Maurits Cornelis Escher
(1898-1972) fue un artista auténticamente original cuyos diseños logran que nos replanteemos algunos de nuestros conceptos más
básicos, como delante/detrás, arriba/abajo, cóncavo/convexo,
dentro/fuera, izquierda/derecha, haciéndonos ver su relatividad.
Ante la visión de
algunos cuadros de M. C. Escher la lógica dominante, la que dominamos y
la que nos domina al mismo tiempo a nosotros, se tambalea y derrumba por
momentos.
Ante un cuadro como este
“Relatividad (1953)” uno no puede dejar de recordar aquella
formulación del libro de Heráclito, o Heraclito, como propone manteniendo la acentuación latina Agustín García Calvo, que lo editó, tradujo y comentó en su magistral “Razón común”
Editorial Lucina, 1985, que decía: CAMINO ARRIBA, CAMINO ABAJO, UNO
SOLO Y EL MISMO (fragmento 60 de la edición citada).
Imaginemos un camino de
doble sentido: para aquél que va el camino es de ida y para el que viene
de venida, pero el camino en sí es uno solo, y en él coinciden los
dos sentidos contrapuestos y relativos: esa “coincidentia
oppositorum” es lo que configura el camino. Imaginemos ahora una
escalera normal y corriente: lo mismo sirve para subir -de abajo
arriba- que para bajar -de arriba abajo. La acción en sí "subir" o
"bajar" es relativa, depende de nuestro punto de vista: lo que para el
que sube es subida para el que baja es bajada. Todo depende de saber si
tomamos el camino en su sentido ascendente o descendente.
Subir y bajar, M. C. Escher (1960)
Cuando nos miramos en un
espejo, nos damos cuenta de la relatividad de nuestras convenciones
de “izquierda” y “derecha”: pues nuestra mano izquierda se
convierte en la derecha de nuestro reflejo en el espejo y nuestra
diestra en su zurda. Y viceversa.
Si damos el salto ahora
del espacio, donde se dan estas contraposiciones de “arriba”,
“abajo”, “izquierda” y “derecha”, que son seguramente el
origen de los puntos cardinales de la brújula con la que nos
orientamos, al tiempo, aparecen las correlaciones paralelas
“adelante/antes” y “atrás/después”, y la coincidencia de
que ir adelante, de lo pasado a lo futuro, como suponemos que va la flecha del
tiempo ordinariamente, es lo mismo que ir de lo futuro a lo pasado.
Sobre la coincidencia de
los opuestos “arriba” y “abajo”, más sólida y primitiva,
según García Calvo, que "izquierda” y “derecha”, viene muy a cuento
esta viñeta de Quino y su impagable Mafalda.
Otro cuadro de Escher que nos recuerda al presocrático de Éfeso es el célebre Día y noche (pintado en 1938):
En el fragmento 31 de la citada edición, Heraclito critica a Hesíodo,
quien, siendo como era considerado maestro de casi todas las cosas, uno
de los mayores sabios de Grecia: NO CONOCÍA "DÍA Y NOCHE": QUE ES QUE
SON UNA Y LA MISMA COSA. Comenta a propósito García Calvo que "la
diferencia es al mismo tiempo la identidad, en cuanto que no hay
identidad de cada uno de los términos más que en su oposición al otro,
ni hay diferencia entre uno y otro que no implique la identidad de ambos
en aquello común sobre lo que se oponen uno y otro".
En el fragmento 48, Heraclito añade nuevos ejemplos de antítesis que se
contraponen: EL DIOS, DÍA/NOCHE, INVIERNO/VERANO, GUERRA/PAZ,
HARTURA/HAMBRE: TODOS LOS CONTRARIOS JUNTOS, ÉSE ES EL PENSAMIENTO.