"Los reyes de
la baraja" es una de las canciones populares transmitidas por Federico
García Lorca que han cantado entre otras Teresa Berganza, acompañada
por Narciso Yepes, Pilar Lorengar y muchas otras cantantes. Escuchémosla en la versión de
la primera.
La letra dice
así:
Si tu padre
quiere un rey, / la baraja tiene cuatro: / rey de oros, rey de copas,
/ rey de espadas, rey de bastos.
Corre que te
pillo, / corre que te agarro, / mira que te lleno, / la cara de
barro.
Del olivo me
retiro, / del esparto yo me aparto, /del sarmiento me arrepiento / de
haberte querido tanto.
Se caracteriza por su ritmo trocaico. La primera y tercera estrofa están compuestas de cuatro versos octosílabos con rima asonante en los versos segundo y cuarto. Pero la tercera estrofa, además, presenta una rima interna entre los dos tetrasílabos que componen el octosílabo. Tanto los octosílabos de la primera como de la tercera estrofa pueden considerarse formados por dos tetrapodias trocaicas, cuyo ritmo podemos representarlo así: + - + - + - + -, donde el signo "+" indica sílaba marcada o tónica en principio y el "-" no marcada o átona en principio. Sin embargo, en el último verso de la última estrofa nos encontramos con una rotura del esquema, nos hallamos ante un hagesicoreo ( - + - - + - + - ) que nos sorprende tanto por su ritmo como por su contenido, que puede leerse y escucharse y sentirse, sin embargo, como los anteriores: de hábèrté querído tánto. La primera estrofa destaca por su carácter político antimonárquico diciendo que el pueblo, en el que nadie es más que nadie, solo acepta los reyes de la baraja, mientras que la última revela un arrepentimiento o desengaño amoroso.
El estribillo, que probablemente es una cantilena de un juego popular infantil de persecución como el de "Ratón que te pilla el gato", está formado por hexasílabos también trocaicos como los octosílabos: los tres primeros son itifálicos, como los llamaban los antiguos: + - + - + - (como en el villancico aquel: dale, dale, dale, / dale a la zambomba / dale, dale, dale, / hasta que se rompa), mientras que el último es un reiziano o telesileo sin la última sílaba, un verso que nos sorprende porque rompe aparentemente el ritmo anterior: - + - - + -, pero que puede leerse y oírse, siendo diferente, como los precedentes: lá càrá de bárro.
Elisa Serna incluyó su versión de la canción "Los reyes de la baraja" en su disco "Quejido", publicado en Francia en 1972, y fue censurada por la dictadura franquista,
después de que Franco hubiera nombrado a Juan Carlos, el hoy rey
emérito, su sucesor en 1969.
Su letra no expresa
explícitamente ningún afecto por la república, pero sí una clara animadversión hacia la monarquía, lo que hace casi inevitable, aunque no lo sea, que se acabe convirtiendo en una canción republicana. No lo es porque lo que hay de popular en ella no es el amor a la república propiamente dicho sino la desafección hacia la monarquía. La canción de Elisa Serna parte de la primera estrofa, que deja tal cual, cambiando "padre" por "madre", y del estribillo lorquiano, donde en el segundo hexasílabo cambia “arrastro” por “agarro”.
Si tu madre quiere un rey / la baraja tiene cuatro: / rey de oros, rey de copas, / rey de espadas, rey de bastos.
Corre, que te pillo, / corre, que te arrastro, / mira que te lleno, / la cara de barro.
Pero Elisa Serna incluye dos estrofas más, de su propia cosecha haciendo desfilar a toda la familia:
Si tu hermana quiere un rey / que se cosa uno de tela, / le dé cuerda para que ande / y lo pare cuando quiera.
Si tu padre quiere un rey / que se compre uno de yeso / que esos no escriben la ley / como los de carne y hueso.
Y finalmente vuelve a la estrofa lorquiana, cambiando el primer octosílabo:
Para aquél que quiera un rey / la baraja tiene cuatro / rey de oros, rey de copas, / rey de espadas, rey de bastos.