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jueves, 14 de noviembre de 2024

La riada de Santa Teresa

 

Espisodio de una inundación en Murcia, Antonio Muñoz Degrain (1894)

    El desbordamiento más dañino del río Segura, desde que hay registros históricos, fue la riada del día de Santa Teresa, el 15 de octubre de 1879,cuando una descomunal tormenta que llegó a descargar hasta seiscientos litros por metro cuadrado a la hora en su momento de mayor intensidad en la cabecera del Guadalentín, afluente del Segura, provocó el desbordamiento de este río y el Segura, anegando una enorme superficie de veinticuatro mil hectáreas y dejando más de mil muertos entre Murcia y la Vega Baja, lo que representa un episodio más adverso, sin duda, que el de las actuales inundaciones de Valencia en cuanto a vidas humanas se refiere. Ya comenzaba entonces el Cambio Climático, ese moderno artículo de fe de la Iglesia de la Ciencia, como nos advierte la 'alerta divina' de la viñeta de Peridis en El Periódico Global, a matar y a causar estragos con las riadas y lluvias torrenciales que reeditan, después de la pertinaz sequía, el Diluvio Universal.


    El pintor valenciano Antonio Muñoz Degrain (1840-1924)pintó, dieciséis años después, en 1894 el óleo "Episodio de una inundación en Murcia", evocando la grave riada de la huerta murciana de 1879, que también afectó a la huerta valenciana. En el lienzo vemos en primer término a un huertano desnudo de espaldas con una manta al viento, que probablemente estaba durmiendo de madrugada cuando le sorprendió la riada, subido al tejado de su casa junto a un perro, una mujer y su hija, agarradas a la chimenea, y un gato. El hombre y el perro intentan socorrer a una mujer a punto de ahogarse con el agua al cuello que trata de salvar a su criatura que sostiene en alto con sus brazos.

 

     En otro lienzo del pintor, "Amor de madre", pintado entre 1912 y 1913, repite, como elemento central, la escena que ya había reflejado en el episodio de la inundación de Murcia, de la madre con el agua hasta el cuello con tintes más dramáticos aún, unas aguas más turbulentas y rojizas, intentando salvar a su hijo de la furia de las aguas desbocadas. Constituye una de las obras más conocidas y emblemáticas del autor, que representa la tragedia y el dolor producidos por una inundación en la huerta de Valencia. Una madre intenta salvar a su hijo de la furia de las aguas desbocadas, en una escena notablemente trágica, en la que la naturaleza se ha tornado repentinamente símbolo de destrucción y muerte. Los naranjos, el almendro en flor, que sugiere que la riada se produjo en primavera, la noria y las barracas están cubiertos de agua enfangada y turbulenta, creando una sensación de dinámico desasosiego mediante una pincelada larga e intensa.

 Amor de madre, Antonio Muñoz Degrain (1912-1913)

Amor de madre, detalle