martes, 18 de abril de 2023
Consultorio íntimo (2)
domingo, 26 de febrero de 2023
El papel de la prensa (y 3)
¿Cómo es posible que estas muertes reales no preocupen, pero las anteriores, que eran hipotéticas y sobre todo futuras, le quitaran el aliento a todo el mundo? Todo depende del papel jugado por la prensa, y con este término me refiero, en sentido amplio, a los medios de (in)formación de masas de ciudadanos, tanto escritos como audiovisuales, analógicos y digitales.
"Aquello de
lo que no se habla no existe". Este dicho lo tienen muy en
cuenta los medios de (in)formación de masas: cuando quieren distraernos de algo nos
hablan de otra cosa, conjuran una serpiente de verano, se inventan una pandemia, por ejemplo, le dan carta blanca de naturaleza, y de esa manera hacen
que desaparezca otra cosa, silenciándola, ocultándola, porque aquello de lo que no se habla no existe, aunque no deja de haberlo. Como las meigas que son las brujas en Galicia: no existirán, pero haberlas haylas.
Ella, que fue considerada el cuarto poder (del Estado), puede hacer que exista algo que no existía o que adquiera relevancia algo que no la tenía hablando constantemente de ello y dándole así cobertura mediática, como dicen ahora, y puede, asimismo, hacer que no exista algo que hay, y mucho, no hablando de ello, o quitándole importancia en el improbable caso de abordarlo.
La prensa tiene el poder de configurar lo que se llama la opinión pública, que no es la opinión que la gente tenga, porque la gente como tal no tiene opinión, que es algo privado e individual, sino la que se le impone a fin de que la tenga.
Sin duda es un dato preocupante, y no quiero minimizar su importancia, pero cuantitativamente hay otro fenómeno al que la prensa no suele prestar atención, que es mucho más llamativo numéricamente: cada día, es decir, cada veinticuatro horas se producen en este país más de diez suicidios, y no nos saltan las alarmas: no es noticia.