Publica Giorgio Agamben una reflexión muy sugerente sobre los nombres propios que escribimos con letra inicial mayúscula en castellano y otras lenguas y los comunes que escribimos con minúsculas, en su página de referencia:
"En el pasado, solía escribir en mayúscula una palabra a la que quería dar una importancia o un significado especial. Ahora sé que estaba equivocado. Es mejor verlo todo en minúscula, la mayúscula impide ver. E impedir comprender, como si una vez subrayada la prioridad o la importancia, ya no fuera necesario comprender. En términos más generales, si algo —aunque sea el término «dios» o, peor aún, la palabra «estado»— necesita mayúscula, significa que no se cree lo suficiente en su primacía. Como escribió maravillosamente la poetisa griega Kikí Dimulá: «Si la lluvia cae en mayúscula / la miro; / si cae en minúscula / la amo*». En minúscula vemos, en minúscula vivimos y, si dios y el estado no nos lo imponen, sin mayúsculas nos iremos de la minúscula, amable tierra".
El abecedario latino que utiliza la mayoría de las lenguas modernas es un desarrollo del alfabeto griego. Los romanos solo conocían las letras mayúsculas, que evolucionaron y se convirtieron en minúsculas a medida que se practicaba una escritura rápida y cotidiana, que se consolida y refina en la Edad Media, dando origen a la minúscula carolina, que es el modelo estándar. En el Renacimiento, siglos XV y XVI, los humanistas tomaron las letras capitales romanas antiguas para rediseñar nuestras mayúsculas modernas, que combinaron con las minúsculas carolingias, de donde surge el sistema de letras mayúsculas y minúsculas tal como lo usamos hoy para distinguir en nuestra lengua por ejemplo los nombres propios y los comunes, lo que ha venido a complicar nuestra escritura duplicándola innecesariamente ya que unas y otras, mayúsculas y minúsculas, representan los mismos fonemas, por lo que son variantes formales del mismo grafema.
¿Qué pasaría si despojamos al abecedario de las letras mayúsculas y escribimos todas las palabras con minúsculas, no solo "dios" y "estado", como sugiere Agamben, sino también nuestros nombres propios? Probablemente nada grave. En alemán, de hecho, todos los nombres propios y comunes se escriben con inicial mayúscula, reservándose las minúsculas para el resto de palabras (verbos, adjetivos, pronombres, adverbios...). Además, cuando hablamos, no hacemos distinción entre mayúsculas y minúsculas.
*Los versos de la poetisa Quiquí (mejor que Kikí) Dimulá (1931-2020) que cita Agamben pertenecen a su poema "Tierra mayúscula" : Ἂν πέφτει ἡ βροχὴ μὲ κεφαλαῖα / τὴ βλέπω, / ἂν πέφτει μὲ μικρὰ / τὴν ἀγαπῶ.



