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jueves, 17 de agosto de 2023

Pareceres (XXVI)

126.- Inversión de la perspectiva. La mayoría de nosotros rechazamos el credo ajeno, y hacemos bien, porque vemos cómo condiciona a los demás y cómo nos condicionaría, si lo aceptamos, a nosotros. Pero deberíamos invertir la perspectiva, poniéndonos en lugar de los otros, para ver el condicionamiento de nuestras propias creencias e ideología, no para cambiar de credo, sino para desembarazarnos, nunca mejor dicho, de todas y cada una de las nuestras. Nuestras sagradas creencias deberíamos exponerlas, o sea, abandonarlas, deponerlas como armas mortales de destrucción masiva que resultan. 

127.- Huella de carbono. Los gobiernos del mundo precisan emprender siempre una guerra civil -y todas las guerras lo son a su manera- porque la guerra es la esencia misma del Estado, necesaria como es para subyugar al pueblo. Después de la emprendida contra el terrorismo, en la que todos y cada uno de nosotros éramos sospechosos, se declaró la guerra contra el virus en la que todos éramos portadores del patógeno, contagiadores y contagiados. Una vez acabadas, por ahora, aquellas viejas guerras, emprenden ahora la guerra contra el CO2 o dióxido de carbono. Es una guerra, como las anteriores, que el Estado declara al pueblo, que se une bajo la férula de su gobierno para luchar contra el enemigo interior, contra sí mismo, es decir, para tirar piedras contra su propio tejado, contra nosotros mismos porque con cada bocanada de aire que exhalamos estamos vertiendo a la atmósfera  CO2, o sea dióxido de carbono, o como se llamaba antes, anhídrido carbónico, que es el principal gas de efecto invernadero antropogénico. Vamos dejando en el transcurso de nuestra existencia, que no vida, porque esto no es vida, una huella de carbono, pecadores que somos, por la que tenemos que pagar. Uno puede pagar el impuesto revolucionario de su cuota de carbono, ser un consumidor responsable y redimirse así de sus pecados.

128.- El poder y sus mentiras. Un titular periodístico sugiere ingenuamente lo que muchos sospechábamos: que gobernar es mentir. Se trata de “El periodismo es una manera de fiscalizar el poder, y por tanto, las mentiras”. Son unas declaraciones de una periodista cualquiera, presentadora de televisión, hechas a la hoja parroquial que es El Diario Montañés (23.07.23), un periódico de provincias. En la primera parte del titular no estamos de acuerdo: Dice que el periodismo es una fiscalización del poder. Tal vez es lo que debería ser, o lo que a ella le gustaría que fuera, pero no lo que es. De cualquier forma sorprende el término fiscalización, que nos lleva al fisco o erario público y al conjunto de los organismos estatales mejor que públicos que se ocupan según la docta Academia de la recaudación de impuestos, y a la figura del fiscal, aparte de referirse al oficio de la persona que representa y ejerce el ministerio público en los tribunales, por lo que el verbo fiscalizar significa también “criticar y traer a juicio las acciones u obras de alguien”. Sin embargo, la segunda parte de la frase da, sin querer, en el clavo, cuando dice, ...”y por tanto, las mentiras”, al equiparar el poder con las mentiras, que son su esencia primigenia. Leyendo la frase completa: “El periodismo es una manera de fiscalizar el poder y, por tanto, las mentiras o medias verdades”.

129.- ALCA. Que el Nuevo Mundo no es tan nuevo como indica su propio nombre, sino que es sólo un trasunto de la inveterada, ya decrépita y rancia Europa, y que es más viejo, por lo tanto, que el catarro de Matusalén, lo demuestra el mero hecho de que ALCA sea el acrónimo de “Área de Libre  Comercio de las Américas”, y no, ¡qué bello sería!, cambiando la preposición de lugar, “Área Libre de Comercio de las Américas”. Pero no es así. ¡Qué pena! No hay que confundir las cosas, dicen: no es lo mismo la teología de la liberación, que es más del mismo cuento teosófico de siempre, que la liberación de la teología, que es lo que muchos de nosotros deseamos. 

130.- Ganarse la vida. Trabajas 5 días para disfrutar 2, consagrando el fin de semana que nunca es el fin de la semana... Trabajas todo el año solo para tomarte unas semanas de vacaciones. Trabajas toda tu vida para jubilarte a una edad muy avanzada. Trabajas para ganarte la vida, y, trabajando, la pierdes irremisiblemente. Y no contemplas más que tus últimos alientos. Con el tiempo te das cuenta de que la vida no ha sido más que una parodia de sí misma. Nos hemos acostumbrado tanto nuestra propia esclavitud que no somos conscientes de ella.