viernes, 27 de junio de 2025

Pareceres LXXIX

386.- A los cuatro vientos. Declaraciones de una prostituta. "Las putas somos lo que somos: trabajadoras sexuales, obreras del oficio más viejo del mundo. La prostitución es la primera profesión de la historia de la humanidad. Nuestro oficio, en otros tiempos denigrado, ha adquirido hoy cierta visibilidad, consideración social, y aun respetabilidad, habida cuenta de la liberalización y relajo de las costumbres. Todos y todas somos putas:  jueces, políticos, actores, deportistas, médicos y un larguísimo etcétera que incluye todo tipo de trabajos asalariados y profesiones de quienes hacen lo que hacen no por amor o por el gusto de hacerlo, sino por dinero. Todos en esta puta sociedad -nunca mejor dicho lo de 'puta'- aunque no queramos reconocerlo engañándonos a nosotros mismos y pretendiendo burlar a los demás estamos prostituidos, aunque sólo lo proclamemos y admitamos las meretrices. Casi todos putas por activa o por pasiva de un modo indecente. Todos, a decir verdad, menos los niños, las tiernas criaturas angelicales que todavía no saben lo que es el dinero. Las prostitutas no engañamos a nadie; sólo tenemos que fingir a lo sumo algún que otro orgasmo para complacer a algún cliente exigente, como, por otra parte, hace cualquier mujer e incluso cualquier hombre; porque, no nos engañemos, todos, absolutamente todos, fingimos el orgasmo, esa sombra que perseguimos insaciablemente y no alcanzamos, y que no deja de ser un trampantojo, la zanahoria que se le pone al burro para que tire hacia adelante y que nunca alcanzará definitivamente". 
 
  
387.- Informatio.- El significado antiguo de “informatio”, que es la acción de “informare”, en sentido literal, es proveer de una forma a una materia amorfa, conformar, formar, configurar, ahormar, utilizando la metáfora etimológica de la horma del zapato, que es el molde con el que se fabrica este, pero también la pieza que se utiliza para que no se deforme. En la actualidad, lo que ha quedado de aquello, es que información es mera exposición, comunicado, noticia, con lo que se pierde aparentemente el sentido conformador y pedagógico del término. Los medios informativos son medios en realidad formativos, de creación del monstruo de la Opinión Pública, que es lo más alejado que puede haber del sentido común. Se supone que la Opinión Pública es la opinión de la mayoría, es decir, no la opinión que la mayoría tiene, sino la que debe tener porque está mandado que la tenga, y que la mayoría siempre tiene razón -esa es la falacia de la democracia-, por lo que la opinión de las minorías no cuenta. Un aforismo de Nicolás Gómez Dávila nos advierte de la distorsión que provocan los medios informativos a la hora de la percepción de la realidad: La importancia de un acontecimiento, dice, es inversamente proporcional al espacio que le dedican los periódicos. Añadamos, más en general, los medios masivos, incluyendo la poderosa televisión y la todopoderosa Red, actualizando la sentencia del colombiano. 
 
  
388.- Escatológico. ¿Arte o Basura? Escatológico es todo lo que concierne a nuestras ultimidades y, al mismo tiempo, a nuestros excrementos, así que algo tendrán en común la muerte, que es el fin, y las deyecciones de lo que los niños llaman "caca", que es el oro en el que convertimos todo aquello que tocamos con nuestra varita mágica como modernos reyes Midas. Hemos hallado en nuestro proceso alquímico la quintaesencia u oro primordial que es, a saber, la mierda monda y lironda, que constituye la esencia del dinero: todo se convierte en dinero porque el dinero lo compra todo. Y el arte moderno cuesta mucho dinero, tanto que a veces no podemos ni hacernos una idea. Ha habido algunos artistas que han enlatado y vendido a precio de oro sus propios excrementos para dar a entender lo que ya sospechábamos todos: que, por lo general, el arte contemporáneo, tan caro e incomprensible en su pura abstracción, no valía nada (no vamos a ser tan necios de confundir su precio comercial y su valor o valía) y, al fin y a la postre, no era más que, dicho vulgarmente, una mierda pinchada en un palo, lo que viene por otro lado, a corroborar la muerte del arte en sus postrimerías, la muerte del arte en general y de las artes en particular, por lo que vuelven a encontrarse, serpiente que se muerde la cola, la caca y la muerte en una palabra: escatológico. Por eso uno lo que más quiere es que pare este tren, que se quiere apear en la próxima estación. 
 
 
 
389.-Proactivamente. Ha entrado en el diccionario de nuestra docta Academia el anglicismo 'proactive', de origen latino. Por lo que se ve, la lengua del moderno Imperio está basada en la nunca olvidada ni muerta del romano.  Se ha creado por oposición a “reactive”. El prefijo pro- le da un sesgo de anticipación a la actividad que no tiene su correlato re-, que indica simplemente acción que se opone a otra, como se ve, por ejemplo, en otro par de contrapuestos: progreso y regreso. Los prefijos pro- y re- le dan un sesgo muy especial a la actividad humana. Se habla, en efecto, de personas proactivas y reactivas. Mientras que la reactiva sería la persona que reacciona sin más, la proactiva se define como “que toma activamente el control y decide qué hacer en cada momento, anticipándose a los acontecimientos” (énfasis añadido por mí). Proactivos han sido los científicos, por ejemplo, de varias universidades anglosajonas que han creado vacunas contra virus inexistentes en previsión de futuras pandemias... Esa anticipación nos lleva, emulando al tío Baltasar, como dice el vulgo, a limpiarnos el culo antes de cagar.
 

390.- *Emacidad. - De los veinte adjetivos acabados en -ax que aparecen registrados en la obra del poeta latino Ovidio, subsisten en castellano dieciocho bajo la forma -az, todos ellos bisílabos, recogidos en el diccionario de la docta Academia, a saber: audaz, capaz, falaz, feraz, fugaz, locuaz, minaz (en desuso), mordaz, procaz, pugnaz, rapaz, sagaz, salaz, secuaz, tenaz, veraz, vivaz y voraz. Carecemos de *edaz, que no echamos mucho de menos porque sería sinónimo de voraz, glotón o tragón, y carecemos también de *emaz, que, sin embargo, nos vendría muy bien para rellenar un vacío semántico y describir al consumidor compulsivo que padece la manía (en el sentido griego de 'locura') de comprar cualquier cosa por el mero placer de poseerla sin necesidad dde ella, que denominaríamos con el cultismo de *emacidad, que define muy bien la característica más notable de nuestra sociedad capitalista donde (casi) todo se compra y se vende. *Emaz, por cierto, se cotraponía a *vendaz, que sería el que sufre la patología complementaria de vender. Vemos el juego de estos adjetivos en Catón el Viejo que en su tratado De Agricultura escribía que era conveniente que el cabeza de familia romano fuera *vendaz (vendedor) y no *emaz (comprador), en un contexto en que el pater familias como rico terrateniente debe vender lo que le sobre: aceite, trigo, vino, ganado viejo, aperos viejos, y también esclavos viejos o enfermizos, porque venderlo es la forma de deshacerse de ello convirtiéndolo en dinero.
 
 

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