Con motivo de la ejecución del Proyecto denominado “MEJORA Y REFUERZO DE LA CARRETERA BU-V-8211”, el tramo entre Tolbaños de Abajo y Tolbaños de Arriba de dicha carretera vecinal burgalesa permanecerá cerrado al tráfico durante tres (3) meses, desde el día 9 de junio hasta el día 10 de septiembre. Solo faltaba el “Disculpen las molestias que pueda ocasionarles. Estamos trabajando por su futuro”.
Un pequeño pueblo de la provincia de Burgos, Tolbaños de Abajo, situado en el Valle de Valdelaguna, perteneciente a la Sierra de la Demanda, que conserva una dehesa de robles centenarios y espectaculares, algunos con más de 700 años de antigüedad, multitud de acebos y algunos pinos albares y negrales, quiere salvar una decena de dichos robles ubicados en su localidad, que van a ser talados si nada ni nadie lo impide en ejecución de dicho proyecto.

Los vecinos no están en contra de que se mejore la carretera que une Tolbaños de Abajo con Tolbaños de Arriba; de hecho, dicen algunos, es algo que vienen reclamando desde hace años, pero creen que habría que buscar la manera de proteger los árboles centenarios amenazados por dicho plan de mejora consistente en el ensanchamiento de la calzada.
Recientemente la Diputación de Burgos ha aprobado el proyecto de ensanchamiento de la calzada entre los pueblos de Tolbaños
de Abajo y Tolbaños de Arriba, que ha suscitado la preocupación de los
vecinos, ya que el proyecto considera necesaria la tala de diez
ejemplares de estos robles, además de varios pinos y acebos, lo que por
otra parte -he ahí la contradicción- resultaría muy necesario para el funcionamiento óptimo de la
red de carreteras y la comunicación entre ambos pueblos.

Vecinos del pueblo a la sombra de un roble
Los vecinos consideran que hay que mejorar y ensanchar
las carreteras para los habitantes de la zona pero les gustaría también
proteger todos los árboles centenarios que se pueda. Por eso una de las
pancartas que han exhibido en la manifestación realizada en la capital
burgalesa decía: ¡NO A LA TALA! Y añadía: ¡Carretera sí, pero no así!
Salvemos los robles centenarios de Tolbaños de Abajo. Escriben: “No
podemos quedarnos impasibles ante la posibilidad de ver cómo estos
observadores naturales de nuestro entorno son eliminados sin ni siquiera
darle una vuelta al proyecto para buscar una viabilidad más adecuada”.

Sin duda, los árboles constituyen una herencia, un regalo de la naturaleza que habría que cuidar y proteger, por lo que hay que oponerse a la ejecución de dicho proyecto de mejoría que lo que hace es so pretexto de hacer el bien empeorar las cosas, cuando resulta evidente a todas luces que es mejor, en este y en otros muchos casos como este, dejarse de planes, programas y proyectos futurizos, dejar estar las cosas, los árboles en este caso, tal y como estaban.