L E C T U R A S

lunes, 28 de abril de 2025

Diseños de muerte, muertes de diseño

    En la antigua Grecia, cuando alguien moría, se procedía a la inhumación de sus restos mortales o a la cremación en una pira funeraria. En este último caso, tras quemar el cadáver, se guardaban las cenizas en una urna generalmente cerámica. 
 
Urnas cinerarias áticas del siglo VI a. de C.
 
    Siguiendo la tradición cristiana, la Iglesia católica, apostólica y romana recomienda insistentemente que los cuerpos de los difuntos sean sepultados en los cementerios u otros lugares sagrados. Ya en 1963, sin embargo, el entonces Santo Oficio, que establecía que «la Iglesia aconseja vivamente la piadosa costumbre de sepultar el cadáver de los difuntos», reconocía que la cremación no era «contraria a ninguna verdad natural o sobrenatural» y que no había que negárseles los sacramentos y los funerales a los que habían solicitado ser incinerados.
 
    Desde entonces, la práctica de la cremación se ha difundido notablemente en muchos países cristianos, por lo que la hoy Congregación para la Doctrina de la Fe, antaño Santo Oficio, publicó el 25 de octubre del año del Señor de 2016 la instrucción Ad resurgendum cum Christo acerca de la sepultura de los difuntos y la conservación de las cenizas en caso de cremación para poder resucitar con Cristo. En dicho documento, rubricado por el Sumo Pontífice, se insiste en que enterrando los cuerpos de los fieles difuntos, la Iglesia confirma su fe en la resurrección de la carne, se acepta la cremación pero se prohíbe esparcir las cenizas en el aire, en la tierra, en el agua o en cualquier otra forma, lo que pondría en peligro la resurrección del difunto habida cuenta de la disolución y dispersión de sus restos mortales individuales, así como se prohíbe dividirlas entre familiares,  lo que atentaría contra la unidad de la persona que va a ser juzgada, o conservarlas en casa, así como su reconversión "en recuerdos conmemorativos, en piezas de joyería o en otros artículos".
 
     ¿Qué sucedería en el caso de que la última voluntad del difunto hubiera dispuesto "la cremación y la dispersión de sus cenizas en la naturaleza por razones contrarias a la fe cristiana"? Pues que habría que negarle, ni más ni menos, las exequias. Por ello, las cenizas del difunto según el documento, "por regla general, deben mantenerse en un lugar sagrado, es decir, en el cementerio o, si es el caso, en una iglesia o en un área especialmente dedicada a tal fin por la autoridad eclesiástica competente".  
 
Lágrima, Giulio Iacchetti (2025)
 
     Las urnas funerarias griegas y romanas se han conservado discretamente en los grandes museos, y no habían sido objeto hasta por lo menos el siglo XX del interés de los diseñadores. La extendida costumbre de la inhumación y el tabú de la muerte las mantuvo encerradas bajo la tenue luz de los museos.  
 
    El auge de la incineración de los restos mortales ha llevado ahora a la fabricación de urnas de diversos materiales ya sean biodegradables realizadas con materiales sostenibles, ya sean metálicas de aluminio o acero inoxidable. Las hay también cerámicas, como las antiguas, y de cristal, y sus tamaños dependen de si se quiere conservar una pequeña porción de las cenizas, las pequeñas, hasta contenedores más grandes diseñados para guardar la totalidad de los restos. 
 
    Cierto es que se había prestado poca atención hasta ahora a este nicho de mercado, pero algunos diseñadores han creado ya sus propios diseños, esforzándose en redefinir el concepto de urna cineraria haciendo objetos bellos y originales, unas veces sobrios y otras más divertidos, bien construidos y perfectamente adecuados para su uso previsto generalmente ornamental y conmemorativo.
 
     Los arquitectos y diseñadores internacionales David Chipperfield, Daniel Libeskind, Audrey Large, Philippe Starck, Michael Anastassiades, Michele De Lucchi, EOOS, Naoto Fukasawa, Giulio Iacchetti y Mario Tsai crearon urnas para la exposición “The last pot” (La última vasija) celebrada en Milán del 8 al 12 de abril del presente año con la pretensión de "redefinir el concepto de urna funeraria".
 
Catálogo de la exposición milanesa
 
     Destaca, por ejemplo, esta urna  "Bone to bone" que tiene la apariencia de un hueso metálico, en el que figura el nombre del difunto y la fecha de su nacimiento y su muerte, sobre una almohada luminosa donde figura la inscripción RIP, que vale tanto para el Rest In Peace de la lengua del Imperio, como para el latín tradicional Requiescat In pace. Su autor Philippe Starck concibe la urna como un retorno al núcleo, a la columna vertebral de nuestra existencia, donde la lógica y la poesía se entrecruzan.
 
 
 Hueso al hueso, Philippe Starck (2025) 
 
    Algunos han diseñado urnas con forma de casas, jugando con la idea de que el contenedor es el hogar definitivo, más o menos estilizado, del individuo personal. Otros han creado también urnas complementarias para mascotas, no en vano llamadas "animales de compañía", hechas en madera de roble, abedul, fresno y abeto, que no solo aspiran a ser contenedores sino refugios para potenciar el sentimiento que acompaña a la ausencia. 
 
     Michael Anastassiades ha creado una urna metálica en forma de huevo, llamada Swam song. Con una pluma, evocando por un lado la belleza del canto del cisne y por otro el mito del Ave Fénix, como si la muerte fuera un renacimiento.  
 
El canto del cisne, Michael Anastassiades (2025)
     

1 comentario:

  1. Las cenizas corren el riesgo de generar en algunos una evocación demasiado volcánica y traumática, para una resurreccion más sosegada, pudiendo hacer honor a la tecnología, orgullo de la especie, hay que saber hacerse un buen holograma, vease esa encarnizada y sacrificada transformación que permite el progreso en la figura de Michael Jackson que ya en el 2014, habiendo fallecido cinco años antes, 'apareció' en la entrega de los Premios Billboard a través de un holograma junto a un grupo de bailarines, como suelen decir los seguidores: ¡que pasada!. Incluso Bergoglio podría 'aparecer' de nuevo en el paseíllo con el papamovil enhiesto y saludando.

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