 

     "Los martes Jimmy sale de casa sin apagar la luz del salón y coge el coche para ir a comprar pan de molde al barrio de al lado. Los miércoles también. Hazlo un poco mejor que Jimmy".

    Este Jimmy es, sin duda, gilipollas porque si no apaga la luz al salir de casa y si coge todos los días el coche para ir a comprar el pan cerca de donde vive lo está pagando caro, pero no solo por incrementar su huella de carbono, sino sobre todo por la factura de la luz y la cuenta que deja en la gasolinera. 
 
    La campaña nos invita a hacerlo mejor que él, y a arrepentirnos si hacemos lo mismo que él, que es un pecador. Otro cartel reza, con propósito de enmienda: "Soy consciente de cuánto contamino, y a partir de ahora voy a cambiar radicalmente mis hábitos de consumo... dijo Jimmy nunca". Pero nosotros podemos hacerlo mejor que él y proponernos no contaminar, no dejar ninguna huella o dejar huella cero, como les gusta decir.
 

    La campaña insiste en nuestra responsabilidad personal, diluyendo así la responsabilidad del sistema capitalista en los tristes consumidores y contribuyentes individuales: "De media generamos 7,5 toneladas de CO2 al año. Jimmy genera 17 porque es muy competitivo". 
 
    "Jimmy tiene curiosidad por saber cuánto contamina. Spoiler: Mucho. Jimmy contamina como si no hubiera un mañana... literalmente".  Ahora resulta que Jimmy, o sea, cada uno de nosotros, es el responsable de la contaminación atmosférica.
 
    Hay algo en este cortometraje sarcástico de la campaña contra el cambio climático 10:10, realizado en 2010 por Richard Curtis, considerado uno de los mejores guionistas de comedia en el Reino Unido, y titulado "No pressure" (Sin presión) que nos hace pensar que somos nosotros mismos, no nuestra huella, lo que se pretende erradicar del planeta para salvarlo. El vídeo, subtitulado en castellano, contiene escenas que pueden resultar perturbadoras, nos advierten, para algunos que lo vean, y no se considera adecuado para los niños.  
    

   

jueves, 17 de agosto de 2023

Pareceres (XXVI)

126.- Inversión de la perspectiva. La mayoría de nosotros rechazamos el credo ajeno, y hacemos bien, porque vemos cómo condiciona a los demás y cómo nos condicionaría, si lo aceptamos, a nosotros. Pero deberíamos invertir la perspectiva, poniéndonos en lugar de los otros, para ver el condicionamiento de nuestras propias creencias e ideología, no para cambiar de credo, sino para desembarazarnos, nunca mejor dicho, de todas y cada una de las nuestras. Nuestras sagradas creencias deberíamos exponerlas, o sea, abandonarlas, deponerlas como armas mortales de destrucción masiva que resultan. 

127.- Huella de carbono. Los gobiernos del mundo precisan emprender siempre una guerra civil -y todas las guerras lo son a su manera- porque la guerra es la esencia misma del Estado, necesaria como es para subyugar al pueblo. Después de la emprendida contra el terrorismo, en la que todos y cada uno de nosotros éramos sospechosos, se declaró la guerra contra el virus en la que todos éramos portadores del patógeno, contagiadores y contagiados. Una vez acabadas, por ahora, aquellas viejas guerras, emprenden ahora la guerra contra el CO2 o dióxido de carbono. Es una guerra, como las anteriores, que el Estado declara al pueblo, que se une bajo la férula de su gobierno para luchar contra el enemigo interior, contra sí mismo, es decir, para tirar piedras contra su propio tejado, contra nosotros mismos porque con cada bocanada de aire que exhalamos estamos vertiendo a la atmósfera  CO2, o sea dióxido de carbono, o como se llamaba antes, anhídrido carbónico, que es el principal gas de efecto invernadero antropogénico. Vamos dejando en el transcurso de nuestra existencia, que no vida, porque esto no es vida, una huella de carbono, pecadores que somos, por la que tenemos que pagar. Uno puede pagar el impuesto revolucionario de su cuota de carbono, ser un consumidor responsable y redimirse así de sus pecados.

128.- El poder y sus mentiras. Un titular periodístico sugiere ingenuamente lo que muchos sospechábamos: que gobernar es mentir. Se trata de “El periodismo es una manera de fiscalizar el poder, y por tanto, las mentiras”. Son unas declaraciones de una periodista cualquiera, presentadora de televisión, hechas a la hoja parroquial que es El Diario Montañés (23.07.23), un periódico de provincias. En la primera parte del titular no estamos de acuerdo: Dice que el periodismo es una fiscalización del poder. Tal vez es lo que debería ser, o lo que a ella le gustaría que fuera, pero no lo que es. De cualquier forma sorprende el término fiscalización, que nos lleva al fisco o erario público y al conjunto de los organismos estatales mejor que públicos que se ocupan según la docta Academia de la recaudación de impuestos, y a la figura del fiscal, aparte de referirse al oficio de la persona que representa y ejerce el ministerio público en los tribunales, por lo que el verbo fiscalizar significa también “criticar y traer a juicio las acciones u obras de alguien”. Sin embargo, la segunda parte de la frase da, sin querer, en el clavo, cuando dice, ...”y por tanto, las mentiras”, al equiparar el poder con las mentiras, que son su esencia primigenia. Leyendo la frase completa: “El periodismo es una manera de fiscalizar el poder y, por tanto, las mentiras o medias verdades”.

129.- ALCA. Que el Nuevo Mundo no es tan nuevo como indica su propio nombre, sino que es sólo un trasunto de la inveterada, ya decrépita y rancia Europa, y que es más viejo, por lo tanto, que el catarro de Matusalén, lo demuestra el mero hecho de que ALCA sea el acrónimo de “Área de Libre  Comercio de las Américas”, y no, ¡qué bello sería!, cambiando la preposición de lugar, “Área Libre de Comercio de las Américas”. Pero no es así. ¡Qué pena! No hay que confundir las cosas, dicen: no es lo mismo la teología de la liberación, que es más del mismo cuento teosófico de siempre, que la liberación de la teología, que es lo que muchos de nosotros deseamos. 

130.- Ganarse la vida. Trabajas 5 días para disfrutar 2, consagrando el fin de semana que nunca es el fin de la semana... Trabajas todo el año solo para tomarte unas semanas de vacaciones. Trabajas toda tu vida para jubilarte a una edad muy avanzada. Trabajas para ganarte la vida, y, trabajando, la pierdes irremisiblemente. Y no contemplas más que tus últimos alientos. Con el tiempo te das cuenta de que la vida no ha sido más que una parodia de sí misma. Nos hemos acostumbrado tanto nuestra propia esclavitud que no somos conscientes de ella.