Un ex ministro español de Educación cuyo nombre propio no merece la pena
recordar -¡así se pudra en la fosa común del anonimato del olvido!- animaba no hace
mucho tiempo a los estudiantes a estudiar carreras universitarias con
"salidas". Salidas ¿a dónde? Obviamente, se refería al mercado o mundo, como se dice a veces, laboral, como si hubiera otro mundo que no fuera ese.
En este vídeo que os propongo, titulado "¿Bailamos?", una niña, a la
que le gusta bailar, desmonta poco a poco los argumentos que
le plantea su padre, los mismos que el susodicho ministro y que
van cayendo por su propio peso, con unas cómicas risas en off como las
de las comedias americanas televisivas que subrayan su ridícula falta de
consistencia.
Viene a decirnos esta encantadora criatura que lo que
ella quiere hacer ahora con su vida, con esta vida, que es la única que
tiene, es bailar, bailar sin preocuparse por el futuro, que no existe.
La niña, lo tiene muy claro:
no quiere ser bailarina ni necesita ir a una escuela de baile, porque ya es bailarina, le gusta bailar, quiere bailar
aquí y ahora sin esperar el porvenir del día de mañana que nunca llega.
Cada vez son más los padres y orientadores "educativos" y profesores en
general que, como el nefasto ministro, animan a sus hijos y alumnos a
que estudien asignaturas útiles -¿para qué? me pregunto yo-,
rimbombantes ciclos formativos, bachilleratos de ciencias y no de
letras, que no sirven para nada y "cierran puertas" al mundo del trabajo del que hablábamos antes, y les aconsejan que
busquen salidas al mercado laboral.
Hay que derribar ese mito, para que
caiga víctima de la ley de la gravedad por su propio peso. Por mi parte,
como esta niña y como el padre, desengañado al final del corto, animo
desde aquí a todo lo contrario. Si decidimos estudiar algo, ¡que sea por
gusto, y no por las salidas laborales a esa moderna esclavitud que es
el trabajo asalariado! Estudiemos por interés, pero no por el económico,
sino por las propias gracias, por el placer de hacerlo y por amor de
verdad: gratis et amore.
Lo
que es bueno para el mercado laboral porque tiene salidas -un módulo de
prostitución profesional asistida en inglés y con nuevas tecnologías
incorporadas, si lo hubiera, por ejemplo, u otro de mercenariado militar con máster
en misiones humanitarias internacionales de "paz" podrían tener éxito
comercial, salida al mundo laboral-, eso no es bueno para la vida; el
baile, sin embargo, nos da alas, nos revive, hace que nos sintamos
vivos.
Como dijo Emma Goldman (1869-1940), la anarquista lituana de
origen judío conocida por sus escritos y sus manifiestos libertarios y
feministas, pionera en la lucha por la emancipación del hombre y de la
mujer: "Si no puedo bailar en ella (la revolución), no es mi revolución".