sábado, 13 de diciembre de 2025
¡ALTO!
viernes, 12 de diciembre de 2025
'Torna la mascareta obligatòria'
jueves, 11 de diciembre de 2025
Pareceres XCIII

miércoles, 10 de diciembre de 2025
Lo que le dice el Año Viejo al Año Nuevo (The End)

martes, 9 de diciembre de 2025
Variety show (2)
Treinta mil personas viven en este edificio, el Regent International Center de 67 pisos de altura, sito en Hangzhou (China). No es solo un edificio, sino una ciudad vertical, una auténtica y bulliciosa colmena en la que hay de todo (escuelas, hospitales, cines, supermercados...) Es la 'ciudad' perfecta de los quince minutos. Puedes vivir aquí, si a lo que se hace aquí se puede llamar 'vivir', sin tener que salir nunca del recinto. Uno se pregunta si estamos ante la solución habitacional del futuro urbano o frente a la locura descomunal de los nichos de un cementerio. Me ha querido recordar a la novela 'La colmena' (1951) de Camilo José Cela, que presentaba Madrid como un gran enjambre humano, un espacio lleno de personas -unos trescientos personajes, creo recordar- que malviven, trabajan, sufren y se cruzan entre sí sin llegar a conocerse nunca del todo, una sociedad hecha de muchas biografías interconectadas y atrapadas en un mismo panal urbano.
oOo
lunes, 8 de diciembre de 2025
Seguridad al por mayor
La Guardia Civil y la Policía Nacional, a falta de protección, dan consejos a los mayores para prevenir hechos delictivos en la calle, tales como 'camina por el interior de la acera, llevando el bolso del lado de la pared para mayor seguridad', 'opta por bolsos de asa o sin correa, así evitarás tirones inesperados' y 'evita la ostentación de joyas u objetos de valor que puedan llamar la atención'. Son consejos, no voy a ponerlo en duda, bienintencionados, habida cuenta de lo que puede pasarle a cualquiera, sobre todo a los viejos, por la calle. Son los mismos que yo doy a mi anciana madre cuando no puedo acompañarla y va sola a dar un paseo, a la compra o al banco, pero viniendo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que también velan por la propia seguridad del Estado y el sistema todo, parecen despropósitos, como si reconocieran implícitamente que no pueden brindar la protección y la seguridad que nos prometen.
Son consejos para las personas mayores, es decir, para los viejos, dejémonos de ridículos eufemismos, muy parecidos a los que se daban a las jovencitas en los tiempos de Maricastaña: que cuando salgan a la calle opten por ropa recatada, sin escotes ni minifaldas provocativas, evitando la ostentación de su belleza y su juventud escandalosas, no portando ropa ajustada que marque las curvas sinuosas, y evitando andares insinuantes, lascivos y provocadores, y actitudes que puedan llamar la atención, a ser posible sin maquillaje, zapatos de tacón alto ni perfume embriagador, todo lo cual podría encender los deseos concupiscentes y libidinosos de los violadores y fomentar agresiones sexuales. Claro está que también, ya puestos, podrían decirles a las mujeres que no salgan nunca solas, y que si lo hacen se pongan un burca -esa prenda que cubre su cuerpo y su cabeza por completo dejando solo una ranura con malla a la altura de los ojos para que puedan ver sin ser vistas- y debajo, por si acaso, un cinturón de castidad.
Decir, en efecto, a los viejos que no se pongan joyas ni relojes caros si no quieren que les roben es la nueva versión de decirles a las mozas que no se pongan faldas cortas si no quieren que las violen. Pero resulta sarcástico que nos digan a los viejos que no nos pongamos joyas cuando a muchos nos las han robado en nuestros domicilios, o hemos tenido que empeñarlas en las tiendas que compran oro para llegar a fin de mes alguna vez.
En la calle no hay mucho problema si seguimos los consejos de seguridad de las fuerzas policiales, y, esto no nos lo dicen pero hay que tenerlo también en cuenta, si evitamos, claro está, entrar en las entidades bancarias, que son los mayores atracadores, y las grandes superficies comerciales como Mercadona, Carrefour y el Corte Inglés, por citar solo tres nombres.
¿No sería mejor que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado nos garantizaran poder andar por la calle sin miedo a que nos roben? Pero, como están reconociendo implícitamente, ya digo, no pueden hacerlo y por eso nos dan los tips que nos dan, como si nos estuvieran culpabilizando a nosotros mismos. Dan ganas de exclamar en latín como Cicerón: O di inmortales! ubinam gentium sumus? in qua urbe vivimus? quam rem publicam habemus? '¡Redioses inmortales! ¿En qué lugar del mundo estamos? ¿En qué país vivimos? ¿Qué Estado tenemos?'
Hay quien dice que los políticos deberían castigar a los delincuentes, y no soltar a los reincidentes, y cerrar las fronteras, como si todos los males nos vinieran de fuera y no los hubiera dentro, como si no fuera vana la distinción dicotómica entre fuera y dentro, pero ¿cómo van a castigar la delincuencia si los políticos profesionales también delinquen? Tendrían que castigarse a sí mismos. ¿Iban en ese caso a autoflagelarse?
Por otro lado nos dicen para tranquilizarnos que España es uno de los países más seguros del mundo, que hay otros, no vamos a citar ninguno como ejemplo para que no se ofenda, en los que no puedes sacar el móvil en público porque te roban el aparato ipso facto, como si aquí no pasara eso mismo, con el agravante de que los gigantes tecnológicos de la comunicación que nos lo han vendido nos han robado previamente todos los datos que guardábamos en el almario.
domingo, 7 de diciembre de 2025
Micropoemas

sábado, 6 de diciembre de 2025
Esperando a los bárbaros (y II)
El enemigo según la Unión Europea es el Oso ruso, el nuevo zar neoimperialista, que se presenta a veces como el abominable hombre de las nieves, la legendaria criatura que habitaba, según algunos, que avistaron sus huellas, en las montañas del Himalaya, el país del invierno. ¿O fue en los Montes Urales? En todo caso, el enemigo, perfectamente identificado, es el Oso estepario.
Frente a ese enemigo, no podemos escudarnos en que estamos fuera de peligro porque somos aliados efectivos de muchos países europeos en el marco de la OTAN y la UE, porque las dos guerras mundiales del siglo pasado, de hecho, llegaron a ser globales, es decir, casi planetarias, gracias a los sistemas de alianzas: la Triple Entente contra la Triple Alianza, los Aliados contra las potencias del Eje, como cualquier estudiante de historia de bachillerato reconoce enseguida.
Pero ¿qué está sucediendo allende nuestras fronteras, en el país vecino, por ejemplo, sin ir más lejos? Antes de la movilización general, se anuncia el regreso del servicio militar, voluntario en principio. ¿Para qué servirá? Probablemente para nada bueno para la gente, pero sí le va a servir a un presidente como el actual carente de legitimidad, dispuesto a proclamar otra vez «Estamos en guerra» para conservar un mínimo de autoridad y respeto. No es la primera vez que lo hace el mandatario francés. Ya lo hizo hace cinco años cuando dijo a los franceses: «Estamos en guerra, sin duda, una guerra sanitaria… pero el enemigo es invisible».

El presidente francés ha anunciado ya el regreso del servicio militar nacional, al igual que otros países europeos, incluida Alemania, a pesar de que Francia está más endeudada que nunca. Se trata de algo innecesario para la gente, necesario para el presidente de la república, ávido de legitimar su autoridad. Desde el punto de vista estratégico: en el contexto actual, donde los misiles hipersónicos rusos con ojivas nucleares son motivo de preocupación, lo que se necesita no es un ejército improvisado como en 1940 en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, sino, según los militronchos, armamento de vanguardia capaz de disuadir a cualquier enemigo potencial de atacarnos, y Francia ya lo posee, por lo que el servicio militar anunciado, primero voluntario y después obligatorio, un ejército improvisado ahora de golpe y sopetón, queda obsoleto cuando existe la disuasión nuclear desde hace años y cuando las nuevas formas que reviste la guerra son básicamente económicas.
Desde el punto de vista estratégico, la reactivación del servicio militar no se hace para mejorar la defensa militar, sino con una finalidad política. No tiene más objetivo real que ese, con el agravante de que endeudará y perjudicará a los ciudadanos. Francia va a introducir un servicio militar voluntario de diez meses destinado principalmente a los jóvenes de 18 y 19 años de ambos sexos, mientras crece la preocupación en Europa por la amenaza de Rusia. Bajo el nuevo servicio militar, hombres y mujeres -no vamos a discriminar a las mujeres-, en su mayoría de 18 y 19 años, podrían alistarse como voluntarios durante diez meses. Recibirían un salario mínimo de ochocientos euros al mes, la vieja soldada o paga del soldado que, etimológicamente, es el que está a sueldo, además de alojamiento y manutención, y un 75% de descuento en viajes en tren, tropas que solo serían desplegadas en caso de necesidad en territorio nacional.
El presidente del ejecutivo francés dijo que el servicio comenzaría a mediados de 2026 y ayudaría a Francia a responder a las "amenazas aceleradas" en el escenario mundial. Casi treinta años después de que el país galo eliminara el servicio militar obligatorio, Monsieur le Président dijo que no se retractaría de esa decisión, pero agregó: "Necesitamos movilización", porque Francia no puede permanecer de brazos cruzados. Creía, cacareó además el gallo del corral, que la juventud francesa tenía sed de compromiso y afirmó que había una generación joven «lista para defender a su nación».
Hasta el momento no hay ninguna sugerencia de que el servicio militar podría volver a ser obligatorio en Francia, como lo era antes de que el entonces presidente aboliera el servicio militar obligatorio en 1997. De hecho el presidente actual ha dicho: “No podemos volver a la época del servicio militar obligatorio”. Eso mismo dice el gobierno progre del Ruedo Ibérico. Y es que, visto lo visto, lo obligatorio no mola, por eso hay que buscar un modelo híbrido, volungatorio, digamos, que no te obliga, pero que si lo eliges te facilita un poco el hecho de ganarte la vida, según la moderna ecuación de que ganarse la vida es ganar dinero.
“Este modelo de ejército híbrido responde a las amenazas y riesgos que se avecinan, integrando a jóvenes del servicio militar, reservistas y el ejército en activo”. Tras el programa, en efecto, los participantes podrían integrarse a la vida civil, convertirse en reservistas o permanecer en las fuerzas armadas, añadió el jefe del ejecutivo francés. Dijo que el plan estaba “inspirado en las prácticas de nuestros socios europeos… en un momento en que todos nuestros aliados europeos avanzan en respuesta a una amenaza que pesa sobre todos nosotros”. El anuncio coloca a Francia en línea con casi una docena de otras naciones europeas, como Alemania y Dinamarca, que han lanzado proyectos similares.
viernes, 5 de diciembre de 2025
Variety show
Si no lo creo, no lo veo. "Si no lo veo, no lo creo", reza el consagrado refrán popular castellano que a veces se glosa como "ver para creer", que es el preferido para mostrar incredulidad: muchos cuando dudan de algo, dicen precisamente que si no lo ven no lo creen. Otros, exagerando su incredulidad, llegan incluso a confesar: "Lo veo y no lo creo". Sin embargo el refranero, petado de opiniones personales y topicazos como suele estar, no da mucha razón de las cosas ni dice mucha verdad en general, ni este refrán en particular, no ya porque otro venga a corregirlo aconsejándonos que solo creamos la mitad de lo que vemos: "De lo que ves, créete la mitad, y de lo que no veas no te creas nada", sino porque, para decir algo de verdad habría que darle la vuelta y formularlo al revés: "Si no lo creo, no lo veo", que es lo que sucede normalmente porque nuestros ojos, ciegos como están, solo ven lo que creen ver.
oOo
Contrapublicidad de una entidad bancaria.
Si crees en ti, es tu problema, chico, eres demasiado creyente, crédulo (o creído, si lo prefieres) y muy pagado de ti mismo, como nosotros también. "Si crees en ti, nosotros también", es un eslogan recurrente en la publicidad de una entidad bancaria, de cuyo nombre no vamos a hacer mención ni propaganda, cuyos anuncios forman parte de una campaña más amplia bajo la etiqueta: #PoderElegirEsTuPoder, que concluye: “Al final decidimos seguir siendo nosotros mismos”.
oOo
Matemáticas dogmáticas y sospechosas (De Mingote, genial)
UNO-de-50 es, al parecer, una marca de joyería española, que realizaba cincuenta unidades artesanales de cada modelo de joya, vendiendo la ilusión de que cada pieza era única y exclusiva.
Una bellísima modelo protagonizó la campaña “Culpable de ser yo” en el año del Señor de 2015, celebrando la seguridad en uno mismo y la autoaceptación. El eslogan invitaba a las personas, es decir, a sus clientes, a ser ellas mismas, a disfrutar de su singularidad e independencia, y a sentirse orgullosas de su individualidad, sin sentimientos de culpa. ¿Pero cómo vamos a ser únicos nosotros y nuestra joya artesanal si hay por lo menos otros 49 iguales que nosotros y que nuestra joya, que somos uno del montón de los cincuenta? En resumen, la frase transmite la idea de que ser uno mismo, con las imperfecciones y la singularidad que ello conlleva, no es algo de lo que haya que avergonzarse, sino todo lo contrario: orgulloso de algo que hay que celebrar. No hace falta decir que debido al éxito de la marca, la joyería comenzó a ofrecer enseguida, contra lo que decía su nombre, más de 50 piezas de cada modelo si hacía falta, pero seguía siendo fiel a su ADN en algún caso de edición especial limitada haciendo solo 50 unidades de piezas exclusivas.
oOo
Los payasos de la tele: La democracia mola, cómo mola.
En horario estelar de máxima audiencia, en prime time, el Ente Público ha emitido esto para adoctrinar a los jóvenes sobre las bondades que ellos no ven por ninguna parte del régimen democrático actual, contraponiéndolo a la dictadura de Franco para hacer que pongan en valor el régimen que les ha tocado padecer, como si no hubiera más alternativa que esto o la dictadura de Hitler, diciéndoles que con el voto pueden cambiar el futuro del país y demás sandeces consabidas.
jueves, 4 de diciembre de 2025
Esperando a los bárbaros (I)
En la novela “El Desierto de los Tártaros”, escrita originalmente en italiano, la Fortaleza Bastiani a la que es destinado el joven oficial Giovanni Drogo, recién salido de la academia, vive en eterna vigilia ante una amenaza que nunca se materializa. El protagonista vive en un largo compás de espera. El enemigo brilla por su ausencia, y lo que en Cavafis era una experiencia colectiva, en Buzzati es una tragedia personal.



































