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lunes, 27 de mayo de 2024

Contra el muro marroquí

    El muro que levantó Marruecos en el territorio ocupado del Sáhara Occidental es, en realidad, un conjunto de ocho muros defensivos de casi tres mil quilómetros de longitud, que se dice muy pronto pero cuesta tanto imaginar, con búnqueres, vallas y campos minados, cuyo fin es delimitar el territorio efectivamente ocupado por la monarquía alauita e impedir la vuelta de los refugiados saharauis a su territorio. 
 
 
     Que no caiga en el olvido ese pueblo maltratado. Contra ese muro y la dominación del jeque moro marroquí y la complicidad del gobierno español, una vieja canción de la llorada Elisa Serna, Sáhara, de su elepé Choca la mano (1977), cuya letra transcribo: 

Sáhara, Saharé, Sáhara, Saharé, saharízate.

¡Ay! Pobre Almanzor / todavía dura / de Calatañazor / la hoguera encendida.

Lloraba Boabdil / cuando entregó Granada. / Cierto era que allí / el llanto no acababa.

Sáhara, Saharé, Sáhara, Saharé, saharízate.

¡Ay! ¡Qué malos ratos / te esperan, desierto, / con tantos fosfatos / como han descubierto!

La sangre en mis venas / me hace revivir / el alma guerrera / del saharahuí.

Sáhara, Saharé, Sáhara, Saharé, saharízate.

«Muchos lobos, a una oveja / pronto le quitan la pelleja» 

Sáhara, Saharé, Sáhara, Saharé, saharízate.


    Y otra canción, mucho más reciente, del rapero Yslem, Hijo del Desierto, en colaboración con Vacanone: Sáhara libre, que comienza con la siguiente rememoración histórica: En 1975 el gobierno de Arias Navarro promete al pueblo saharaui, ante el abandono del Sáhara por parte del Estado español, defenderle de las posibles agresiones externas. Sin embargo, menos de dos semanas después, ese mismo gobierno firma en Madrid los acuerdos tripartitos con Marruecos y Mauritania que les dan carta blanca para invadir el territorio saharaui.
 

       El estribillo dice así: Yo solo quiero que tú seas libre, Sáhara, horra, Sáhara, libre. Y la letra en español: Hace cuarenta años y en la misma situación / en su cara no hay sonrisa, solo desilusión. / Estoy harto de opresión / y he tomado la decisión / para ayudar a esa nación / que vive en una ocupación. / Si el mundo se uniera, esa sería la solución / pero el mundo cierra los ojos para no ver el dolor. / Como no son de su sangre, no le importa, no, no, no. / Cada día que pasa, que cambie le pido a Dios. /Yo solo quiero que tú seas libre, Sáhara, horra, Sáhara, libre.
 
 (Llama mi atención el adjetivo "horro, -a", palabra de origen árabe que es sinónima de "libre", que en castellano viejo se aplica a quien habiendo sido esclavo alcanza la libertad, es decir, al liberto).
 

 

miércoles, 11 de enero de 2023

Una canción popular: Los reyes de la baraja

     "Los reyes de la baraja" es una de las canciones populares transmitidas por Federico García Lorca que han cantado entre otras Teresa Berganza, acompañada por Narciso Yepes, Pilar Lorengar y muchas otras cantantes. Escuchémosla en la versión de la primera.
 

    La letra dice así:  

Si tu padre quiere un rey, / la baraja tiene cuatro: / rey de oros, rey de copas, / rey de espadas, rey de bastos.

Corre que te pillo, / corre que te agarro, / mira que te lleno, / la cara de barro.

Del olivo me retiro, / del esparto yo me aparto, /del sarmiento me arrepiento / de haberte querido tanto.

      Se caracteriza por su ritmo trocaico. La primera y tercera estrofa están compuestas de cuatro versos octosílabos con rima asonante en los versos segundo y cuarto. Pero la tercera estrofa, además, presenta una rima interna entre los dos tetrasílabos que componen el octosílabo. Tanto los octosílabos de la primera como de la tercera estrofa pueden considerarse formados por dos tetrapodias trocaicas, cuyo ritmo podemos representarlo así: + - + -  + - + -, donde el signo "+" indica sílaba marcada o tónica en principio y el "-" no marcada o átona en principio. Sin embargo, en el último verso de la última estrofa nos encontramos con una rotura del esquema, nos hallamos ante un hagesicoreo ( - + - - + - + - ) que nos sorprende tanto por su ritmo como por su contenido, que puede leerse y escucharse y sentirse, sin embargo, como los anteriores: de hábèrté querído tánto

    La primera estrofa destaca por su carácter político antimonárquico diciendo que el pueblo, en el que nadie es más que nadie, solo acepta los reyes de la baraja, mientras que la última revela un arrepentimiento o desengaño amoroso. 

    El estribillo, que probablemente es una cantilena de un juego popular infantil de persecución como el de "Ratón que te pilla el gato",  está formado por hexasílabos también trocaicos como los octosílabos: los tres primeros son itifálicos, como los llamaban los antiguos: + - + - + - (como en el villancico aquel: dale, dale, dale, / dale a la zambomba / dale, dale, dale, / hasta que se rompa), mientras que el último es un reiziano o telesileo sin la última sílaba, un verso que nos sorprende porque rompe aparentemente el ritmo anterior: - + - - + -, pero que puede leerse y oírse, siendo diferente, como los precedentes: lá càrá de bárro.

     Elisa Serna incluyó su versión de la canción "Los reyes de la baraja" en su disco "Quejido", publicado en Francia en 1972, y fue censurada por la dictadura franquista, después de que Franco hubiera nombrado a Juan Carlos, el hoy rey emérito, su sucesor en 1969. 

 

    Su letra no expresa explícitamente ningún afecto por la república, pero sí una clara animadversión hacia la monarquía, lo que hace casi inevitable, aunque no lo sea, que se acabe convirtiendo en una canción republicana. No lo es porque lo que hay de popular en ella no es el amor a la república propiamente dicho sino la desafección hacia la monarquía. La canción de Elisa Serna parte de la primera estrofa, que deja tal cual, cambiando "padre" por "madre", y del estribillo lorquiano, donde en el segundo hexasílabo cambia “arrastro” por “agarro”. 
 
 
    Si tu madre quiere un rey / la baraja tiene cuatro: / rey de oros, rey de copas, / rey de espadas, rey de bastos. 
    Corre, que te pillo, / corre, que te arrastro, / mira que te lleno, / la cara de barro. 
 
    Pero Elisa Serna incluye dos estrofas más, de su propia cosecha haciendo desfilar a toda la familia: 
    Si tu hermana quiere un rey / que se cosa uno de tela, / le dé cuerda para que ande / y lo pare cuando quiera. 
 
    Si tu padre quiere un rey / que se compre uno de yeso / que esos no escriben la ley / como los de carne y hueso. 
 
    Y finalmente vuelve a la estrofa lorquiana, cambiando el primer octosílabo:
     Para aquél que quiera un rey / la baraja tiene cuatro / rey de oros, rey de copas, / rey de espadas, rey de bastos.