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viernes, 13 de enero de 2023

De la China ha venido un barco cargado de...

    El presidente de una pequeña comunidad autónoma que celebra con orgullo su heroica derrota, valga el oximoro, en las guerras históricas que sostuvo contra el imperio romano, ha hecho un llamamiento a la responsabilidad de los mayores de ochenta años, ya que “sólo” el 73%  en toda España -sin duda, le parece poco todavía- se ha inyectado la cuarta dosis, que en realidad es el segundo refuerzo de la pauta "completa", entre comillas completa, porque nunca se completará totalmente, dado que cada dos por tres necesita de refuerzos. 

    El gerifalte de la taifa autónoma, que quería pincharnos a todos “por las buenas o por las malas, por lo civil o por lo militar”, juzga que es una “irresponsabilidad total” no ponerse la cuarta inyección o segunda dosis de recuerdo, cuando -afirma- "ya sabemos que la vacuna es la salvación". La salvación ¿de quién, señor mío?, ¿de qué es, dígame usted, la salvación? 

 

    Afirma usted que “hay países que no tienen nada y se está muriendo la gente”. La gente, señor mío, no va a dejar de morirse en los países que no tienen nada y en los que tienen mucho, porque, como decía el poeta aquel del imperio que subyugó a nuestros antepasados cántabros y les enseñó a hablar en latín -Cantabrum indoctum iuga ferre nostra-, la Pálida muerte llama con el mismo pie dando un patadón a las puertas de las chabolas de los pobres y a los casoplones y palacetes de los ricos. 

      "Me da mucha pena que por desidia o porque están influenciados por algunas teorías extrañas haya gente que no se quiera vacunar, por ellos y por los demás. Hay que ser un poco solidarios, por el egoísmo personal de saber que una vacuna te cura y por solidaridad los demás", ha insistido el necio presidente que sigue haciendo apostolado de la inoculación, conjugando como sólo podía hacerlo un político de su escasa estatura moral, el egoísmo personal y la solidaridad con los demás.

   Acompañaba el susodicho en su visita a la comunidad a la ministra de Sanidad, que al parecer va a dejar el ministerio y va a presentarse a las elecciones municipales para la alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria, lo digo porque no vaya a ser que algún canarión no sepa quién es, la vote y salga elegida alcaldesa, que el día antes había hecho un llamamiento irresponsable a la vacunación en su visita a un balneario cántabro, y que reiteró, erre que erre, al día siguiente en su visita al centro hospitalario de Reinosa. 

    Si declaraba el bocachancla autonómico que le parecía increíble que esto esté sucediendo, lo que a algunos nos parece más increíble todavía es que se sigan haciendo estos llamamientos totalmente irresponsables  y nada serios a la vacunación por gente que no tiene ni idea del asunto, ni el presidente ni la ministra, cuando hay voces autorizadas -porque tienen auctoritas en su materia, aunque no tenga potestas como los citados politicastros- y sólo voy a citar un par de casos de médicos como el norteamericano Joseph Fraiman o el cardiólogo británico Aseem Malhotra que piden la suspensión urgente e inmediata de todas las vacunas Covid-19 porque hay pruebas concluyentes -y no 'extrañas teorías' -de que inducen a una muerte súbita cardíaca. 
 
    La ministra ha declarado que España es "referente mundial" en vacunación contra el virus coronado. Según ella, qué iba a decir si no era lo que estaba mandado,  las inoculaciones -vacunas las llama ella- "han supuesto el punto de inflexión y nos permiten tener una vida prácticamente normal". Ha destacado que “siguen protegiendo”, aunque muchas han caducado ya dada su programada obsolescencia, ante nuevas variantes como la XBB.1.5, que es un sublinaje de la variante Ómicron del Sars-cov-2, más conocida como “Kraken”, un nombre de un monstruoso pulpo o terrorífico calamar gigantesco que, como aquel otro de El Perro del Infierno, el mitológico Cancerbero, quiere seguir metiendo miedo a la gente para que corra a ponerse la dosis correspondiente, renovando el peligro 'made in China' del malvado Fu Manchú que tanto éxito tuvo hace tres años con el cuento aquel del mercado de Wuhan y el pangolín. 
 
  El pulpo colosal, Pierre Denys de Montfort (1801)
 
     De la China ha venido un barco cargado de... viruses Y ahora vuelve la OMS a la carga recomendándonos que nos pongamos el barbijo para taparnos la boca (y la nariz) en los interiores... Pero la ministra también ha tratado de no alarmarnos demasiado. Parece, dice, que Kraken no va a ser preocupante, pese a que ya se hayan detectado algunos casos en España. ¿Qué hacemos? ¿Nos echamos a temblar, nos ponemos la cuarta dosis, la quinta, la sexta, la que haga falta, y nos morimos cuanto antes ya que con tanto miedo no nos dejan ni vivir?