Una cadena de televisión privada -aunque bien podría haber sido pública, porque para el caso da igual pública que privada dado que los intereses económicos de audiencias que mueven a unas y a otras son los mismos- ha estrenado una serie de tres capítulos divulgativos para analizar las claves y combatir las consecuencias del envejecimiento inmunológico, poniendo en el candelero para el caso el término 'inmunosenescencia' -la senescencia, según la docta Academia, es la cualidad del senescente, y este es aquel que empieza a envejecer adentrándose en la senectud- , que nos recuerda un poco a aquello otro de la obsolescencia programada de los electrodomésticos modernos.
La serie, cuyo eslogan es “la salud también se entrena” se llama Inmunofitness con flagrante anglicismo. Para combatir dicha inmunosenescencia hay que llevar un estilo de vida saludable. ¿Cuándo comienza dicho envejecimiento? El declive del sistema inmunitario se produciría a partir de los cincuenta años. Los cuatro pilares que señala esta serie son en primer lugar una alimentación saludable, a la que no hay nada que objetar, en segundo lugar mantener una vida activa sin detrimento, claro está, de dedicar algún tiempo también a la contemplación, en tercero cuidar de nuestra mente alejando el estrés y procurando un sueño reparador, lo que desde luego es muy recomendable, y en cuarto y último pero no menos importante lugar -last but not least- previniendo las enfermedades mediante... la vacunación, a lo que se dedica el tercer y último de los capítulos, porque era seguramente -no hay dos sin tres- el más importante, al que se pretendía llegar, como demuestra el pantallazo de la siguiente ilustración, en la que un cuerpo humano se ve invadido por una molécula azulada del erizado virus coronado.
Mientras que a los niños habría que vacunarlos porque su sistema inmunitario es inmaduro todavía y deficiente, a los viejos habría que hacerlo por su obsolescencia o envejecimiento. Habitualmente las vacunas pueden producir efectos secundarios pero la mayoría de las veces son leves y de corta duración, nos tranquiliza la doctora entrevistada... Recordemos, sin embargo, cómo una
revista ¿prestigiosa? como National Geographic afirmaba el 13 de octubre de 2023 que, según los expertos,
era bueno sentirse mal después de vacunarse contra la COVID: “Una nueva
investigación sugiere que cuanto peores sean tus síntomas después de
recibir la vacuna COVID-19, mejor”. Si después de la inoculación hemos sufrido un ictus, o una miocarditis -reconocida por Sanidad como efecto secundario, del que no se responsabiliza el ministerio porque la vacunación, según la ministra que regenta el chiringuito sanitario, fue 'voluntaria'- o un ataque al corazón, no es lo peor que podía habernos sucedido: podíamos haber fallecido de hecho, con lo que habríamos logrado así inmunizado de por vida.
“Queremos que te cuides -concluye el presentador del programa después de habernos aleccionado y dado a entender que lo que no quieren es que nos descuidemos, que sería sin embargo lo mejor para nuestra salud sin ningún género de dudas- y queremos que no solo aportes años a tu vida, sino vida a tus años. No viviremos eternamente pero sí viviremos mejor si seguimos el estilo de vida inmunotiftness porque la salud también se entrena”.
El doctor Joan Ramon Laporte Roselló, médico especializado en farmacología, nos brinda otro consejo mucho más saludable en este tiktok: No vaya al médico: ir al médico es un factor de riesgo para ponerse enfermo.