Ἴδε
πῶς ἔαρος φανέντος Mira cómo al aparecer la
primavera
Χάριτες
βρύουσιν ῥόδα· las Gracias hacen brotar las rosas;
ἴδε
πῶς κῦμα θαλάσσης mira cómo la ola de la mar
ἁπαλύνεται
γαλήνηι· se disuelve en la bonanza;
ἴδε
πῶς νῆσσα κολυμβᾶι mira cómo se zambulle el ánade,
ἴδε
πῶς γέρανος ὁδεύει. mira cómo pasa la grulla.
ἀφελῶς
δ’ ἔλαμψε Τιτάν, Brilló Titán(1) abiertamente
νεφελῶν
σκιαὶ δονοῦνται, se van las sombras de las nubes,
τὰ
βροτῶν δ’ ἔλαμψεν ἔργα, brillaron las obras
de los hombres.
καρποῖσι
γαῖα προκύπτει, Asoma la tierra con sus frutos,
καρπὸς
ἐλαίας προκύπτει· asoma el fruto del olivo.
Βρομίου
στέφεται νᾶμα El licor de Dioniso se corona,
κατὰ
φύλλον κατακλόνον por hojas y por ramas descendiendo
καθελων
ἤνθισε καρπός. el fruto ya maduro de la vid.
(Anacreóntica XLVI)
(Anacreóntica XLVI)
NOTA.- (1) Alusión a Helios, el Sol, denominado aquí Titán, hijo del
titán Hiperión y de la titánide Tía, vástagos ambos de Urano y de Gea.
Anacreonte, Eugène Guillaume (1849-51)
En la edición de la Loeb Classical Library se ha suprimido el verso καρποῖσι γαῖα προκύπτει, considerado espurio por el editor. Esta es la traducción inglesa, que no incluye dicho verso, que, métricamente confuso y además de difícil interpretación, parece que no sólo no fue escrito nunca por Anacreonte, sino tampoco por el imitador que compuso esta oda a la primavera. See how the Graces swell the rosebuds now that spring has appeared; see how the waves of the sea become gentle in the calm weather; see how the duck dives and the crane makes its journey. Titan shines strongly, the shadows of the clouds are driven on, the fields of mortals shine, the olive-fruit peeps forth, the juice of Bromius fills out by leaf and by branch; the crop flourishes and blossoms.
Una versión latina de este poema atribuido a Anacreonte, pero que no es de él, sino de alguno de sus muchos imitadores y seguidores del período alejandrino o romano, cuyos nombres propios no conocemos, y que son los que paradójicamente le han dado la fama al poeta jonio en los tiempos modernos, cuya obra, además, sólo se conserva fragmentariamente, dice: sola frugibus grauescunt: los huertos se recargan de frutos. Nuestro Anacreón castellano, don Francisco de Quevedo, parafrasea así el verso: "la tierra, agradecida a los gañanes, / escondida en las flores que ha parido".
No hay comentarios:
Publicar un comentario