ELECCIONES: No se
trata de elegir (democráticamente, por supuesto, faltaría más) a un nuevo
mayoral de la grey que nos pastoree. No se trata de cambiar de pastor ni de
perros guardianes del rebaño ganadero -¡los mismos chuchos con collares diferentes!-, de forma que
las cosas sigan básicamente igual en el fondo, sino que deberíamos tratar, más
bien, de dejar de ser ovejas gregarias
que forman parte de un rebaño. ¡Ya salió la oveja negra que faltaba! ¡Sí! ¡Ya salió el
garbanzo oscuro del puchero y la manzana podrida del frutero que corrompe y echa a perder a las demás!
LA METÁFORA DE LA RED. No es que estemos envueltos en una Red de redes, sino que
nosotros mismos desempeñamos el papel de arañas que tejen dicha red y urdimos dicha
telaraña: somos nuestra víctima y verdugo a la vez. La Red nos ha convertido, mal que nos pese, a todos sus usuarios en
colaboradores activos y necesarios, es decir, en siniestros arácnidos tejedores de su entramado. Ese es
el éxito de su función y nuestro fracaso.
POR TU PROPIO
BIEN: Lo más inmoral que hay: hacerle mal a alguien, como hace el proceso de
educación con las tiernas criaturas infantiles, y tratar de convencerlo a uno con la técnica del lavado de cerebro de que el mal es por su propio bien futuro. La escuela nos formatea para que creamos que nos han
hecho un bien cuando nos han infligido el peor de los males posibles “para que aprendamos”.
SOCIALIZACIÓN:
Los
defensores de la escolarización obligatoria esgrimen como principal
argumento para justificar su existencia el de la
socialización. Si hay que elegir una sola razón que acredite la
existencia de
la escuela obligatoria, sería esta: nos sociabiliza. Vamos a dejarnos de
cuentos, porque ni nos educa ni nos enseña en condiciones.
Examinémoslo. Se trata de una mentira
interesada. ¿Es que acaso los niños griegos y romanos de la antigüedad, o
los
niños de la Edad Media o los de la prehistoria sin ir a la escuela no se sociabilizaban,
como dicen ellos, y establecían
vínculos no sólo con los compañeros de su edad sino también con todo
tipo de
personas? ¿Por qué la escuela obliga a los niños a relacionarse sólo con
compañeros de su edad bajo la atenta mirada vigilante de los
adultos? ¿Un niño acaso no se socializa y sociabiliza en casa, en la
calle, en
la familia, fuera de la reclusión del recinto escolar que cada vez se
parece
más a un campo de concentración?
LAVADO DE CEREBRO:
La existencia de sectas minoritarias que “comen el coco” a los niños y
adolescentes, o la práctica del lavado de cerebro -brainwashing, según el término de Edward Hunter- en la China comunista de la
época de Mao, nos distraen del lavado cerebral y comedura de tarro más efectiva que nunca haya
existido, que es lo que realiza el Estado aquí y ahora a escala multinacional y planetaria a
través de los medios de conformación de masas y la educación obligatoria, dos
maldiciones que pretenden que veamos como bendiciones y adelantos, “para que
estemos in-formados”, es decir, con-formados, con-formistas y con-formes.
LA
MENTIRA DE LA
HISTORIA: Vemos la locura y los horrores de otras épocas pasadas y nos
consolamos pensando que son Historia, que son agua pasada, cosas que ya
no pasan. No somos capaces de ver la locura y los horrores de nuestra
época.
Vemos por ejemplo la represión sexual de la era victoriana, o el
holocausto
de los judíos perpetrado por los nazis y no vemos la represión general,
integral, y el holocausto que nos consume a todos en la nuestra, que es
la
única época que hay, por cierto, porque las otras épocas están todas
metidas
dentro de esta.
ÉXITO EN LA VIDA: La vida no es el curriculum vitae.