Hoy va la cosa de política, pero no de la política que hacen los políticos profesionales, sino de la política de la gente de abajo, esa que entiende todo el mundo, cualquiera de nosotros. Y es que de vez en cuando surgen iniciativas populares que nos hacen albergar cierta esperanza de que las cosas puedan cambiar algún día o de que el dominio, al menos, no sea tan todopoderoso como parece. En Italia nació hace unos años un movimiento ciudadano desde abajo de amplio espectro contra lo que se dio en llamar la “clase política” y la propia existencia de partidos, es decir, de divisiones del pueblo en partes, facciones o bandas.
Este movimiento cristalizó el día 8 de septiembre de 2007 en la celebración en todas las plazas italianas del “Vaffanculo day” (algo así como el “día de vete a tomar por culo”, un corte de mangas a los políticos profesionales) y encontró su portavoz en Beppe Grillo, un cómico o payaso, según sus detractores, que decía en todo caso cosas muy serias, un hombre que estaba fuera del sistema político y que había llegado al corazón de la inmensa mayoría del país, rebelándose contra la existencia y corrupción de esa nueva casta sacerdotal impregnada de poderes divinos de representación otorgados por las urnas.
Los políticos profesionales lo temían, y con razón. Pero ya no tienen motivos para temerlo porque él se ha convertido con el paso del tiempo en uno más de ellos. Dos años después fundó el Movimiento 5 Estrellas. Se presentó a las elecciones en 2013 obteniendo representación parlamentaria. Él, que había acuñado el concepto de “antipolítica” (política de los de abajo, del pueblo llano y soberano que se rebela contra la clase política sacerdotal segregada del sistema de dominación democrático vigente, contra los políticos de arriba) se conviritió enseguida en uno más, en otro político profesional que hace de la democracia parlamentaria su modus vivendi.
¿Hasta cuándo hemos de contemplar cómo las iniciativas populares que surgen de abajo, como vimos aquí mismo en España pocos años después, en 2011 en el movimiento del 15M, son asimiladas por el sistema y neutralizadas?
En vez de celebrar un día del año el “vaffanculo day” o día de mandar a tomar vientos a todos los políticos profesionales que nos gobiernan o que aspiran a ello, deberíamos organizar el “vaffanculo EVERY day”, y celebrarlo todos los días del año y en todas las ciudades del mundo, y no sólo en Italia, que es donde nació.
También Beppe Grillo se merece ahora un buen corte de mangas: ¡Vete a tomar también tú por el culo, Beppe Grillo: que te den lo mismo que a todos ellos, ya que te has convertido tú también, amigo, en uno de ellos, otra pieza más del engranaje del sistema! De ser la voz del pueblo, de los de abajo te convertiste en otra más de las voces de los de arriba, en otro político profesional. Y es que el pueblo no debe ocuparse de tomar el Poder, sino de destruirlo. El nuevo lema revolucionario no debe ser el manido y sesentayochesco ¡la imaginación al Poder! sino ¡la imaginación contra el Poder!