L E C T U R A S

sábado, 26 de abril de 2025

Parada de postas III

Algo está podrido en el Estado de Dinamarca: El país danés, que apesta a podredumbre, enviará soldados desarmados a Ucrania a «familiarizarse» con la guerra. 
 
En el campo de tiro, durante la puta mili, nos atrincheraban debajo de las dianas para acostumbrarnos al silbido y los latigazos de los casquillos de las balas.
 
Los políticos progresistas se empecinan, ciegos al borde del abismo, en su obstinado tesón de no dar ni un solo un paso atrás, siempre adelante sin retroceder. 
 
En Noblejas, provincia de Toledo, según el refrán, “hay más putas (y putos, por supuesto) que tejas”, como por otra parte en cualquier otro lugar del universo.
 
La mayoría de los políticos profesionales utilizan como argumento de autoridad para justificar sus políticas “el sentido común”, el menos común de los sentidos. 
 
 
El culto a la certeza es la moderna prisión. La certeza es una mazmorra que exige dogmáticamente que creamos, que obedezcamos. Solo la duda rompe los barrotes.
 
A raíz de cada crisis -climática, sanitaria, geopolítica...- se impone para salir de ella un credo de verdades indiscutibles, y la duda se convierte en herejía.
 
Los "expertos", pobre de quien ose cuestionar su coherencia discursiva, repiten verdades absolutas con la arrogancia de los sacerdotes de una nueva religión.
 
 “Las guerras siempre empiezan mucho antes de que se oiga el primer disparo”, dijo Ryszard Kapuściński, “comienzan en los medios con un cambio del vocabulario”.
 
Marinetti escribió que la guerra era bella porque reunía en una sinfonía disparos, cañonazos, pausas entre los disparos, perfumes y olores de la descomposición.
 
Нет войне  (No a la guerra, en ruso)
 
 Cuando oigo “hay que hacer pedagogía” en boca de algún capitoste, presidente, gerifalte o primer ministro, me echo a temblar, ignoro la razón, irremediablemente.
 
 Si el trabajador es el esclavo de la sociedad capitalista, la mujer trabajadora según la oportuna reflexión que hizo James Connolly es la esclava del esclavo.
 
Los meteorólogos ponen nombres propios, generalmente antropónimos, a borrascas, huracanes y demás fenómenos atmosféricos a fin de intentar así domesticarlos. 
 
La economía es la consumación de la política, que es a su vez la continuación por otros medios de la guerra, calificada ahora de “comercial” y “arancelaria”.
 
Un incendio forestal permanece activo en Cantabria, haciendo honor a su nombre de Montequemao, mejor que 'Monte Quemado', un topónimo y nombre parlante popular.

¿De qué se ríe, señor ministro? ¿Qué le hace tantísima gracia? ¿Ha calculado ya cómo reunirá los miles de millones que cuesta la defensa de nuestra integridad?

 Fieles peregrinos despiden en Roma a Su Santidad, que ha pasado a mejor vida, dado que la que llevaba él, como la que llevamos nosotros, no era óptima ni buena.

 Lo perverso del adjetivo negro aplicado a sustantivos como mercado o dinero es que sugiere que puede haber o de hecho hay otros blancos y justos contrapuestos.

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