A la puerta del presidio, / un cartel de "Entrada libre", / harto significativo.
Hartémonos a vivir, / no nos atrape la Parca / en ayunas del festín.
Por la calle, grita un loco, / llamando a todas las puertas: / "¡Dejadme salir! ¡Socorro!".
Somos, vida mía, reyes / de una antigua dinastía / de un país inexistente.
"Vislumbro seres humanos, / no humanidad". Dijo Diógenes, / con el candil en la mano.
Sin esposas en las manos, / sin grilletes en los pies, /
¿cómo estoy encadenado?
Aunque parezca mentira, / el futuro era mejor / antes, cuando no existía.
La paz social es la guerra / de una baja intensidad, / pero guerra a fin de cuentas.
De la caja de Pandora / salieron todos los males: / las ideas de las cosas.
El presente no es lo que es / ni el pasado es lo que era / y el futuro... ¿qué va a ser?
Cuando se funde la nieve / ¿a dónde va su blancura?; / ¿por qué ya no resplandece?
La realidad, mi vida, / es una falsa moneda; / no seas tan realista.
La ciudad no es una jungla, / es un parque zoológico, / que es metáfora más justa.
La identidad personal, / un fetiche narcisista, / igual que la nacional.
La identidad nacional / es una pura quimera, / igual que la personal.
No descendemos del mono, / sino más bien del borrego, / pobrecitos de nosotros.
Las cosas que poseemos, / dueños que somos del aire, / nos acaban poseyendo.
Poder elegir un amo, / no es ninguna libertad / que te haga
menos esclavo.
Si tú eres tú y yo soy yo, / ¿quién está más engañado / entre tú y yo de los dos?
Imágenes, escondeos; / matáis la imaginación, / a fuerza de tanto veros.
Trabaja para comprar / un auto para poder / ir a diario a trabajar.