Mostrando entradas con la etiqueta razón. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta razón. Mostrar todas las entradas

viernes, 20 de agosto de 2021

El Papa no tiene razón


    Su Santidad el Papa ha lanzado un mensaje al mundo destinado a sostener la iniciativa "it's up to you" que en la lengua del Imperio quiere decir algo así como es cosa tuya, depende de ti y hasta es tu responsabilidad, una campaña de incitación a la vacunación anticovidiana que se lleva a cabo en los Estados Unidos y en otros países del continente americano, predicando las virtudes teologales de la sacrosantísima 'vacuna'. 
 
      Dichas virtudes teologales según la doctrina de la Iglesia Católica, si no recuerdo mal,  son fe, esperanza y caridad. Ha llamado a todos los fieles creyentes -fieles porque tienen fe a pie juntillas en sus sagradas creencias-, y ha predicado que Gracias a Dios y al trabajo de muchos, hoy tenemos vacunas para protegernos del covid-19. Ellas traen la esperanza para acabar con la pandemia, y los ha convocado a todos a inmunizarse por 'amor”, que es lo que significa caridad. Ha establecido así el Santo Padre una nueva Alianza entre Dios y la Ciencia, que es la nueva religión cientificista de nuestro tiempo que excomulga a todos los que no creen en ella.
 
    En ese sentido ha proclamado: Vacunarse con vacunas autorizadas por las autoridades competentes* es un acto de amor; y ayudar a que la mayoría** de la gente lo haga es un acto de amor;  amor a uno mismo, amor a los familiares y amigos, amor a todos los pueblos (...) Le pido a Dios para que cada uno pueda aportar su pequeño grano de arena, su pequeño gesto de amor -por más pequeño que sea, el amor siempre es grande-, aportar esos pequeños gestos para un futuro mejor. Que Dios los bendiga y muchas gracias .
 
    La alocución del Papa es en castellano pero va con subtítulos en inglés para que lo entienda todo el mundo.
 
 
    No ha aclarado el Papa en su alocución digital urbi et orbi si el green pass o pasaporte 'sanitario' que acredita que estás vacunado será requisito imprescindible para entrar en el Cielo (lo que significa que los que no dispongan de él irán de cabeza al infierno a las calderas de Pedro Botero). 
 
    No tiene razón Su Santidad, el infalible Supremo Pontífice de Roma en lo que dice, en primer lugar por la propia pretensión de tener razón (cuando es ella, la razón, que es lo común, la que nos tiene a nosotros,  y no nosotros a ella; ella la que habla por nosotros y no nosotros los que hablamos por ella), y en segundo lugar porque está emitiendo una opinión (y haciendo propaganda de paso y juego a la industria farmacéutica) con todas las buenas intenciones del mundo que quiera y con las que, ya se sabe, está pavimentado el suelo del infierno. Heraclito de Éfeso nos advirtió de que siendo la razón común, viven los más como teniendo un pensamiento privado suyo (τοῦ λόγου δ' ἐόντος ξυνοῦ, ζώουσιν οἱ πολλοὶ ὡς íδίαν ἔχοντες φρόνησιν). Nadie está libre de emitir opiniones personales, pero debería hacerlo en todo caso con humildad, máxime cuando se ostenta un cargo tan importante como es la cátedra del de vicario de Cristo en la Tierra, admitiendo su relatividad, su condición de creencia particular sin pretender saber algo que se ignora.

 
    No tiene razón el Supremo Pontífice porque no le cabe ninguna duda, porque ha dejado la duda fuera, porque cree saber qué es eso que llama 'vacuna' y qué efectos tiene; y no lo sabe. No lo sabe porque le sobra fe, que eso es lo suyo, le sobran creencias. Heraclito nos regala una preciosa metáfora: las creencias humanas son juguetes de niños (παίδων ἀθύρματα, paídon athýrmata), juegos que divierten y entretienen, pero que nos ocultan la razón verdadera de las cosas. La razón, desde luego, no le asiste al Supremo Pontífice; es más, le ha faltado en esta ocasión, y mucho:  ha renunciado a ella al haber  bendecido, como si de una Guerra Santa o Cruzada se tratase, la hostia de la Santísima Vacuna. 
 
 
 *Que haya autoridades competentes es una petición de principio que casi nunca se da porque las autoridades lo que tienen es un poder autoritario -potestas-, pero no competencia -auctoritas- en la materia sobre la que ejercen su gobierno. Creer que esas autoridades sanitarias son personas insobornables, además de competentes, que nunca cederán a la prensión de la industria farmacéutica y al chantaje del que son objeto es una suposición muy gratuita.
 
**Afortunadamente ha dicho la "mayoría" y no "toda la gente", por lo que deja a algunos fuera.