El roquero Roger Waters, uno de los fundadores de Pink Floyd, apareció en escena a sus setenta y nueve años el 17 de mayo en Berlín dentro de su gira 'This Is Not a Drill' -Esto no es un simulacro- con un abrigo largo negro, brazalete rojo, guantes negros y gafas negras. Hizo cabriolas en el escenario vestido con lo que parecía ser un uniforme de las SS. Sobre él colgaban estandartes rojos estilo Tercer Reich, con insignias de martillos cruzados que recordaban vagamente a la esvástica de Hitler. Con un cañón falso disparó contra la multitud, flanqueado por hombres vestidos con uniformes militares. Evocaba así la ficticia organización neonazi que aparece en la película de 1982 "Pink Floyd: The Wall".
Un portavoz de la policía berlinesa a raíz de dicho espectáculo ha dicho: "Estamos investigando (a Waters) por sospecha de incitación pública al odio, porque la ropa usada en el escenario podría usarse para glorificar o justificar el gobierno nazi, perturbando así la paz pública". Pero el hecho de que recuerde a un oficial nazi de las SS no significa que esté glorificando el nazismo, porque podría tratarse de todo lo contrario. Sería como decir que Charles Chaplin glorifica a Hitler en el Gran Dictador, cuando se trata de una sátira paródica.
Más sibilina es la acusación que se le ha hecho de antisemitismo, que como se sabe es el odio contra las personas que practican la religión judía. Roger Waters se ha defendido diciendo que él no tiene nada contra los judíos, pero sí mucho contra el Estado de Israel, por lo que podría acusársele de antisionismo, pero no es lo mismo. El antisemitismo es el odio contra un pueblo, mientras que el antisionismo es el odio contra un Estado que, como todo Estado, es el enemigo público número uno de su pueblo.
Por eso en la puesta en escena del espectáculo berlinés incluyó una foto de Ana Frank, la joven judía que, con su familia, se escondió de los nazis en Ámsterdam, durante la Segunda Guerra Mundial, fue descubierta y llevada a un campo de exterminio, donde murió de tifus, y otra de la periodista palestino-norteamericana Abu Akleh, que recibió un disparo mortal el año pasado mientras cubría una redada de las Fuerzas de Defensa de Israel en un campo de refugiados palestinos. Ambas habían sido víctimas de la violencia de un Estado totalitario. Por eso el cantante ha sido acusado de antisemita por el Estado de Israel, que se identifica así con el pueblo judío, y que no tolera ninguna crítica por bien fundada que sea de su política internacional.
Y claro está, Waters ha comparado -infamously, infamemente, según el New York Post- al Estado de Israel por su trato a los palestinos con el régimen nazi y su trato hacia los judíos. Se acusa a Roger Waters de antisemitismo y de incitación al odio, por lo que habría incurrido en un delito criminal.
Sólo le faltaba a Waters ya que a lo de antisemita se uniera la acusación de “apologista de Putin” y rusófilo, que también se le ha hecho, como era de esperar. Ya hablamos aquí mismo de su carta abierta a la primera dama ucraniana, la esposa del señor Zelenski, instándola a que animara a su marido a hacer las paces con Putin.
En febrero, en una entrevista al periódico Berliner Zeitung Waters comparó al Estado de Israel con el Tercer Reich, y también defendió al presidente ruso Vladimir Putin por su decisión de invadir Ucrania.
Sin embargo, el músico ha defendido su espectáculo diciendo que era una declaración clara "contra el fascismo, la injusticia, la intolerancia en todas sus formas". El cantante negó las acusaciones y afirmó que estaba usando su plataforma para oponerse al "autoritarismo y la opresión". "Mi reciente aparición en Berlín ha provocado ataques maliciosos de aquellos que quieren calumniarme y silenciarme porque no están de acuerdo con mis puntos de vista políticos y principios morales", dijo Waters en un comunicado. "El retrato de un fascista demagogo desquiciado ha estado presente en mis shows desde Pink Floyd The Wall, en 1980."
«Es en el momento en que la nación más desarraigada, la sinpatria por antonomasia, echa raíces en una patria -Israel- (en una patria que ha quedado como suya, pero que al mismo tiempo no le pertenece) cuando la privación de patria se vuelve realmente (como dijo Heidegger, precisamente por esos años) un destino mundial. Es como si dicho enraizamiento tuviesen que pagarlo las otras naciones con su propio desenraizamiento interior, con su deterioro espiritual misterioso, como si no pudieran vivir en esa pequeña patria entre desiertos sino chupando patria a todos los demás e imponiendo así una presencia y una convivencia de permanente confrontación, que no concede ni consigue tregua alguna.
ResponderEliminarHeitmalosigkeit. El palestino sin patria, al hacerse terrorista errante, trabaja en pro de la desaparición de todas las patrias; el soviético sin patria (la patria rusa de 1917 ha sido degradada por el fantasma de la propaganda, no sobrevive más que en la emigración) trabaja en la destrucción de las naciones constituidas en torno a una patria. Para volver a tener una patria la diáspora de Israel ha puesto en marcha el paso guerrero de Gog y Magog, destructores de patrias. El átomo desencadenado que nos irradia sin distinción de lenguas ni de fronteras es un signo siniestro de falta de patria, en la pasividad y en lo ineluctable. La patria no es la nacionalidad, no es el pasaporte... Es la conciencia limitada de un destino común, reavivado por presencias simbólicas; en el mundo actual, un peligro, una impostura (sucedáneo de sagrado) porque el destino común se ha universalizado y sobre los símbolos soplan los demonios».
(Guido Ceronetti, "Los pensamientos del té, Acantilado, 2018)
"Incitamento all'odio" e "fake news" sono la più grande invenzione che il sistema ha escogitato negli ultimi anni per censurare ogni forma di pensiero critico e non allineato.
ResponderEliminarIgnoraba que se hubiera utilizado la imagen de Ana Frank. Es repugnante y dice mucho de la catadura moral de este sujeto, que encarna la basura humana con la que a veces tenemos que convivir. Tengo un afecto especial por Ana Frank porque ella me dio la respuesta a una pregunta eterna que se hace en torno a los escritores. Siempre andaba por mi casa su Diario pero durante muchos años yo no quise leerlo porque me parecía una vulneración de su intimidad, me parecía algo muy personal que necesitaría de su permiso para leerlo. Pero no sé por qué pero después de tanto tiempo un día, no hace mucho, me decidí y lo leí, y ella a sus trece años me enseñó que los escritores nacen, no se hacen, que la escritura es un don que viene de nacencia, y no es cierto que haya que haber leído mucho para ser un buen escritor. Es algo así como la corriente de un río que fluye de una forma natural, así las frases van uniéndose y fluyendo con la palabra justa para que el que lo lea pueda imaginarlo e incluso verlo dentro de su cabeza. Es como si una mano invisible y divina obrase el milagro. Y son muy pocos los que tienen este don divino. Y Ana Frank forma parte de este maravilloso milagro.
ResponderEliminarGracias por el comentario, Guante. No voy a discutir el talento literario de Ana Frank porque no he leído su diario, pero no estoy muy seguro yo de eso que dices de que los escritores "nacen, no se hacen, que la escritura es un don que viene de nacencia". Se puede decir que el lenguaje es un don divino y gratuito que se nos da a todos por igual, sí, pero para ser escritor hay que saber escribir y eso se aprende, y se hace leyendo y escribiendo, tú lo sabes. Un saludo.
EliminarLo vemos de forma distinta. Es obvio que hay que saber escribir, pero puede darse el caso de que no sea necesario, que gente que no sepa escribir invente cuentos con las palabras justas que encandilen a quien los oye. Mi bisabuela es un ejemplo, cuando salía las noches de verano a tomar el fresco los niños rodeaban su silla para que les contase historias. Los romances de ciego serían otro ejemplo, famoso era en mi comarca el ciego de Perales, que recitaba poemas propios y ajenos.
EliminarTodos tenemos carnet de conducir pero sólo unos pocos pueden ser pilotos profesionales.
Pues con los escritores pasa lo mismo. No dudo de que es muy beneficioso leer, yo lo hago porque se me ocurren ideas a partir de las ideas de los demás, pero pienso que es necesario algo más, un don, no sé explicarlo, algo, una especie de milagro que hace a esa persona especial y apropiada para la escritura. Y como te digo, llegué hace poco a esta conclusión después de leer a Ana Frank, un clásico de la Literatura escrito con trece años. La niña sabía escribir pero dudo de que hubiese leído mucho al ser tan joven. Un abrazo
Los alemanes no podrán quitárselo jamás de encima, porque se puede matar, se ha matado y se mata, pero nunca se hizo de esa forma tan sistemática y metódica, buscando a la gente por su nombre y apellidos y sin respetar a nada ni a nadie. Eso lo llevarán siempre con ellos.
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